Marcelo Alejandro Saleh caminaba despacio, encorvado, con una mochila negra en la espalda y casi sin hacer contacto visual con nadie. Lo interrumpió una voz desde una camioneta: “¿Qué hiciste?”. Era un vecino que lo había visto salir con actitud sospechosa, minutos antes de las 10 de la mañana del sábado, de la casa de la localidad de Altos de San Lorenzo, en la ciudad de La Plata, donde Ayelén Arredondo, de 23 años, había sido asesinada a golpes.
“Me contestó ‘nada, nada’. Pero vi que tenía el ojo izquierdo con sangre y lastimado”, contó Emilio, vecino de la zona, al diario El Día. El hombre lo siguió hasta el cruce de las calles 24 y 75, y, según su propio relato, lo tomó del cuello y lo retuvo hasta que efectivos de la Comisaría 8a. de La Plata llegaron y lo detuvieron.
Saleh, acusado de homicidio criminis causa –es decir, de matar con la finalidad de ocultar otro delito– huía con 8 mil pesos en efectivo robados y una mochila con 75 precintos, guantes y una barreta de hierro.
Esa misma mañana había pasado a buscar en su VW Polo a Stella Maris y Omar, los padres de la víctima, que, como todos los sábados, habían contratado el auto para viajar hasta la Unidad Penitenciaria Nº 42 de Florencio Varela, donde está actualmente detenido su otro hijo.
El chofer –de 55 años, con domicilio en el Barrio UOM de la ciudad de Ensenada– ya los había llevado al penal en otras oportunidades y sabía que la visita implicaba, además de la hora de distancia, cerca de unas cuatro horas de espera. Como otras veces, los padres de Ayelén lo contactaron a través de su número particular y acordaron un precio de 4 mil pesos por los dos viajes.
En el interior del auto, la pareja dejó las pertenencias que por seguridad no pueden ingresar a la cárcel durante la visita: una riñonera con sus celulares, documentos, plata y las llaves de su casa.
De acuerdo a la investigación en su contra, Saleh estaba al tanto de ese detalle y, consciente de la cantidad de tiempo con la que contaba, había planeado volver a Altos de San Lorenzo, ingresar con llave a la casa para robar y luego volver a buscarlos sin levantar sospechas.
Pero en la casa estaba Ayelén.
Su cuerpo, que fue encontrado sobre un sillón cubierto de sangre y frente a la tele encendida, estaba tan golpeado que en un principio fue difícil reconocerla y los primeros vecinos en verla creyeron que se trataba de su mamá, que supo lo que había ocurrido recién cuando volvió a la casa a bordo de otro remis junto a su marido.
El fiscal Juan Menucci, titular de la UFI Nº 5 de La Plata, a cargo de la investigación del caso, recibió en las últimas horas los resultados preliminares de la autopsia: de acuerdo al informe forense, la joven recibió varios golpes en la cabeza con un elemento contundente y tenía heridas en los brazos, que pudieron producirse como parte de un movimiento defensivo mientras era golpeada.
Este domingo, Saleh se negó a declarar. Según indicó a Infobae un investigador cercano a la causa, el chofer escuchó el relato del hecho en la fiscalía sin mostrar ninguna emoción. Se mantuvo tranquilo y siguió con atención el proceso. El fiscal Menucci pidió luego su detención a la jueza Marcela Garmendia, a cargo del juzgado de Garantías N° 5 de La Plata, que lleva el expediente.
Cuando volvió a la comisaría, sin embargo, sus compañeros de celda ya habían escuchado sobre el caso en la tele y, dentro del calabozo, los penitenciarios tuvieron que intervenir porque los otros detenidos se abalanzaron sobre Saleh para golpearlo.
El remisero, según confirmaron fuentes judiciales a este medio, cuenta con antecedentes por robo calificado en La Plata: fue condenado en 2014 y recuperó la libertad en 2018. Hasta hace poco tiempo trabajaba en una remisería de la zona, de la cual, de acuerdo a la información recopilada hasta el momento, habría sido despedido, supuestamente, tras ser acusado de un robo.
La investigación por el asesinato de Ayelén ya está avanzada. Los investigadores esperan ahora los resultados de los peritajes sobre la barreta de hierro para determinar si se trata del arma homicida y después, según aseguró una fuente cercana al expediente a este medio, en las próximas semanas ya podría ser elevada a juicio, en el que Saleh podría ser condenado a perpetua.
Ayelén Arredondo, apodada “Yeyé” por su entorno, fue despedida en redes sociales por familiares y amigos. La Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de La Plata, donde la joven estudiaba Derecho y se desempeñaba como ayudante de la Cátedra III de Derecho Romano, también publicó un mensaje por su muerte en el que reclamaron justicia por el crimen y “castigo al culpable”.
“La nena estudiaba, era muy buena chica, la cuidaban como si fuera de cristal y la termina matando un hijo de puta”, se lamentó este domingo el vecino que atrapó a Saleh en la calle.
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