La junta médica clave en la que se analizan las circunstancias de la muerte de Diego Armando Maradona se prolongará entre dos y tres semanas más y, basándose en las conclusiones a las que arriben los peritos y al análisis de los mensajes del entorno del Diez, los fiscales ya analizan sumar nuevos imputados y agravar la acusación a “homicidio con dolo eventual”, un delito con pena de 8 a 25 años de prisión.
Si bien cuando se inició el pasado 8 de marzo la junta médica iba a tener una duración estimada de 14 a 21 días corridos, fuentes judiciales informaron que el coordinador de la misma y quien dirigió la autopsia, Federico Corasaniti, jefe del Cuerpo Médico de San Isidro, ya les anunció a los fiscales que necesitarán entre dos o tres semanas más para entregar las respuestas a los 24 puntos de pericia y las conclusiones finales.
“Todas las semanas se realizan dos Zooms, los días lunes y jueves. Nunca se dejó de trabajar e incluso el sábado pasado los peritos se juntaron en la fiscalía general de San Isidro para ver los videos y fotos de la autopsia y el lugar del hecho”, dijo a la agencia de noticias Télam una fuente judicial.
Lo que el equipo de investigadores coordinado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, e integrados por sus dos adjuntos, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, y la fiscal de Benavídez, Laura Capra, ya comenzó a analizar es un posible cambio de calificación para algunos imputados.
Luego de revisar los 20 cuerpos que acumula el expediente, las historias clínicas, los más de 7.000 audios y los miles de mensajes de texto recuperados de los celulares de algunos de los investigados, los fiscales de San Isidro barajan la posibilidad no sólo de sumar nuevos imputados, sino también de agravar la acusación y pasar de un “homicidio culposo” por negligencia médica a un “homicidio con dolo eventual”, es decir, cuando el autor debió representarse que con su accionar podía ocasionar una muerte y no hizo nada para evitarlo.
La diferencia radical es el monto de la pena, ya que con la actual calificación se prevé de 1 a 5 años de prisión, pero con la segunda opción, el rango se eleva a entre 8 y 25 años, un delito no excarcelable.
“Los audios y mensajes son reveladores. Y hay muchos más que los que se filtraron a la prensa. Maradona era una bomba de tiempo, queda claro que todos lo sabían y pese a ello tenía acceso al alcohol, la marihuana y las pastillas. Nadie tomó la decisión de cortarle definitivamente esos consumos y llevarlo a una internación seria”, opinó una fuente judicial.
Una de los investigadores reveló que incluso ya tienen probado que varios meses antes del fallecimiento, cuando Maradona aún vivía en el country Campos de Roca II, en Brandsen, su médico de cabecera Leopoldo Luque, de 39 años, y la psiquiatra Agustina Cosachov, de 35, -los dos principales imputados en el expediente-, ante la adicción de su paciente al alcohol y un diagnóstico de posible “trastorno bipolar”, tenían decidido hacer allí una internación domiciliaria seria con ambulancia, atención permanente y todos los cuidados.
Pero días antes del 30 de octubre, cuando Maradona cumplió 60 años y tuvo su última aparición pública en la cancha de Gimnasia -donde se lo vio muy desmejorado-, alguien dio una contraorden.
Los fiscales se preguntan por qué sucedió esto y si los contratos firmados y el rédito económico que generaba tener activo al ex astro futbolístico y por entonces DT de Gimnasia, tuvo alguna influencia en su desenlace. Para analizar eso, entre otras medidas, Iribarren, Ferrari y Capra ya pidieron una copia del expediente de la sucesión del ex capitán de la selección argentina campeona del mundo en México 86.
Aparte de Luque y Cosachov, los otros cinco profesionales de la salud imputados que por el momento tiene la causa son el psicólogo Carlos Daniel “Charly” Díaz (29); los enfermeros Dahiana Gisela Madrid (36) y Ricardo Omar Almirón (37); la médica que coordinaba la internación domiciliaria, Nancy Forlini (52); y el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni (40).
Pero los fiscales de San Isidro ya tienen bajo la lupa la actuación de algunos miembros del entorno que convivían con el “10” y, más hacia arriba en la cadena de responsabilidades, a sus empleadores, es decir, a los responsables de toda la “maquinaria Maradona” que estaba dirigida por su abogado y representante, Matías Morla. Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre donde transitaba una internación domiciliaria que está bajo investigación.
La autopsia determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.
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