El repudiable episodio ocurrió la tarde del martes pasado, unos minutos después de las 19. La víctima, un joven de 21 años llamado Bruno Sebastián Martín, estaba en ese momento trabajando, a punto de entregar un pedido en San Isidro, cuando sucedió lo inesperado: fue arrollado por un motociclista que venía haciendo la maniobra comúnmente llamada “wheelie”, o “willy”. El impacto lo dejó en coma. Su estado es crítico y pelea por su vida internado en una sala de terapia intensiva. Mientras tanto, entre sus familiares creció la indignación después de conocer que el conductor de la moto, Leandro Lafratta, fue liberado a las 48 horas.
Martín fue embestido a las 19:11 del martes en la calle Diagonal Tucumán, casi esquina Beruti, de la localidad de Martínez. Había ido hasta allí con la camioneta de su abuelo, una Fiat Doblo. Una cámara de seguridad de una casa de la cuadra registró el incidente. En las imágenes se observa a la víctima bajar de su vehículo y dirigirse a la parte trasera para retirar el pedido a entregar. Era la última actividad pendiente antes de terminar su jornada laboral.
El repartidor no llegó a tomar con sus manos la mercadería. Ni siquiera alcanzó a abrir la puerta de atrás. Solo dio tres pasos sobre el asfalto cuando Lafratta, conduciendo su motocicleta Honda Tornado de color rojo en contra mano, lo arrolló a toda velocidad y por la espalda. Al parecer, el motociclista no vio a Martín debido a la maniobra temeraria que realizaba. Ambos cayeron unos metros más adelante.
La madre del joven atropellado, María del Rosario, contó que su hijo quedó tendido en la calle unos 40 minutos hasta que llegó una ambulancia del servicio de emergencias municipal. Martín fue trasladado de urgencia al Hospital Central de San Isidro, donde permanece desde entonces. El parte médico de este viernes precisa que sufrió un “traumatismo encéfalo craneano grave con múltiples fracturas de cráneo y de columna cervical” y también presenta una “fractura de pelvis”.
“Al día de hoy, continúa cursando el post operatorio de neurocirugía de terapia intensiva, con soporte ventilatorio, y su estado sigue siendo crítico”, agrega el informe.
Por el hecho se inició una causa caratulada como lesiones graves culposas agravadas en la que interviene la fiscalía descentralizada de Martínez, a cargo de Gastón Garbus. Lafratta fue detenido, pero tras ser indagado recuperó la libertad dos días más tarde.
Esta decisión despertó el enojo de los familiares de Martín, que subrayaron que “no fue un accidente, fue un incidente provocado por un loco que ya habían visto haciendo estas maniobras”. “Hay gente que evidentemente no entiende que estas cosas no se hacen, que conducir impudentemente, no importa con qué vehículo, puede producir daños irreparables. La vida de Bruno no va a ser la misma”, lamentó María del Rosario al canal TN.
Una voz cercana al expediente reveló a Infobae que “en su indagatoria, el motociclista aseguró que no vio a su víctima. Afirmó que por ponerle grasa al manillar se le zafó la mano izquierda, con la derecha aceleró y se levantó la moto”.
Garbus no cree en esta versión. “Es una moto pesada, de 250 cc, para levantarla tenés que hacer un movimiento de distribución de peso del cuerpo, cambio bajo, embrague, poner el cuerpo atrás y la moto levanta, no hay forma de hacerlo de manera involuntaria”, aseguró la fuente.
Sin embargo, el fiscal estima que en su maniobra tipo “willy”, jamás podría haber visto a Bruno, que recién salía de su camioneta.
Lafratta, vecino de la zona del accidente, dedicado al rubro de instalación de ascensores, fue imputado por los delitos de lesiones graves culposas, agravadas por el uso de vehículo automotor, conducción imprudente sin uso de licencia y realización de maniobras de destreza en lugares no autorizados. “Le tiraron todo el Código Penal que podían”, dice la fuente.
Así y todo, el fiscal Garbus no pudo mantenerlo detenido. Para justificar una prisión preventiva o una detención, el Código bonaerense reclama un balance entre la pena mínima y máxima. Dada la calificación, con un máximo de cuatro años, no había un monto suficiente para mantener a Lafratta bajo arresto. La imposibilidad de que Lafratta quede detenido se reduce a la ley misma.
La figura del dolo eventual, como se le aplicó a Eugenio Veppo, no está descartada, pero Garbus considera que por lo pronto, no es aplicable.
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