La búsqueda de Alejandro Ochoa, el trabajador rural de 35 años que desapareció el sábado pasado en la localidad de Cortaderas, a 190 kilómetros al norte de la capital puntana, se amplió y extendió hacia la lindante zona de Los Molles. Allí trabajan cerca de 180 efectivos para tratar de hallar rastros del hombre.
El inspector Lucas Chacón, de Relaciones Institucionales de la policía provincial, dijo que se lleva adelante un “profundo rastrillaje en esa zona” y que “los 180 efectivos destacados allí realizan un trabajo puntilloso para dar con el paradero del hombre”.
Además, agregó que se está conteniendo a los familiares y amigos de Ochoa, quienes se manifiestan a diario con cortes sobre la Ruta 1 de ese corredor norteño, un lugar rodeado de cabañas turísticas y que registra un tráfico inusual debido al movimiento por Semana Santa.
Por su parte, el Intendente local, Mario Canali, detalló que ese pueblo de 3.500 habitantes cuenta con una cámara aérea sobre la plaza y el centro, y las del control de ruta, a las que se suman las de algunos vecinos que aportaron videos para colaborar en la búsqueda.
En tanto, la madre de Ochoa brindó una entrevista al diario local El Corredor Noticias: “Yo lo único que pido es que mi hijo aparezca, aunque sea que aparezca lejos, que me lo dejen, que me lo larguen, que lo vea algún vecino.”
“Mi hijo es una persona buenísima. No tiene problema con nadie: si le pedían algo se lo daba. Él no tenía ningún capital. Únicamente criaba gallinitas, pavos, conejitos para poder mantenerse hasta conseguir trabajo, porque es ayudante de albañil”, expresó. Y concluyó: “No es una persona con maldad, por eso pido que, por favor, me lo devuelvan. Por favor, por favor...”.
Durante los rastrillajes realizados por la policía en un campo aledaño a la zona donde vive Ochoa, se encontró una importante cantidad de plantas de marihuana y se investiga si ello puede guardar relación con la desaparición. Sin embargo, por el momento no hay elementos concretos que lo indiquen.
Todo comenzó el sábado pasado cuando la hermana de Ochoa denunció el presunto secuestro en la subcomisaría N°22 de Cortaderas. Posteriormente el caso recayó en el Juzgado de Instrucción Penal a cargo de la jueza Patricia Besso, quien hasta ahora calificó la causa como averiguación de paradero.
Según la denuncia, Ochoa fue visto ese día por última vez por el único testigo que declaró en la causa: se trata de un amigo de él. En su testimonio, el hombre contó que observó el momento en el que Ochoa fue capturado cerca de las 18.30 en las inmediaciones de su casa por dos personas encapuchadas armadas que se lo llevaron en un auto luego de golpearlo.
Desde ese momento, la jueza Besso ordenó una serie de medidas y las autoridades policiales se encuentran rastrillando la zona con ayuda de perros rastreadores y también un grupo de buzos tácticos se encuentra en el Dique Piscu Yaco inspeccionando los espejos de agua.
Además, Besso requirió una serie de peritajes a los celulares de Ochoa y del principal testigo. El informe fue remitido al personal policial a cargo de la instrucción para el análisis.
Por otro lado, los investigadores continúan con la toma de declaraciones testimoniales y con la búsqueda de cámaras y filmaciones que pudieran haber registrado lo sucedido o al menos ofrecer alguna pista.
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