El 13 de enero pasado, Federico Julio López y su compañero, policías de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA, se entreveraron encubiertos en un caminito a la vera del río Matanza, en el borde peligroso del Barrio Fátima de González Catán. La UFI temática de drogas de La Matanza les había enviado un oficio a comienzos de ese mes para entrar en el territorio e investigarlo. López y su compañero llegaron a bordo de un Chevrolet Corsa gris al asentamiento de casas bajas, rodeado de vegetación. A los pocos segundos, salieron del lugar heridos de bala.
López recibió un impacto de lleno en el cráneo, cuando un grupo de hombres con las armas en las manos le gritó, como si fueran policías ellos mismos, y tiraron. Fue trasladado de urgencia al hospital Churruca poco después. El policía continúa internado aunque fuera de peligro, confirmaron fuentes judiciales. Su compañero terminó ileso. La investigación está a cargo de la fiscal Andrea Palín, titular de la UFI Nº9 de La Matanza, quien arrestó a uno de los sospechosos por el ataque y lo acusó por homicidio en grado de tentativa. El hombre se encuentra detenido mientras se está en la búsqueda de sus cómplices.
Por otro lado, los fiscales, acostumbrados a investigar esa zona de la vera del río Matanza que atraviesa tres localidades (Laferrere, Virrey del Pino y González Catán), cuentan al menos un homicidio por mes o más, motivados por ajustes de cuentas de las guerras entre pequeñas facciones narcos. Dicen que no hay un capo en el territorio, un líder, solo cowboys del paco bonaerense, paraguayos principalmente, disparándose entre sí. Sin embargo, en las últimas horas, según los investigadores, se dio “un gran golpe en la zona”.
Luego de ocho allanamientos en las localidades bonaerenses de Laferrere y San Justo, se concretó la detención de tres sujetos: Daniel Javier Barrios, de 34 años, y Hermenegindo Cáceres Castillo, de 47, y Juan Álvarez. Los tres acusados de abastecer a un gran número de pequeños tranzas de esa zona y de la localidad de Moreno. Entre ellos, se sospecha que serían los vendedores al por mayor de los señalados de disparar a matar al policía López en enero pasado.
Así, los procedimientos fueron ordenados por el juez Jorge Ernesto Rodríguez, titular del Juzgado federal Nº2 de Morón, junto al secretario, Ignacio Calvi, quienes los acusaron por el delito de tenencia de drogas con fines de comercialización, agravado por la realización de modo organizado.
En los allanamientos, llevados adelante por la Subestación Laferrere de La Matanza, se secuestraron tres kilos de cocaína, otros 163 de marihuana, una pistola 9mm y algo que llamó la atención de los investigadores: una granada de mano, que fue detonada en el momento. Además de dos vehículos.
La investigación en su contra, según confiaron a Infobae fuentes del caso, comenzó el 31 de enero pasado, cuando llegó a las manos del secretario Calvi una denuncia que los apuntaba como los presuntos líderes de una banda que se dedicaba a venderle al por mayor a distintos narcos de esa zona y de Moreno. Tras una tarea seguimiento, observaron a los sosprchosos retirarse de un domicilio en Laferrere a bordo de un Ford Focus en dirección a la zona de Cuartel V, donde supuestamente dejaron panes de marihuana y cocaína. Más tarde se descubrió que articulaban su negocio del mismo modo en la zona del río Matanza y se ordenaron los allanamientos que esta madrugada terminaron con sus detenciones.
Para los detectives de esa zona, la vera del río Matanza es un lugar conocido. Lo describen como territorio donde la vida vale poco y los crímenes relacionados con ajustes de cuentas vinculadas a mezquindades entre tranzas abundan.
En diciembre de 2019, la Policía Bonaerense detuvo en Laferrere a diez personas que integraban la organización, que en ese momento las crónicas policiales llamaron: “La banda del Carancho paraguayo” o del “Zar de la costa”, por el apodo del presunto líder que habían arrestado: José Ruiz Díaz Cabaña, alias “El Carancho”, un narco de poca monta que organizaba la venta en ese territorio para Hernán Darío Escurra alias “El Nono”, un barra del club Laferrere también detenido en noviembre pasado. “El carancho” además cargaba con causas de homicidio. Según una investigación judicial a cargo de la fiscal María Julia Panzoni, la gente que trabajaba para “el Carancho” se metía dentro del monte, armaba carpas y vendía drogas. Su vía de escape era particular, habían instalado una tirolesa para cruzar el río hacia el margen de Ezeiza. Así, comenzaron las disputas territoriales a sangre y fuego.
Una de las víctimas fue Alexis Maximiliano Zacarías, de 29 años, ejecutado de un tiro en la cabeza: “El Carancho” Cabaña fue imputado por el crimen. Los casos en esa zona tienen grandes similitudes. El 24 de julio de 2019, por ejemplo, la Policía Bonaerense tras un llamado al 911 en González Catán halló un cuerpo envuelto en un colchón a la vera del río; fue identificado como Emilio Guchea, de 19 años. Algo parecido sucedió pocos días después cuando los agentes encontraron el cuerpo de otro joven, Nahuel Ramírez. También enrollado en sábanas y a la vera de un arroyo en Laferrere. Otro caso idéntico fue el homicidio de Luis Rojas, de 25 años, registrado el 25 de octubre de 2019.
“Tu marido está en el fondo del 38 tirado, lo mataron”: así le comunicaron a la esposa de Rojas que habían asesinado a su pareja. El cuerpo estaba envuelto en frazadas y con un tiro en la cabeza. Aún no hay detenidos por el caso. Así, los casos en la zona se acumulan.
Mañana, los últimos detenidos se sentarán frente al juez Rodríguez y el secretario Calvi para dar su versión de los hechos e intentar defenderse del delito que se los acusa. Aunque con los elementos secuestrados y las pruebas en su contra, su situación es cada vez más complicada.
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