A poco de cumplirse 14 años del crimen, la causa por el asesinado de Nora Dalmasso, la mujer que fue ahorcada en su casa de Río Cuarto mientras su esposo y principal sospechoso, Marcelo Macarrón, jugaba un torneo de golf en Uruguay, podría llegar a juicio oral en los próximos meses.
Así lo reveló Gonzalo Romero, secretario de la oficina de jurados populares de Córdoba, quien adelantó que para mediados de 2021 estaría preparado el grupo de personas que, junto a jueces técnicos, decidirán la culpabilidad o inocencia del viudo de la víctima.
“El tribunal ya decidió hacer el juicio a Macarrón este año, en junio, julio. De todas las provincias que tienen juicio con jurados, Córdoba fue la única que mantuvo el año pasado un funcionamiento a pleno, pese a la pandemia”, explicó el funcionario.
Por otra parte, la Cámara Primera del Crimen de Río Cuarto, que es la encargada de llevar adelante las audiencias contra Macarrón, quedó integrada por los magistrados Daniel Vaudagna, Natasha García y Virginia Emma, aunque esta última podría ser reemplazada porque ya presentó los papeles para la jubilación.
“La idea es poder hacer este juicio alrededor de la segunda mitad de este año, dadas las cuestiones que hay que tener en cuenta para realizar un juicio de estas características”, agregó Romero a Cadena 3.
La historia de Dalmasso ocupó la tapa de todos los diarios de Córdoba y de buena parte del país durante el 2006, cuando se conoció el misterioso asesinato de esta mujer, el cual tenía demasiados interrogantes y guardaba ciertas semejanzas con el caso de María Marta García Belsunce, ocurrido unos años antes y recientemente resumido en una serie de Netflix.
Nora, de 51 años, fue a cenar y a tomar algo con sus amigas, volvió a su casa y uno o dos hombres la estrangularon con sus manos y el lazo de su bata. El cuerpo fue encontrado el 26 de noviembre.
Hubo siete sospechosos, pero el único imputado es Marcelo Macarrón, por ser el supuesto autor intelectual del crimen, que contempla una pena máxima de cadena perpetua. Los investigadores no saben aún quién estranguló a la víctima.
Para el fallecido forense Osvaldo Raffo, que llegó a ser contratado por Macarrón para que analice la autopsia, a la mujer la esperaron dos hombres en su casa y ella luchó hasta ser desmayada de un golpe.
Javier Di Santo, el primer fiscal del caso, dejó circular la versión de los amantes de Nora. A uno le dicen “El Francés”, un empresario agropecuario. Un ex funcionario también fue vinculado. Un abogado reconocido de Córdoba, también.
Sin embargo, en el expediente consta que la única relación extramatrimonial que ella tenía era con Guillermo Albarracín, un amigo de su esposo. Durante el asesinato, los dos hombres cenaban en Punta del Este, donde jugaban un torneo de golf.
La pista “amantes” (se habló de seis y era falso) apuntaba a un juego sexual (asfixiofilia, desmentido pocas horas después del crimen) o a un femicida despechado que no aceptó el rechazo de Nora o el corte de la relación.
La acusación contra Macarrón tuvo dos líneas investigativas. La primera, impulsada por Daniel Merelles -segundo fiscal del caso- puso al traumatólogo en la misma escena del crimen. Para Merelles pudo haber tomado un “avión fantasma” desde Uruguay a Río Cuarto para matar con sus propias manos a su esposa. Pero nadie lo vio y su coartada no pudo ser derribada. Es más: el hombre tuvo sexo con ella horas antes del asesinato y por eso el líquido seminal hallado en la escena del crimen es suyo.
La otra, que sigue vigente y mantiene imputado al viudo a partir del tercer fiscal del caso, Luis Pizarro, es que fue el presunto autor intelectual del crimen. Es decir: mientras jugaba al golf en Uruguay con amigos, un asesino contratado por él mataba a su esposa.
El móvil del homicidio sería una traición amorosa o algo que supuestamente sabía la víctima sobre los contactos políticos de Macarrón. Ahí aparece la hipótesis del motivo económico: se habla de testaferros, de contactos estrechos con el poder y de reuniones turbias, pero nada de esto pudo ser probado hasta el momento.
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