Este martes por la noche, la división Búsqueda de Prófugos de la Policía Federal Argentina detuvo en el partido bonaerense de Morón a un sacerdote de nacionalidad colombiana acusado de abusar sexualmente de una menor de edad sobre el cual pesaba pedido de captura nacional e internacional desde principios de este año, según confirmaron fuentes del caso a Infobae.
Se trata del cura Guillermo León Pulgarín Acevedo, de 50 años, oriundo del municipio de San Vicente del departamento de Antioquia, Colombia, que durante los últimos años vivió y trabajó en la Argentina y en mayo de 2018 fue acusado de abuso sexual por los padres de una alumna suya del Colegio Monseñor Solari de Morón, donde trabajaba.
Los hechos, según habría relatado la propia víctima a sus padres y autoridades de la institución educativa, habrían ocurrido en noviembre del año 2017, a pesar de que se conocieron varios meses después, en un expediente judicial que quedó en manos de la UFI N° 4 de Morón.
En enero de este año, la Interpol puso una alerta roja sobre la cabeza de Pulgarín, que, acusado por el delito de abuso sexual agravado, se mantuvo desde entonces prófugo de la Justicia a pesar del pedido de captura nacional e internacional.
El “padre Guillermo”, sin embargo, no pudo ir muy lejos.
Este martes, efectivos de la División Búsqueda de Prófugos y Personas Desaparecidas de la PFA lo detuvieron en la vía pública, en pleno Morón, tras una serie de tareas investigativas dispuestas por la fiscalía que comenzaron en la localidad balnearia de La Lucila del Mar, al sur de la provincia de Buenos Aires, donde Pulgarín tenía contactos y existe una congregación de su iglesia en la que, se suponía, podía estar refugiado.
Si bien Pulgarín habría efectivamente estado en La Lucila, según informaron fuentes policiales a Infobae, luego de que los efectivos confirmaran su regreso se produjo rápidamente su detención en el municipio de la zona oeste del Gran Buenos Aires donde empezó la causa en su contra. Su captura a nivel nacional e internacional fue publicada en enero de este año, con una alerta roja de Interpol.
“Ella me lo contó a principios de noviembre [de 2017] y siempre nombraba al padre Guillermo”, recordó hace dos años la mamá de la menor, Carmen, en diálogo con el diario Crónica. “Manifestó que la tocaron y que esta persona hizo un juego con ella”, agregó la mujer, que aclaró que las autoridades de la institución nunca presentaron al cura frente a los padres y que sólo lo conoció cuando, al cruzarlo en un supermercado, su hija lo señaló como su presunto abusador. “A mitad de año ella había cambiado de actitud”, relató también la madre de la víctima, que al momento del hecho tenía 3 años.
Pulgarín ya había supuestamente tratado con niños en Colombia. Hasta 2013 se desempeñó como director del Centro de Reclusión Valle del Lili, destinado al tratamiento de menores involucrados en delitos, donde, bajo su dirección, se produjo una revuelta en la que 40 menores se fugaron y dos murieron.
A pesar de los lentos avances en la investigación en su contra, el padre Guillermo quedó así formalmente acusado de abuso sexual agravado por configurar un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima en concurso con corrupción de menores al ser encargado de la guarda de la menor, en su rol de ministro de culto religioso, en al menos dos oportunidades.
Con información de Federico Fahsbender
SEGUIR LEYENDO: