Un nuevo video difundido en las últimas horas muestra que el violento ataque que le costó la vida a la psicóloga María Rosa Daglio, ocurrido hace una semana en Ramos Mejía a manos del motochorro Alejandro Miguel Ochoa (55), no fue un hecho aislado: cuatro días antes del asesinato, el delincuente atacó exactamente de la misma manera a una vecina de la localidad de Castelar también para robarle la cartera. La única diferencia es que de milagro no la mató. Sin embargo, le ocasionó graves lesiones. La mujer sufrió fracturas en la clavícula y la pelvis y según contó Enrique, el marido, deberá pasar al menos los próximos 40 días en una silla de ruedas.
El ataque ocurrió la mañana del lunes 15 de marzo sobre la calle Buenos Aires al 700. Ese día, Raquel, de 57 años, había salido para llevar a su nieto al jardín. Después de dejarlo, pasó por una farmacia y luego emprendió el camino de regreso a casa. De acuerdo con las imágenes captadas por la cámara de seguridad, la mujer caminaba completamente desprevenida cuando de repente fue sorprendida por el motochorro. El delincuente tiró de la cartera y arrojó a la víctima contra el piso. Raquel en ese momento quedó inconsciente hasta que fue asistida por dos vecinos. Ochoa, por su parte, huyó de la misma forma tras el ataque a la psicóloga de Ramos Mejía.
Debido al estado de salud de Raquel, su familia decidió no hacer la denuncia en ese momento. Pasaron los días de internación en el hospital hasta que al ver las imágenes del crimen de María Rosa -dadas a conocer esta semana- se dieron cuenta de que se trataba del delincuente. La misma moto, la misma ropa y las mismas zapatillas le confirmarían a la mujer que ella también había sido víctima del asesino. Simplemente tuvo mejor suerte que la psicóloga. Después la Policía le confirmaría a la familia que se trataba de Ochoa.
“Estuvimos toda la semana en la clínica. Cuando ella vio las imágenes imaginó que podría ser la misma persona. Después nos facilitaron el video (de Daglia) y ahí se quebró porque se puso en el lugar de la otra persona. Quiero transmitirle nuestro sentido pésame a la familia”, dijo Enrique en diálogo con la prensa ubicada frente su domicilio. “No hicimos la denuncia porque estuvimos toda la semana en la clínica y después cuando realmente nos dieron el alta estábamos ocupados en ver cómo la atendían. Mi señora decía que le parecía que es la misma persona. En un principio no lo relacionamos porque estábamos con nuestras cosas y después vimos que estaba muy relacionado”, agregó el marido de Raquel.
Sobre el día del ataque, el hombre contó que su esposa estaba volviendo a su casa “sin pensar que le podía pasar” lo que le ocurrió. “Uno nunca se imagina que una moto iba a estar en la vereda haciendo todas esas cosas”, dijo.
Respecto al hecho de que el motochorro -un delincuente con un extenso prontuario- había sido beneficiado con la prisión domiciliaria, Enrique expresó que es una situación incomprensible. “No entendemos (por qué está libre) porque cualquiera de nosotros hace una cosa chiquita y tiene un problema serio; y una persona con antecedentes y presa con la excusa del coronavirus está afuera. Con ese criterio deberíamos estar encerrados todos en casa y no nos protegen a nosotros como protegen a un delincuente. Nadie lo puede entender. El sentimiento generalizado, una persona que tendría que estar presa esté afuera y da toda la sensación de que el coronavirus es una excusa para largar gente”, criticó.
Por ahora Raquel se recupera aunque sigue muy dolorida. Desde la comisaría de Castelar se comunicaron con la familia para ver si querían hacer la denuncia contra Ochoa. Enrique dijo que sí aunque por ahora no se pudo acercar hasta la sede policial. En ese sentido, las autoridades se comprometieron a que efectivos de la comisaría irán hasta su domicilio para completar el trámite. “Por suerte mi señora está bastante bien porque está mejor de lo que pensábamos. El diagnóstico inicial era tres meses en cama sin moverse pero por suerte no fue así. Por suerte puede estar en una silla de ruedas y no postrada en una cama. Está en casa. No se puede mover porque tiene fractura en clavícula y en la pelvis. Los movimientos son muy limitados. Si se mueve le duele mucho ”, comentó.
Seguir leyendo