En la noche del martes, la división Trata de Personas de la Policía Federal llegó a un domicilio en la calle Bouchard, en Gerli, para arrestar a una pareja por órdenes de la fiscal Soledad Garibaldi. La acusación era bestial: ambos habrían abusado de una menor de 12 años, hija de una hermana fallecida de la mujer.
Luego, a esa nena la prostituían: la ofrecían a clientes abusadores a través de WhatsApp y redes sociales. Fue una persona que conocía la situación de cerca quien rompió el silencio y realizó una denuncia el jueves pasado en la Comisaría de la Mujer de Lanús. El material que aportó fue espeluznante: fotos y videos que mostraban a la menor mientras era explotada sexualmente, violada y torturada, al menos un pendrive completo con material de diversas sesiones. Hay, al menos, 50 fotos en la causa que investiga la UFI N°8 de Lanús, especializada en delitos sexuales e informáticos, a cargo de Garibaldi.
La víctima, según investigadores, tendría un retraso madurativo.
Así, la casa fue allanada por la PFA. La nena fue rescatada junto a su hermana y otros cuatro chicos, todos hijos de la imputada de una relación previa, ninguno del acusado. “Nos violaron, ¡nos violaron!”, gritaron los chicos, hoy resguardados en un refugio a cargo de la Dirección de Niñez de la Municipalidad de Lanús.
La reacción del barrio fue extrema. Los vecinos lo sabían. Se sentían traicionados, tal vez: habían ayudado a la familia con comida y mercadería durante la pandemia. “Violador”, le habían pintado al hombre con aerosol en el frente de su casa. Pero la pintura fue lo de menos. Mientras la PFA se llevaba al acusado y a su pareja, más de 50 vecinos llegaron a la puerta. Los policías apenas pudieron contener a la turba, que intentó apartar y golpear a la pareja, mientras varios teléfonos filmaban el disturbio.
Ambos acusados fueron trasladados a las celdas de la dependencia de la Policía Federal en la calle Madariaga, Villa Lugano, donde está detenido el cartonero Carlos Savanz, procesado por el secuestro de la menor M. a mediados de marzo en la villa Cildañez. Se incautaron dos teléfonos de M.O, la mujer acusada, que podrán ser peritados. “Allí puede estar todo”, afirma una alta fuente del caso.
Por lo pronto, la Justicia ya accedió a capturas de pantalla de grupos de encuentros swinger de la zona sur. En una de ellas, M.O, de 36 años, santafesina, posa en lencería. “Vendo servicio, sexo por plata”, afirmaba: “Busco hombre que no dé vueltas, voy a domicilio sercanía (sic) a mi casa o a la tarde en telo o de noche en mi casa”, donde convivía con la víctima y sus hijos. La foto con la que ofrecía “sexo por plata”, entre botellas de gaseosa vacías, fue tomada en la casa misma.
También se espera la declaración de la menor, a quien el acusado, E.H, exhibía en sus fotos de perfil de redes sociales. Por lo pronto, es contenida por psicólogas del programa de Niñez local. Entre las capturas de pantalla que son parte de la causa también se encontró un tarifario para el abuso que se difundió por WhatsApp: menos de mil pesos por una violación.
Se sospecha que hubo, al menos, 40 clientes abusadores que frecuentaban la casa de la pareja.
La imputación, por lo pronto, es de abuso sexual agravado, corrupción de menores agravada y promoción de la prostitución de una menor.
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