El martes pasado, Ana María (66), docente y vecina del barrio porteño de Parque Chacabuco, se levantó a la mañana y hacia las 8:30 entró al baño a ducharse. De pronto, empezó a notar que sólo salía agua fría. Pensó que el termotanque estaba apagado y así lo confirmó. Pero no pudo encenderlo de nuevo. Se dirigió entonces a la cocina y vio que allí nada prendía. Algo inusual estaba pasando evidentemente. La única opción era salir de la casa y ahí sí halló la respuesta, aunque nada agradable: le habían robado el medidor de gas.
Todo ocurrió en un domicilio del pasaje Del Comercio al 1100 y, según supo Infobae, Ana María hizo la denuncia ante la Comisaría Comunal 7 de la Policía de la Ciudad. La causa cayó en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 12, a cargo de Martín Perrando. Por el momento, la calificación del expediente es robo y la investigación recién comienza.
Sin embargo, lo que le sucedió a esta docente de 66 años no es un hecho aislado. El robo al medidor de gas -incluido el caño de cobre que acompaña a toda la instalación- forma parte de una serie de hechos similares en varias casas del barrio, con la particularidad de que ocurrieron en un radio de pocas cuadras. De acuerdo con el relato de algunos vecinos a este medio, la ola de robos se hace sentir desde hace semanas y la forma de actuar de los delincuentes se repite. Aprovechan las horas de la madrugada y -según denuncian- la ausencia de efectivos de la Policía en los pequeños pasajes del barrio. Además, trabajan más de a dos o más y arrancan los medidores de la pared, obviamente para luego venderlos.
Infobae accedió a un filmación en la que se puede observar otro robo apenas dos días después del que tuvo lugar en la casa de Ana María. Ocurrió a las 4:51 de la madrugada del jueves pasado, cuando dos jóvenes con la cara descubierta actúan en otra vivienda del pasaje Del Comercio al 1100. Se ubican en veredas distintas y uno de ellos da el golpe. El otro vigila. En segundos el delincuente abre la puerta del medidor y se lo lleva.
Pero hay más. También el martes -día del robo a la docente- K., otra vecina del barrio, también fue víctima del hurto de su medidor de gas. La mujer pidió reserva de su identidad aunque sí relató a este medio lo que pasó. Y las coincidencias no dejan de sorprender. “El martes a la mañana alrededor de las 6.30 fue el robo del caño de cobre del medidor de gas. Yo estaba usando la cocina y se me apagó el gas de repente. No entendía qué había pasado. Salimos de la casa y mi marido encontró la puerta del medidor de gas abierta, con el aparato violentado y varias puertas más de la cuadra en el mismo estado”, contó K. a Infobae. Todo ocurrió en el mismo pasaje pero en otra cuadra.
Lo primero que hizo su marido fue dirigirse a una ferretería para poder reemplazar lo que les habían robado. Allí se enteraron de un dato que los sorprendió. “Nos informaron que se habían agotado los repuestos. Cuando mi marido fue a comprar le dijeron que era el número 15 del día y que se le habían agotado. Terminamos consiguiéndolo en una casa de gas. Por el tipo de medidor, tuvimos que comprar un repuesto completo, no solo el cañito, a un costo de 3000 pesos. El cañito de cobre lo venden a $50 como mucho. Así estamos, es un desastre”, relató K. “No hice denuncia, pero se acercó el subcomisario cuando estaba el empleado de Metrogas arreglando el medidor y tomó los datos”, añadió la víctima.
Los vecinos, todos comunicados en un grupo de whatsapp, no dejan de comentar la serie de robos. De acuerdo con esas conversaciones a las que pudo tener acceso este medio, hubo episodios similares en pasajes como el De las Artes y Del Progreso, todas calles contiguas. Claramente hay una zona elegida por los delincuentes. Tanto Ana María como K. son parte activa del chat y todos coinciden en criticar la ausencia de Policía en la zona y hasta planifican la compra por su cuenta de cámaras de seguridad.
“Hay que volver a pedir e insistir que pongan las cámaras del Gobierno de la Ciudad en las esquinas de todos los pasajes. A mí la semana pasada me rompieron el vidrio en la puerta de mi casa a las 15 horas”, comentó la propia K. en el grupo que comparte con otros vecinos. C., otra residente del barrio, contó en el chat que en una oportunidad le planteó la necesidad de más cámaras y efectivos cara a cara al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, en una de las recorridas vecinales del mandatario por los barrios. Según cuenta, el resultado fue una mayor presencia de uniformados, aunque lamentó que a determinada hora de la noche se retiran y la zona vuelve a quedar liberada.
En las conversaciones incluso aprovechan para comentar robos de otra índole pero la preocupación real es por los medidores de gas y sus caños de cobre. Además de la pérdida momentánea del servicio y el costo económico que representa, uno de los mayores temores es a las posibles fugas y explosiones que esas maniobras podrían generar. De hecho, uno de los vecinos envió un video a Infobae en el que se ve el momento en que personal de la empresa Metrogas y efectivos de los Bomberos de la Ciudad acuden a De las Artes al 1100 luego de un escape de gas, ocasionado por el robo de uno de los medidores.
El miedo a una explosión es latente y así lo deja expuesto Martín, nombre ficticio de otro vecino, en una frase a Infobae que lo resume todo: “El problema es que delincuentes que se llevan los medidores de gas dejan una pérdida y pueden reventar una manzana o una casa. Pueden matar a alguien. Es grave esta situación. No es sólo el robo de algo material. Pone en riesgo la vida de las personas que viven allí”.
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