La ola de violencia en Rosario no da tregua y se cobró una nueva víctima. En esta oportunidad fue una nena de dos años que recibió un disparo en el abdomen al quedar en medio de un ataque a tiros mientras jugaba en la vereda de su casa, ubicada en el barrio de Fisherton, en la zona oeste de la ciudad santafesina.
Todo ocurrió ayer en horas de la tarde sobre la calle Franklin al 7900. La niña estaba en compañía de su hermano mayor y otros chicos de la cuadra. A pocos metros estaba Ana, la abuela, tomando mate junto a otros vecinos cuando de repente apareció en escena un automóvil y una moto, y sin mayores preámbulos comenzaron a abrir fuego.
De acuerdo con el relato de varios testigos del violento episodio publicado por el diario La Capital de Rosario, se escucharon cerca de ocho disparos: uno impactó en la zona abdominal de la nena. A los gritos y desesperada, la abuela tomó en sus brazos a la nena y la llevó al Hospital de Niños Zona Norte, a unos 15 minutos del lugar del hecho. Según contó Ana, el estado de salud de la pequeña no era bueno.
“Estaba mal porque me dijeron que la iban a operar a la nena. Yo la vi a la nena jugando toda la tarde ahí. No nos metemos con nadie, ni estamos en cosas raras. Estábamos todos en la calle tomando mate. Estaban todos los vecinos. Yo no me meto con nadie. Pasaron y empezaron a tirar”, relató la abuela a Rosario 3 segundos después de llegar del hospital y visiblemente conmovida.
Ana, con la ropa ensangrentada de su nieta en la mano, contó que los médicos le pidieron que se quedara tranquila y que iban a hacer todo por salvar la vida de la menor. “En ese momento pedía ayuda y la llevé al (Hospital de Niños) Zona Norte. No me quedaba otra. Yo no la iba a dejar que se me muera mi nieta. Los médicos me dijeron que me quedara tranquila, que la iban a operar, que iba a salir la nena. La mamá de la nena tiene 18 años y la nena tiene dos. Le alcanzaron a pegar un solo tiro”, agregó la mujer.
A pesar de que pudieron observar los dos vehículos que participaron del ataques, la familia de la nena no logró identificar a los agresores y por ahora el caso no tiene ningún detenido.
El caso de la niña de dos años de Fisherton no es un hecho aislado en la ciudad de Rosario, donde la serie de ataques y tiroteos de los últimos meses principalmente por el control narco y por vendettas en el hampa pusieron a los menores de edad en el centro del fuego.
Los chicos no están a salvo de la violencia del narcotráfico y se convirtieron en víctimas por error –a veces fatales– de emboscadas que volvieron cotidianas. En la ciudad santafesina, solo en enero, hubo un promedio de tres heridos por arma de fuego por día, lo que muestra que nunca bajó la violencia que volvió a tener un rebrote el año pasado, en medio de la pandemia del COVID-19.
Según un relevamiento de la grave situación que se padece hecho por este medio, basado en fuentes policiales y judiciales de la provincia de Santa Fe, la serie de asesinatos en general, salvo en el centro de Rosario, pueden tener lugar en cualquier barrio y a cualquier hora. Las zonas donde más se acentúa la violencia es el sector sur, en los barrios Las Flores y Tablada; en el distrito oeste, principalmente en barrios como Triángulo y Godoy; y en el noroeste, mayormente en Ludueña o Empalme Graneros.
Ayer lunes, las autoridades del Ministerio de Seguridad presentaron los resultados de un operativo ejecutado entre Rosario y Entre Ríos para desbaratar a una banda integrada por policías y civiles dedicada al tráfico de armas de alta gama, fusiles de caza y armas cortas: se encontraron 31 armas, 20 fusiles y 11 pistolas y revólveres de puño, así como 3500 municiones. En la investigación se empleó un agente revelador, un infiltrado que compró material ilícito a la banda. Los policías fueron pasados a disponibilidad y allanados, en un caso a cargo de la fiscal María Iribarren.
El Ministerio también lleva adelante un plan de desarme voluntario en el club Caoba de Rosario: en la tarde de ayer, una mujer entregó una ametralladora FMK3 de fabricación nacional. El titular de la Agencia provincial de Prevención de Violencia con armas de Fuego, Lautaro Sappietro señaló: “Iniciamos la entrega voluntaria de armas con la intención de sacar la mayor circulación de la calle a través de un incentivo económico. Aquellas personas que tengan un arma en su casa les decimos que se puede acercar y entregarla a cambio de un monto de dinero que oscila entre $3000 y $9000 de acuerdo al calibre, al tipo de arma, y si pertenecen o no a una fuerza de seguridad, el fin es sacarlas de circulación”.
La entrega es anónima y voluntaria.
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