Lo primero que se ve en el video son dos mujeres entonando “Hosanna en el cielo” mientras tocan la guitarra. A poco metros, sobre una tarima un sacerdote celebra una comunión al aire libre de la que participan varios niños y sus padres. “Hosanna en el cielo, hosanna en las alturas, bendito es el que viene en nombre del Señor”, cantan las integrantes del coro. Detrás de ellas, la secuencia muestra cómo dos efectivos de la Policía Bonaerense que irrumpen en n la celebración. Sorprendido, con su sotana blanca y sin tapabocas, el cura pide “silencio” y les propone a los agentes “hablar tranquilamente”.
El hecho sucedió el sábado 1° de mayo a la tarde en la esquina de Avenida Espora y Conscripto Bernardi, partido de Almirante Brown. Aunque la cámara no lo muestra, según el párroco en el lugar había cerca de 120 personas, contando menores y adultos.
El video sigue. El párroco justificó su accionar y la presencia de las familias allí reunidas: “La ley que sacó (Axel) Kicillof dice ‘el 30% del lugar’. Acá entran 400 personas y no llegamos a 120, que sería el 30%, eso es lo que quiero aclarar. Es la ley que salió, yo la leí en el diario”, dijo el hombre acerca de la resolución 1208/21 que, hasta el viernes 30 de abril, permitía encuentros sociales al aire libre de hasta veinte personas. Luego de esa fecha, las reuniones sociales en espacios públicos al aire libre fueron reducidas a la mitad: el máximo habilitado es de 10 personas.
Según pudo saber Infobae, todo comenzó luego de que tres vecinos notaran la reunión de personas, entre las que había empleados del Poder Judicial, que estaban celebrando una comunión en un predio público donde, hasta antes de la pandemia, solían juntarse los Boy Scouts. Según la Policía, había alrededor de 60 personas, aunque el sacerdote dijo 120.
Tras notar que la cantidad de gente superaba lo permitido por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, una de las vecinas (trabajadora de la salud de un reconocido Hospital de la zona) llamó al 911.
Los oficiales que llegaron al lugar, se pararon junto al sacerdote en el altar para explicar a la gente que lo que estaban haciendo iba en contra de la ley. “No puede haber tanta gente. Nosotros estamos para ir a agarrar a los chorros, no para venir a molestar. Tienen que entendernos a nosotros también”, dijo uno de los efectivos, justificándose.
La secuencia continúa. El religioso levanta la mano en son de paz y les asegura a los policías que “ya terminan”. Según pudo averiguar este medio, el párroco que oficiaba la comunión pertenece a una parroquia de Lomas de Zamora.
Lo peor: el pasado 15 de abril, el religioso había recibido indicaciones de las autoridades de su Obispado de no realizar este tipo de eventos. En un comunicado al que pudo acceder Infobae, firmado por el Monseñor Jorge R. Lugones y el Monseñor Ignacio D. Medina; además de los Vicarios Zonales Carlos Ramos, Javier Juárez, Víctor Favero y Hugo Barrios, planteaban una adherencia a las nuevas medidas “para seguir extremando los cuidados”.
En el caso de celebraciones religiosas al aire libre, como misas, bautismos y confesiones, el Obispado de Lomas de Zamora pedía “aforo de hasta 20 personas; participación obligatoria con tapabocas en todo momento; sanitización de las manos; distanciamiento de dos metros entre persona y persona; omisión del saludo de la paz; distribución de la comunión en la mano, obviando el diálogo entre el fiel y el ministro; y que el tiempo de la celebración no exceda los 30 minutos de duración”.
Aun estando al tanto de todo estas cuestiones, el cura ofició la comunión de todas formas.
Luego de la advertencia policial, las personas que se encontraban en el lugar desalojaron de manera pacífica el predio. En el video se las ve caminando con tapabocas y llevando las reposeras sobre las que estuvieron sentadas durante la ceremonia.
A pesar de las restricciones de circulación que ya rigen en los distritos del AMBA con el objetivo de disminuir los contagios en medio de la segunda ola del coronavirus, se registraron varios eventos con grupos de personas que infringen las normativas dispuestas por el Gobierno.
Mucho más justificada que esta interrupción de una ceremonia religiosa al aire libre, fue sin dudas la intervención este fin de semana, de la Policía de la provincia de Buenos Aires en un evento con más de 70 asistentes y cumbia en vivo dentro del complejo Nordelta, en el partido de Tigre.
El operativo comenzó este sábado por la tarde, cuando un vecino alertó a la policía la realización de una fiesta clandestina en un lote del barrio privado El Yacht. Tras presentarse el el lugar, personal de la bonaerense detuvo a cuatro de los participantes que los enfrentaron en medio del procedimiento. Lo peor: en el evento había cerca de 70 personas, un importante equipo de sonido dispuesto para un DJ y una suerte de escenario improvisado donde una banda tocaba cumbia en vivo. Nadie usaba barbijo.
El Gobierno bonaerense también realizó un “operativo sanitario” en los peajes el día sábado, con controles vehiculares en los cuales hasta se tomaba la temperatura a los conductores, con el resultado de un caos de tránsito y demoras de hasta dos o tres horas en las salidas de Capital hacia provincia.
Un celo que contrasta con el descontrol que se observa en las ferias y mercados del conurbano donde se aglomeran los compradores, con escaso uso de barbijo y nula distancia social.
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