Lo que suena es el llanto de chicos. Había cinco menores en la casa de Gerli de M.O. y E.H., la pareja de santafesinos que fue allanada ayer a comienzos de la noche por la división Trata de Personas de la Policía Federal bajo las órdenes de la fiscal Soledad Garibaldi, de la UFI N° 8 de Lanús.
Esos chicos fueron puestos a resguardo, contenidos por psicólogas y trasladados a un refugio. Hoy, se esperan evaluaciones para determinar si pueden declarar o no en cámara Gesell. Cuatro son hijos de M.O. La mayor, que tiene 12 años, no lo es. Es hija de la hermana de la mujer, que murió tres años atrás.
En medio de una escena dramática, los menores fueron trasladados. La salida de la pareja quedó para el final. Los vecinos del barrio se reunieron para intentar lincharlos.
La Justicia los acusa no solo de abusar de esa nena de 12 años, sino también de prostituirla en esa misma casa, de ofrecerla a hombres por Facebook y WhatsApp. Un hombre de la zona que se enteró de casualidad de la situación los denunció el jueves pasado en la Comisaría de la Mujer de Lanús. Aportó un pendrive con fotos y videos donde la menor es abusada en distintas sesiones.
Hay al menos 50 fotos explícitas en el expediente. Las imágenes muestran que su tía y su pareja abusan de ella también. Entre las imágenes hay un tarifario, una lista de precios. Ofrecían packs de fotos y videos.
Pedían menos de mil pesos por violar a la menor. La mujer también se prostituía, ofrecía dos horas de sexo por 2.500 pesos, 1.500 la hora, tarifa adicional por tríos. Reconocía, según una conversación de WhatsApp que es parte de la causa, que trabajaba con otra chica, “mi hija”. Decía que la joven tenía 17 años.
No era así: la menor tiene 12.
La fiscalía sospecha que hubo, al menos, 40 posibles violadores. Otros investigadores en la causa creen que M.O. también podría haber incluido la oferta de la menor a su cargo con la suya entre sus contactos de Facebook.
M.O. usaba dos teléfonos que fueron incautados y podrán ser peritados. “Allí puede estar todo”, asegura una alta fuente del expediente.
Por lo pronto, la cuenta de Facebook revela algo inquietante. La menor de 12 años tiene su propio perfil, como lo tendría cualquier chico. Hay fotos familiares, o de su egreso de la primaria, pero son una minoría. Tampoco es un Facebook secreto. E.H., el novio de su tía, es uno de sus amigos agregados. Principalmente, se ven fotos suyas posando en bikini o en lencería en la cocina de la casa allanada. Varios usuarios le comentan con stickers de corazones, le piden chatear: casi todos son hombres adultos.
Mientras tanto, entre las fotos que el denunciante entregó a la Policía Bonaerense, hay un tercer sospechoso, un abusador cuyo nombre todavía se desconoce.
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