La relación de José Antonio Rangel Moyeton, un peluquero venezolano de 28 años, y Mayerling Mariana Blanco Bravo, también venezolana y esteticista, de 25, durante los cinco años que duró estuvo atravesada por la violencia de género. Y el domingo pasado se produjo el peor final, cuando el hombre la asesinó de al menos 40 puñaladas frente a su hijo de tres años en una casa en el barrio porteño de Flores. Desde ese día, Rangel Moyetón se encuentra prófugo.
El hecho ocurrió el domingo por la mañana en un departamento de la planta baja del edificio de la calle Yerbal 2900, donde fue hallada asesinada Blanco Bravo. Según aseguraron las fuentes de la investigación a Infobae, la pareja estaba separada desde hacía dos meses, algo que Rangel Moyetón se negaba a aceptar. El hombre la amenazaba: “Te voy a hacer la vida imposible, nunca vas a ser feliz”, le decía mientras la golpeaba. En uno de esos episodios, por ejemplo, la víctima llegó a su trabajo con el ojo hinchado, morado. Le llamó la atención a la dueña del comercio, que intentó ayudarla, pero la mujer le tenía tanto miedo al hombre que no lo denunció.
Así, su relación estaba sumergida en una traumática trama de violencia de género.
Y el domingo pasado por la mañana se produjo el anunciado epílogo, cuando Rangel Moyetón arribó al departamento de la calle Yerbal y todo volvió a empezar. El hombre le reclamó que le diera a su hijo, ella se negó y ese intercambio dio lugar a una discusión que escaló en violencia.
Hasta que, frente a su hijo de 3 años, el hombre tomó un cuchillo de cocina y la apuñaló 40 veces, según informaron las fuentes policiales, que se encuentran a la espera del resultado final de la autopsia. En ese momento, su hijo le dijo a Rangel Moyetón que llamara a una ambulancia porque veía que su madre, todavía con vida, se tomaba el estómago. El hombre, sin escucharlo, prendió un cigarrillo, observó la escena y esperó.
Según informaron las fuentes del caso, el peluquero escondió el cuerpo de la mujer entre dos camas contra una pared y lo tapó con sabanas. Y esperó. Tras asesinarla, Rangel Moyetón, cuyos familiares aseguran que tenía problemas de adicciones, tuvo tiempo hasta de prepararse un bolso para escapar.
Hasta que su hermana arribó al lugar algunas horas después del crimen. Según su declaración, cuando llegó al departamento de la calle Yerbal preguntó por Blanco Bravo y se dirigió a su habitación. Allí, siempre según su versión, la encontró. Volvió a buscar al peluquero para saber lo que había ocurrido, pero ya no estaba, se había fugado, según declaró. Por estas horas, los investigadores analizan la declaración de la mujer, ya que aún no se sabe si los hechos sucedieron tal como los relató o en realidad lo ayudó a escapar.
El caso es investigado por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 35, a cargo de Osvaldo Rappa, y de la Fiscalía N° 12 del mismo fuero de Martín López Perrando, quienes ordenaron la intervención de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad para dar con el paradero del imputado por el delito de femicidio, que prevé una pena de prisión perpetua.
De acuerdo a los testimonios recopilados hasta el momento, la pareja había comenzado a convivir hacía cinco años en Venezuela, pero hace tres que llegó a Buenos Aires porque Rangel Moyetón tenía familiares en la ciudad, donde comenzó a trabajar de barbero.
Manuel Bravo, hermano de Mayerling, aseguró al portal esreviral.com que Rangel “la amenazaba que la mataría si lo dejaba” y que no les decía si él le pegaba “pero sí que la amenazaba”. Según informó la agencia Télam, que adelantó el caso, el presunto femicida es peluquero y en su perfil de Facebook se observan fotografías que lo muestran trabajando hasta hace un par de meses en una barbería ubicada en la calle Ecuador al 1500, en el barrio porteño de Recoleta.
“Queremos dejar explícito que el sujeto había sido desvinculado desde febrero del corriente año de nuestra organización. Por consiguiente, expresamos que desde la fecha no se mantuvo ningún tipo de contacto con el acusado”, señaló un comunicado publicado por Madeira Barber Shop en su cuenta de Instagram.
Los investigadores intentarán reconstruir la fuga de Rangel con los videos de las cámaras de seguridad de la cuadra y de la zona, para ver si se subió a algún medio de transporte o si abordó algún tipo de vehículo particular. También se trabajaba en entrevistar a cualquier familiar, amigo o miembro de su entorno que pueda aportar información sobre su paradero.
SEGUIR LEYENDO: