Alejandro Ochoa, de 35 años, un trabajador rural de la localidad de Cortaderas, a 190 kilómetros al norte de la capital de San Luis, se encuentra desaparecido desde el sábado pasado. Familiares y amigos del hombre denuncian que Ochoa fue secuestrado y realizan cortes de ruta reclamando por su aparición. La Justicia ordenó un fuerte rastrillaje en la zona y hasta envió buzos tácticos al Dique Piscu Yaco para dar con el hombre mientras se intenta esclarecer lo ocurrido.
Fuentes judiciales informaron a Infobae que todo comenzó el sábado pasado cuando la hermana de Ochoa denunció el presunto secuestro en la subcomisaría N°22 de Cortaderas. Así el caso recayó en el Juzgado de Instrucción Penal a cargo de la jueza Patricia Besso, quien por el momento calificó la causa como averiguación de paradero.
Según la denuncia, Ochoa fue visto por última vez el sábado supuestamente por el único testigo que declaró en la causa: un amigo de él. En su testimonio, el hombre contó que observó el momento cuando Ochoa fue capturado cerca de las 18.30 en las inmediaciones de su casa por dos personas encapuchadas armadas que se lo llevaron en un auto luego de golpearlo.
A partir de allí, la jueza Besso ordenó una serie de medidas para dar con Ochoa. Cerca de 180 efectivos se encuentran rastrillando la zona con ayuda de perros rastreadores y también un grupo de buzos tácticos se encuentra en el Dique Piscu Yaco inspeccionando los espejos de agua.
Durante los rastrillajes realizados por la Policía en un campo aledaño a la zona donde vive Ochoa se encontró una importante cantidad de plantas de marihuana y se investiga si ello puede guardar relación con la desaparición, aunque por el momento no hay elementos concretos que corroboren esa hipótesis, según informaron.
Mientras tanto, familiares y amigos de Ochoa se manifiestan a diario con cortes sobre la ruta 1 de ese corredor norteño, un lugar rodeado de cabañas turísticas y que registra un tráfico inusual debido al movimiento por Semana Santa.
En paralelo, Besso requirió una serie de peritajes a los celulares de Ochoa y del principal testigo del hecho. El informe fue remitido al personal policial a cargo de la instrucción para el análisis. Por otro lado, los investigadores continúan con la toma de declaraciones testimoniales y con la búsqueda de cámaras y filmaciones que pudieran haber registrado lo sucedido o al menos ofrecer alguna pista.
Por su parte, la madre de Ochoa brindó una entrevista al diario local El Corredor Noticias: “Yo lo único que pido es que mi hijo aparezca, aunque sea que aparezca lejos, que me lo dejen, que me lo larguen, que lo vea algún vecino.”
“Mi hijo es una persona buenísima. No tiene problema con nadie: si le pedían algo se lo daba. Él no tenía ningún capital. Únicamente criaba gallinitas, pavos, conejitos para poder mantenerse hasta conseguir trabajo, porque es ayudante de albañil”, expresó.
Y concluyó: “No es una persona con maldad, por eso pido que, por favor, me lo devuelvan. Por favor, por favor...”.
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