La Justicia penal de La Plata realizó este martes un nuevo rastrillaje en la búsqueda del cuerpo de Miguel Bru, el estudiante de periodismo secuestrado y asesinado por efectivos policiales de la Comisaría Novena de la capital provincial el 17 de agosto de 1993.
El predio rastrillado está ubicado sobre la calle Génova entre 147 y 148, en la ciudad de Berisso y una fuente judicial explicó que el nuevo operativo se realizó a partir de datos aportados por un testigo de identidad reservada y ordenado por el fiscal Marcelo Martini que instruye la causa.
Se llevó a cabo con la presencia de los padres de Miguel, Rosa Schonfeld y Néstor Bru, además de integrantes de la Asociación Miguel Bru. El lugar está compuesto por dos lotes, uno de los cuales posee una edificación que fue analizada por peritos para determinar si hubo movimientos de las estructuras.
En tanto, personal de Gendarmería trabajó con un georadar en el terreno baldío donde se secuestraron algunos elementos que ahora van a ser sometidos a las pericias correspondientes, confió la fuente judicial según Télam.
En un video que se publicó por redes y que se hizo en el lugar, Rosa recordó que este es el operativo 39 en la búsqueda de Miguel: “39 veces que dicen que acá puede estar Miguel”, apuntó y reiteró a los responsables de la desaparición que “hay una recompensa de entre un millón y medio y dos para que aporten datos, con reserva de identidad y con todos los cuidados para que no sepan quienes son”.
Cabe recordar que hacia mediados del mes pasado, la Sala I del Tribunal de Casación de la provincia de Buenos Aires condenó a prisión perpetua al ex policía bonaerense Luján Martínez por el asesinato en 2002 de Mauro Martínez, testigo clave de la desaparición seguida de muerte del estudiante.
Según informó la Asociación Miguel Bru, los jueces de Casación hicieron lugar a un recurso que habían interpuesto y revocó la absolución de 2008 del Tribunal Penal I de La Plata, que lo había dejado en libertad junto al otro ex policía implicado, Ismael Gauna, quien murió en 2009 en libertad.
En relación al fallo, Rosa aseguró: “Diecinueve años después del asesinato logramos que se haga justicia. Con la familia de Beto Martínez sufrimos todas las irregularidades en el juicio oral contra de los imputados Gauna y Martínez, sobreseídos de la forma más impune por el Tribunal Número 1 de La Plata”.
“Sin bajar los brazos, con la asistencia y el trabajo de los doctores Pablo Javier Oleaga, Marcelo Enrique Ponce Nuñez y Ernesto Martín, pudimos ponerle fin a esta pesadilla, porque además este hombre mientras estuvo libre tuvo un intento de femicidio”, dijo.
Mauro “Beto” Martínez fue testigo de la desaparición de Miguel Bru en agosto de 1993 y su testimonio resultó clave para confirmar que Miguel estuvo en la comisaría 9na. de La Plata donde fue torturado hasta su muerte.
“Beto” comenzó a ser perseguido por el entonces oficial Ismael Gauna y al poco tiempo fue detenido en la comisaría de El Dique, en Ensenada, de donde se fugó. Luego, se refugió en una vivienda del barrio Villa Elvira, en calles 120 y 84. El 21 de junio de 2002 irrumpió en la casa una brigada policial encabezada por Gauna y Luján Martínez.
Según la versión de la policía, Mauro Martínez salió a recibirlos armado con un revólver calibre 32, pero testigos del hecho dijeron que salió con las manos en alto pidiendo que no lo mataran, y luego de esposarlo le dieron un tiro en la espalda.
Aunque el Hospital San Martín estaba a pocas cuadras, lo llevaron herido al Gutiérrez, en la otra punta de la ciudad, según un testigo de la misma policía “porque quedaba más lejos y podía morir en el camino”. Finalmente allí murió al otro día como resultado del disparo recibido.
Miguel Bru, un estudiante de periodismo de 23 años, desapareció luego de denunciar a efectivos de la comisaría novena de La Plata por un allanamiento ilegal en su casa y ser amenazado y hostigado para que retirara esa acusación.
Según se acreditó en el juicio, el joven fue secuestrado cerca de la localidad de Bavio, en el partido de La Plata, el 17 de agosto de 1993 y las declaraciones de varios detenidos y las pericias en el libro de guardia permitieron comprobar que fue ingresado en esa seccional entre las 19 y las 20, donde fue visto por última vez mientras era torturado.
En 1999, en un juicio oral y público, fueron condenados a prisión perpetua al ex subcomisario Walter Abrigo, quien murió en la cárcel; y el sargento Justo López, por el homicidio y desaparición; mientras que por encubrimiento fueron sentenciados el ex comisario Domingo Ojeda y el ex oficial Ramón Ceressetto.
En diciembre de 2008, el Tribunal Penal I integrado por los jueces por Samuel Saraví Paz, Patricia de la Serna y Guillemo Labombarda había absuelto a los ex oficiales, a pesar de que la fiscalía pidió en su alegato 20 años de condena y la AMB, como particular damnificado, prisión perpetua.
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