El jueves por la noche, un llamativo garito clandestino regenteado por un hombre de la comunidad china fue allanado en el barrio de Belgrano. Era ciertamente una banca caliente. Había cuatro máquinas de contar dinero y cinco millones de pesos en el lugar. También, siete bolsas de cocaína, una pistola calibre .380 con 13 balas en su cargador y 23 personas presentes alrededor de sus mesas de paño, en una clara violación a las restricciones impuestas por el decreto presidencial para controlar el contagio del coronavirus.
Así, terminaron todos detenidos, incluído Wang H., de 34 años, el regente y promotor del lugar, en una causa a cargo del fiscal penal y contravencional Mauro Tereszko, que había ordenado a la división Sumarios y Brigadas de la Comuna 13 de la Policía de la Ciudad allanar el lugar. La fuerza porteña ingresó junto al Cuerpo de Investigaciones Judiciales y agentes de Lotería en la casa de tres plantas en la calle Sucre al 900.
Encontraron cuatro mesas electrónicas de mahjong, el clásico juego de fichas chino, una mesa octogonal de poker, algunos dólares. Se secuestraron, además, cuadernos con anotaciones y 25 teléfonos celulares que podrán ser peritados.
Según información del expediente, la causa comenzó a mediados de abril, cuando fuentes anónimas alertaron a las autoridades de que una familia de origen asiático se había mudado a la casa, con una notable cantidad de movimiento nocturno de personas que entraban y salían.
Así, tras tareas de inteligencia, que incluyeron filmaciones, se firmó la orden judicial para allanar y detener. Los seguimientos revelaron que la acción en las mesas comenzaba entre latas de energizante, alcohol y polvo entre las 22 y las 5 de la mañana. También les revolvieron la basura: se encontró una gran cantidad de tickets de supermercado.
Wang H., presunto regente del lugar y el principal acusado, está registrado en la AFIP como supermercadista, con varios domicilios a lo largo de Belgrano. Los garitos en la comunidad china son frecuentes. El hombre asiático secuestrado este año en Núñez por una supuesta deuda de juego fue señalado por supuestamente regentear uno en la zona de Monserrat.
A mediados de este mes, a horas de anunciado el nuevo decreto, la Policía de la Ciudad entró por la fuerza en un local secreto de la calle Olazábal al 1600, pleno Barrio Chino de Belgrano. Una fiesta estaba en proceso a minutos del nuevo anuncio presidencial que anunciaba restricciones más duras para frenar la pandemia del coronavirus, 24 invitados e invitadas bailaban y se reían mientras se turnaban para cantar en el karaoke. La Agencia Gubernamental de Control ya había clausurado el lugar en octubre de 2020 y en febrero pasado por montar fiestas clandestinas. Las fajas arrancadas todavía estaban en el lugar.
Lin Lifeng, un hombre vinculado a otro karaoke de la calle Lavalle que había sido allanado varias veces por la PFA con hallazgos como cocaína y prostitutas, fue detenido en la calle Olazábal, acusado de manejar el lugar.
Wang H. y Lifeng se unen en un antecedente penal. Ambos fueron encontrados en 2019 por la división Antifraudes de la Policía Federal, la principal investigadora de las poderosas mafias chinas en Argentina, en el karaoke de Olazábal. Habían ido a buscar y arrestar a varios hombres de Pixiu, una de las principales tríadas que operan en el país. Según fuentes policiales, Wang controlaba un supermercado en la calle Moreno que fue allanado también por la PFA en el marco de otra causa en que se investigó a Pixiu.
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