El sábado pasado por la noche, la Policía Bonaerense llegó a la esquina de Jara y Colón en Mar del Plata con dos patrulleros alarmada por una fiesta clandestina. Así, al ver las luces, los presentes comenzaron a huir por una pequeña puerta, la única en el lugar. Se cubren la cara y gritan, apuran el paso, con el sonido de motos enduro que arrancan. Otros insultan al personal mientras corren. Casi ninguno llevaba un barbijo, en medio del recrudecimiento de casos de COVID y de cara a una segunda ola.
No hizo falta ni siquiera decir “alto, policía”. La fiesta fue desalojada en el momento. Mientras tanto, un hombre de la zona filmaba la secuencia, con un video incluido en esta nota que fue adelantado por el periodista Fernando del Río de La Capital.
Luego, según confirmaron fuentes del caso a Infobae, se descubrió que ni siquiera había organización. La casa de la fiesta estaba virtualmente abandonada, con un jubilado que vivía allí y que oficiaba de cuidador. Ni siquiera había muebles en su interior. No había barra, DJ, solo parlantes Bluetooth para activar la música. La reunión parecía extrañamente espontánea. Hubo, finalmente, un aprehendido, con intervención de un juzgado de turno.
Hoy, la Secretaría de Seguridad local a cargo de Horacio García investiga la fiesta y la propiedad del inmueble para buscar a un responsable. Mientras tanto, la ciudad costera, en un refuerzo de controles para el fin de semana largo, sumará 80 agentes civiles con chalecos celestes para disuadir a multitudes de reunirse y recordar el uso de distancia y barbijo, en un fin de semana de Pascua donde no se esperan altas temperaturas, con gran afluencia en centros comerciales.
El fin de semana pasado, la Policía de la Ciudad y la AGC desbarataron otras tres fiestas ilegales en Constitución y Palermo, con 475 personas identificadas.
bajo la firma del juez Ariel Lijo, los efectivos porteños irrumpieron en un domicilio en la avenida Entre Ríos en Constitución. La fiesta había sido anunciada como “La Clande de Rosita” a través de WhatsApp y Facebook. Rosa Magdalena T., de 48 años, con domicilio fijado en lugar, fue detenida junto a una menor y otro hombre de la zona.
Los propios vecinos de la cuadra los denunciaron. Según fuentes del caso, cobraban una entrada de 200 pesos y hacían la fiesta en el lugar hace cuatro semanas. La Policía tuvo que derribar la puerta; las fotos del procedimiento muestran a decenas de jóvenes sin barbijo. Se secuestró la caja registradora con dinero de las entradas, además de varios cajones de cerveza y vino espumante. “Rosita” misma agredió al jefe de la seccional que encabezaba el operativo, sin lograr herirlo, junto a su hija adolescente. Esta semana, “Rosita” fue liberada según fuentes judiciales.
El número mayor de participantes, más de 300, fue encontrado el viernes por la tarde en el Grand View Hotel de la calle Azcuénaga en Montserrat, un establecimiento de cuatro estrellas. Hubo ocho imputados, entre ellos el encargado del lugar y el presunto organizador de la fiesta, con entradas que costaban 1500 pesos, tragos a 500 y agua a 250. Se incautaron drogas y se clausuró el hotel.
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