Isabel Yaconis, la madre de Lucila, la adolescente asesinada al resistirse a una violación en los alrededores de la estación de trenes del barrio porteño de Núñez, destacó este miércoles que la causa judicial “sigue activa” a 18 años del crimen. Aseguró que el principal sospechoso del hecho es un ex presidiario que en el 2003 estuvo involucrado en un abuso sexual cometido cerca de donde mataron a su hija.
Isabel destacó la labor de los peritos de Gendarmería Nacional y del Banco Nacional de Huellas Genéticas, el cual registra los ADN de los violadores ya condenados para luego cotejarlos con los perfiles genéticos de casos no esclarecidos.
En ese sentido, detalló a Télam que “todavía hay mucha población en los servicios penitenciarios de condenados por delitos sexuales que no ingresaron al banco”.
“La causa sigue teniendo movimientos, habíamos pedido una contraprueba de ADN con un violador que cumple condena y tuvimos resultado negativo; ahora la fiscalía busca a un hombre que el año del hecho protagonizó un delito de abuso, muy cerca del sitio por donde pasaba Lucila ese 21 de abril”, remarcó. Y añadió: “Al día de hoy no se lo puede localizar, aunque cuesta creerlo, la causa sigue estando activa”.
Previamente, la mujer agradeció a través de la red social Facebook el apoyo a todos los amigos que “la vida le regaló” y subrayó que su hija “estará siempre presente en sus corazones”.
Mientras que la Asociación Madres del Dolor, de la que Isabel es co-fundadora, publicó también en su muro de Facebook una fotografía de Lucila acompañada del siguiente texto: “Ay amor mío, quería que supieras que muchos aromas nos despiertan infinidad de recuerdos, nos hacen pensar en ti permanentemente. Llevamos dieciocho años mirándote, amándote en las fotos y en nuestra memoria. Pequeña, es muy triste que no te hayan permitido envejecer...te robaron la gran posibilidad de vivir. Te queremos con el alma”.
Lucila tenía 16 años cuando el 21 de abril de 2003 se dirigía a la casa de su abuela y en el camino fue golpeada y asfixiada por un hombre al resistirse a una violación a metros del paso a nivel de la estación de trenes del barrio porteño de Núñez, donde actualmente hay una plazoleta que la recuerda.
La causa, en la que nunca hubo un solo acusado, sigue a cargo de la Fiscalía de Distrito Núñez-Saavedra y del Juzgado de Instrucción 15 porteño de Karina Zucconi, quien ordenó las últimas diligencias llevadas a cabo.
“Cuando a los dos días de que mataron a mi hija me dijeron que había una muestra de ADN del asesino yo pensé: ‘Qué espectacular, ya lo tenemos’”, recordó Isabel tiempo atrás con Infobae sobre esos tristes días en los que su hija había sido interceptada por un hombre que luego la mató. “Ahí me di la nariz contra la pared”, dijo, resignada.
Tras el crimen, fue co-fundadora de Madres del Dolor y desde la asociación fue una de las principales impulsoras del banco genético de violadores, creado mediante la Ley 26.870, sancionada en julio de 2013 y promulgada a partir de su publicación en el Boletín Oficial diez días después.
En el asesinato de Lucila, el violador dejó su ADN es la escena del crimen y éste fue precisamente el primer registro en ser incorporado formalmente al mencionado banco.
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