El insólito caso del hijo de empresarios de Temperley acusado de robar 400 mil dólares en una entradera

Jonatan Meddis fue detenido junto a un cómplice por un golpe que tuvo como víctima a una familia de San Francisco Solano dueña de un colegio y de varias pinturerías. La pista de un secuestro extorsivo fue la clave para identificarlo, con una investigación a cargo de la fiscal Mariana Curra Zamaniego

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Jonatan Meddis, el acusado, en
Jonatan Meddis, el acusado, en foto familiar

La vida de Jonatan Miguel Meddis se veía bien. Con 29 años y domicilio en Temperley, su familia controla un negocio dedicado a la construcción de casas rodantes y trailers: los food trucks, los carros de comida en boga en los últimos años, son su principal especialidad. Su último trabajo en blanco había sido para una empresa productora de envases plásticos en 2015. Sin embargo, según investigadores que le siguieron el rastro, manejaba una Volkswagen Amarok último modelo, entre otros autos. Sospechan de vehículos más lujosos, como un Chevrolet Camaro estacionado en una casa de fin de semana en la zona de El Pato.

A comienzos de esta semana, Meddis fue arrestado junto a un cómplice. Lo acusaron de robarle 400 mil dólares y dos millones y medio de pesos a un hombre y a su padre de 92 años en su casa de San Francisco Solano, dueños de un colegio y de varias pinturerías, según confirmaron fuentes del caso a Infobae, un golpe cometido en septiembre pasado. Otro de sus cómplices también fue detenido tras la investigación de la fiscal Mariana Curra Zamaniego de la UFI N°6 de Quilmes y su equipo junto a la DDI de Quilmes de la Policía Bonaerense.

Meddis y su cómplice, junto a otros dos sospechosos, tocaron timbre en la casa: su excusa para ingresar fue que tenían una carta. Así, encapuchados y con barbijos, redujeron al hombre y a su padre, así como a una empleada de limpieza que estaba en el lugar, y tomaron el dinero para luego huir.

La fiscal llegó a la escena con su secretario para tomar testimonios. Una de las víctimas le relató algo sumamente curioso: poco antes del robo recibió un llamado al teléfono de línea de la casa, donde escuchó voces y risas de fondo. Luego, cortaron. Por suerte, el hombre tenía un identificador de llamadas en su aparato y el teléfono fue captado. Fue una jugada de inteligencia de los ladrones, cree la fiscal. Con el mismo número habían llamado a la casa días antes.

Así, comenzó un entrecruzamiento de llamadas y captaciones de antenas, con un trabajo de campo de la DDI. En paralelo, semanas después, ocurrió un secuestro extorsivo en Lomas de Zamora. La víctima, un joven, había sido retenido por un rescate de 50 mil dólares. Un testigo le indicó a la Policía Bonaerense que se pedía ese monto porque la víctima había participado supuestamente en el robo de San Francisco Solano. Esos 50 mil dólares habrían sido su porcentaje.

Curra Zamaniego cruzó la información de su causa con la del secuestro. Hubo una coincidencia. Así, pidió la detención del joven secuestrado, que fue denegada por el Juzgado de Garantías del caso.

Meddis y su cómplice, por su parte, se negaron a declarar ayer al ser indagados por la fiscal. En su poder, la DDI de Quilmes les encontró una pistola Bersa Thunder Pro calibre 9 milímetros con un cargador extendido para 28 municiones; dos escopetas, un kit RONI de alto impacto visual que convierte a una pistola con la apariencia de un fusil, siete celulares y una camioneta Ford F-100.

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