“Me ofrecieron dinero para no hablar”, aseguró la joven de 23 años que denunció haber sido violada en manada el 6 de marzo en una fiesta clandestina que tuvo lugar en una casa situada en la ciudad Burruyacu, provincia de Tucumán.
Por el hecho, tres hombres de entre 25 y 30 años fueron detenidos y acusados de ser los autores del ataque sexual. Entre ellos se encuentra el hijo del ex intendente de Burruyacu, David Padilla.
“David Padilla, actualmente funcionario del Gobierno de la Provincia de Tucumán, se desempña como coordinador de Comunas Rurales Sección Este. La familia Padilla fue la que a través de la ciudadana Julieta Galván ofreció departamento, vehículos, dinero e incluso el pago de una psicóloga a mi defendida”, señaló a TN el abogado Gustavo Morales, quien además contó que antes de ser apresados los “los imputados estaban preparando su fuga hacia Rosario”.
De acuerdo a la denuncia de la víctima, el ataque se produjo durante la madrugada del domingo. Uno de los acusados la invitó a salir y fueron a tomar una cervezas a un bar ubicado frente a la plaza principal de Burruyacu. Luego, decidieron irse a la casa de otro joven, donde se realizaba la fiesta clandestina.
La joven contó que estaba alcoholizada y decidió acostarse en una habitación porque se sentía mal y fue en ese preciso momento cuando el hombre con el que había ido a la fiesta entró y abusó de ella sin su consentimiento y luego hicieron lo mismo los otros dos hombres aprovechando su estado de indefensión.
“Fui atacada por tres esa noche, era domingo. Me golpearon”, relató Andrea (nombre ficticio) de espaldas a la cámara al ser entrevistada por TN.
“Yo salía con uno de los chicos y él me invitó junto a uno de los dueños del bar. Me dice que uno de sus primos iba a hacer una fiesta clandestina”, admitió la joven, quien conocía a casi todos lo que se encontraban en ese lugar; incluidos sus hermanos y sus primos.
“A la hora del hecho ya no había casi nadie, ya había terminado la fiesta. Fue alrededor de las 8. Ahí es cuando pido ir a una habitación porque me sentía mal. Me acompañó Benjamín y los otros dos los siguieron”, recordó Andrea.
Luego de ser abusada, la joven llamó a un amigo para que la auxiliara: “Me vino a buscar y fuimos a hablar un rato del tema hasta que me dejó en mi casa”.
Lo primero que hizo fue darse una ducha para reponerse. “Cuando entré, mi mamá todavía no estaba. Me bañé para que ella no se diera cuenta. No quería contar nada hasta que ellos mismos lo salieron a divulgar y una prima mía se enteró”, indicó.
“Ellos hacían bromas sobre lo que había pasado. Lo contaban entre sus amigos y como acá casi todos nos conocemos, uno le cuenta al otro y se va divulgando todo”, dijo. Y así fue como 10 días después del hecho, Andrea le contó lo sucedido a sus padres y realizó la denuncia correspondiente.
Una vez que la noticia salió a la luz, familiares, vecinos y amigos de la víctima realizaron este domingo una marcha para exigir justicia en la plaza principal del pueblo. “Si tocan a una tocan a todos” y “Violadores” fueron algunos de los carteles que encabezaron la manifestación.
Erica, la madre de la joven que denunció el abuso, señaló que desde que volvió de la fiesta la notó mal y empezó a advertir de la aparición de moretones en su cuerpo. “Yo le preguntaba cómo estaba y ella me decía ‘estoy bien mamá, estoy bien’. Hasta que después de diez días me contó la verdad. Una de las primas la incentivó a que me diga y ahí hicimos la denuncia”, admitió a La Gaceta.
La mujer también corroboró los dichos de su hija y del abogado con respecto a un supuesto soborno. “En la semana vino gente a mi casa para hablar con mi hija. Le decían que no haga la denuncia, que le iban a dar mucha plata, se hacían los amigos, la querían sobornar”, denunció.
“Lo que le hicieron a mi hija no se le hace a nadie. Ella ahora está como puede, no puedo decir que está bien, la está luchando”, concluyó con los ojos llenos de lágrimas mientras participaba de la marcha para pedir justicia por su hija.
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