Escándalo: condenaron a 15 años de cárcel a un hombre por prostituir a menores en una quinta del Sindicato de Jaboneros

El acusado es Fernando Pablo Escobar. Su cómplice Araceli Di Pascua recibió otros cinco años. Las víctimas tenían hasta 14 años al momento de los hechos ocurridos desde 2017 en el predio Mimará de Villa Luzuriaga

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La Quinta Mimará en Villa
La Quinta Mimará en Villa Luzuriaga, uno de los lugares donde ocurrieron los abusos.

Hoy por la mañana, el Tribunal Oral Federal N°2 de San Martín firmó una condena de extraordinaria severidad: quince años para Fernando Pablo Escobar, de 47 años, empleado según él mismo, hoy preso en un penal federal, otros cinco para su socia Araceli Di Salvo, dos años mayor, ambos oriundos de la zona oeste.

Los delitos: trata de personas con fines de explotación sexual, agravado por haber mediado engaño, violencia, amenazas, abuso de autoridad y de situación de vulnerabilidad, por ser las víctimas más de tres, por haber logrado consumar la explotación y por ser menores de edad algunas de ellas, según información del expediente al que accedió Infobae. Escobar se lleva la peor parte: fue considerado reincidente y su nueva pena se unificó a una anterior con un expediente que data de 2002, para 30 años de encierro en total.

El caso en contra de ambos comenzó en abril de 2017, investigado por el fiscal Santiago Marquevich, titular de la Fiscalía Federal N°1 de Morón. Según la imputación en su contra que consta en la elevación a juicio, Pablo Escobar fue acusado de ser un proxeneta de nenas, de haber captado al menos nueve chicas para forzarlas al trabajo sexual, con otras cinco sospechadas durante la investigación.

De esas nueve confirmadas, seis eran menores al momento de los hechos, tenían entre 14 y 16 años. Los abusos a estas menores, sospechados desde 2016, eran cometidos en varios lugares: el departamento que Escobar alquilaba en la calle Mbcuruyá, su domicilio fiscal, en varios hoteles alojamiento del Camino de Cintura y principalmente en una quinta de la calle Miguel Cané en Villa Luzuriaga.

La quinta, llamada Mimará, alquilada para eventos de egresados, casamientos y cumpleaños de 15, con tres piletas, habitaciones con camas y vestuarios, es, según descubrió la Justicia, propiedad de la Federación de Trabajadores Jaboneros y Afines de la República Argentina.

Según la elevación a juicio firmada por Marquevich, la pareja administraba la quinta. Sus tácticas eran netamente sucias. Captaban a sus víctimas “mediante ofrecimientos laborales engañosos efectuados por Facebook, WhatsApp o coacciones a víctimas que ya se encontraban en situación de explotación para que reclutaran a amigas, así como también mediante la recepción de pseudo entrevistas cuyo único fin era obtener datos de índole personal, familiar y/o íntimo que posteriormente eran utilizados para colocar a las víctimas en situación de inferioridad”, según el expediente.

El sindicato, que nunca puso en duda la propiedad de Mimará, sobrevuela el expediente. Según fuentes de la causa, hoy intenta recuperar la quinta, que fue allanada en 2018 por la división Trata de Personas de la Policía Federal y quedó embargada con una medida cautelar. Otros miembros de la Federación fueron imputados, sin embargo, la Cámara de San Martín les dictó la falta de mérito. La sede de la zona oeste del sindicato fue allanada en busca de documentación de la quinta, cuyo sereno era hermano de una figura jerárquica.

Tiempo después, uno de los máximos jefes del sindicato se presentó ante la Justicia que habían tomado posesión del inmueble ante la muerte de Miguel Aparicio en 2018, ocupante de la quinta, asesinado presuntamente por motochorros. El nombre de Aparicio, empleado de Jaboneros y de la Municipalidad de la Matanza, es clave: fue el ex marido de Araceli y un hombre de peso en el negocio de explotar menores.

El Pablo Escobar de Morón fue, meramente, según la causa, un brazo ejecutor.

“Araceli Di Pascua y Miguel Aparicio Torres, fueron quienes pusieron a Pablo Escobar al mando del regenteo, actividad que económicamente habrá sido tan beneficiosa para los aquí involucrados, que Araceli inscribió un Renault Clio que le pertenecía, bajo la titularidad de Escobar”, asegura la elevación a juicio firmada por Marquevich.

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