Este martes por la mañana, el Tribunal Oral N° 14 condenó a Eugenio Veppo a 9 años y 3 meses de prisión por la muerte de Cinthia Choque, la agente de tránsito de 28 años que atropelló en septiembre de 2019 junto a su compañero Santiago Siciliano, quien también resultó gravemente herido por el impacto. Los delitos: homicidio simple y lesiones graves con dolo eventual, matar y herir, luego huir, sin asistir a sus víctimas.
Así, inhabilitado para conducir por diez años, el Volkswagen Passat con el que protagonizó el hecho fue decomisado. En la audiencia por Zoom, a la que Veppo asistió desde una sala en el penal de Ezeiza, se escuchaban bombos de manifestación de fondo en Tribunales. Veppo guardó silencio. Poco antes había dicho sus últimas palabras: “Fui imprudente”, reconoció. El Tribunal ordenó también que la Justicia extraiga testimonios en una nueva causa para determinar si su amigo Alberto Aznar, que viajaba en el auto al momento del crimen, cometió el delito de falso testimonio en el juicio.
La causa que llevó a Veppo a prisión y a ser condenado en primera instancia fue pública como pocas en los últimos años, con pruebas fuertes en cámaras de seguridad, fotos y testimonios.
De acuerdo con la investigación iniciada por la fiscal Romina Monteleone, el hecho ocurrió alrededor de las 3:35 del domingo 8 de septiembre de 2019, cuando el ex periodista y asesor del Ministerio de Justicia conducía su Volkswagen Passat color azul a no menos de 130 kilómetros por hora por la avenida Figueroa Alcorta –en ese tramo la máxima es de 70 km/h– y en zig-zag.
Al llegar a la esquina de Figueroa Alcorta y Tagle, los agentes que realizaban un control vehicular y de alcoholemia sobre la avenida le hicieron señas para que se detuviera.
En ese momento, el auto que era conducido por Veppo se acercó a toda velocidad contra el control y embistió a dos agentes: Cinthia Choque, de 28 años, madre de dos nenas, que salió despedida por el aire por varios metros y murió sobre el asfalto en el acto con un golpe muy fuerte en su cabeza, y Santiago Siciliano, de 35, que resultó gravemente herido, con fractura de pelvis y traumatismo de cráneo, y permaneció más de tres meses internado en el Hospital Fernández.
Veppo huyó sin asistir a las víctimas y abandonó su auto, en el que viajaba con otro hombre y una mujer, a 12 cuadras del lugar, en la calle Silvio L. Ruggieri al 2800, y tomó un taxi que lo llevó hasta su casa en el barrio porteño de Belgrano.
En el registro de las cámaras de seguridad apostadas frente a los estudios de la TV Pública se puede ver entre la copa de un árbol ubicado sobre la izquierda de la pantalla el momento en que el VW Passat conducido por Veppo arrolla a Choque y a Siciliano.
Una segunda filmación muestra el momento exacto en que el periodista Veppo circula de manera zigzagueante a más de 130 kilómetros por hora por Figueroa Alcorta y sobrepasa a un taxi por la derecha segundos antes de embestir a los inspectores. Luego, otras cámaras capturaron la fuga a toda velocidad durante poco más de un kilómetro por las calles Figueroa Alcorta, luego San Martín de Tours, luego Libertador y Coronel Díaz.
Según consta en el expediente, al momento del hecho, Veppo sostenía esa velocidad para “rebasar tanto por izquierda como por derecha a los automotores que circulaban por la misma senda, presuntamente luego de haber ingerido alcohol y/o drogas”. Varios testigos indicaron que había bebido vino y whisky.
Poco después del hecho, efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires hallaron el vehículo que tenía golpes en el parabrisas, el capó, el guardabarros y la parrilla, todo del lado del acompañante. Sin embargo, no había rastros del conductor. Alrededor de las 17 del domingo, Veppo se entregó en la Comisaría 1A de la calle Tucumán.
“Venía conduciendo el auto y no tenía visibilidad cuando me abro del auto que tenía adelante y de costado sentí un poco el impacto, pero seguí manejando de los nervios, aunque no sabía hacia dónde manejaba, y luego entré en estado de shock. Había chocado con ‘algo’”, sostuvo Veppo durante su indagatoria, en la que no pudo determinar qué había chocado exactamente. Al decir esa última frase, su abogado le recomendó que se callara.
Luego de su declaración, la jueza subrogante del Juzgado N° 13, Yamile Bernán, cambió la calificación de homicidio culposo por una más grave, por el delito de homicidio con dolo eventual, que prosperó finalmente.
Más temprano ese mismo día, los restos de Cinthia Yanet Choque fueron velados en la Capilla de Nuestra Señora de Copacabana, muy cerca de su casa en el barrio de Pompeya, y luego depositados en un nicho del Cementerio de Flores ante la presencia de su esposo, la mayor de sus hijas, sus padres, su hermana, amigos y compañeros de trabajo, algunos que apenas la conocían pero sentían la necesidad de despedirla.
Mientras familiares y amigos despedían a la joven, cientos de agentes de tránsito compañeros de Cinthia y de Santiago Siciliano cortaban la avenida 9 de Julio a la altura del Obelisco para reclamar por mejores condiciones laborales en una movilización inédita.
Poco más de dos meses después del hecho, la causa fue elevada a juicio oral el 21 de noviembre de 2019 por el juez de instrucción Luis Zelaya y el expediente recayó en manos de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 14, quienes escucharon a alrededor de 20 testigos durante las audiencias que se llevaron adelante.
Este martes, Veppo –que siguió durante el último mes todo el proceso en su contra a través de videoconferencia por Zoom desde una computadora en una sala del penal de Ezeiza, donde está detenido– expresó sus últimas palabras antes del veredicto, a pesar de que se había negado a declarar durante el juicio.
“Reitero mi más sincero pedido de disculpas a la familia de Cinthia. Hace más de un año y medio que estoy detenido. Fui imprudente, pero jamás me representé que podía causar este accidente, lo lamento profundamente”, expresó.
El viernes pasado, el fiscal Fernando Klappenbach había solicitado en su alegato que Veppo fuera condenado a una pena de 5 años y 10 meses de prisión por homicidio culposo –es decir, sin intención– y lesiones culposas graves, en ambos casos agravado, respecto de Choque y Siciliano, a pesar de que la querella reclamaba una pena más dura y una calificación más grave.
La indignación de los familiares de las víctimas radicó en que Klappenbach solicitó una calificación legal distinta de la que Veppo tuvo hasta el juicio oral. Hasta esa etapa, la fiscalía de instrucción, a cargo de Romina Monteleone, había determinado que se trató de un “homicidio con dolo eventual” –es decir que Veppo debió representarse que conducir de forma imprudente podía causar una muerte–, tal cual sostuvo la querella.
El abogado Andrés Gramajo, que representa a la familia Choque, había requerido una condena de 15 años de prisión para el periodista, “el decomiso” del auto con el que el periodista causó la tragedia y una inhabilitación por 10 años para conducir. Por su parte, los abogados defensores Diego Szpigiel y Claudia Clementi solicitaron a los jueces la pena mínima de un “homicidio culposo”.
El abogado de la familia Choque, a su turno, dejó en claro su disconformidad con la apreciación de la fiscalía. “No encuentro ni cercanamente posible que una persona manejando un vehículo del porte de un Volkswagen Passat, luego de atravesar dos semáforos en rojo de importancia y a una velocidad de 132,75 kilómetros por hora, no se le ocurra, no se le cruce por la mente, no se haya representado que, de presentarse un imprevisto, haya una fatalidad segura”, argumentó Gramajo, quien también solicitó que el amigo de Veppo que iba en el asiento del acompañante del auto, en el que también había una mujer, sea investigado por falso testimonio.
Durante la primera audiencia del juicio, el 26 de febrero pasado, Santiago Siciliano, que sufrió fuertes lesiones que lo dejaron incapacitado, brindó su declaración: “No recuerdo más que haber salido de mi casa. Lo próximo que me acuerdo es abrir los ojos en la terapia intensiva del Fernández. Puedo decir lo que he visto en el video y contar lo que me contaron mis compañeros”, contó Siciliano.
“Ese día me puse el uniforme, tuve un momento para comer algo y me mandaron a hacer un control de alcoholemia en Figueroa y Tagle, no llevábamos el alcoholímetro, no llevábamos el equipo para hacer el control porque íbamos a relevar al equipo, pero los artefactos no estaban. Lo que hicimos fue hacer detenciones para tomar documentación, no había material para el test”, agregó.
“Después lo que ya saben”, dijo Santiago, y relató brevemente el accidente. “Me emociona mucho esto. Cinthia Choque era madre de dos nenas, una de siete, otra de cuatro. Yo soy padre de un hijo, estaba por cumplir los 9, yo tuve suerte, y Cinthia no. Bah, tampoco tuve mucha suerte, quedé discapacitado de por vida, no me pueden devolver las cosas que perdí”, finalizó.
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