El emblemático anillo del ex presidente Carlos Menem, que había sido robado en el mes de diciembre, finalmente apareció. Según confirmaron fuentes policiales a Infobae, la joya fue entregada a la policía de la Ciudad por la familia del enfermero -sospechoso del hurto- que asistió al ex mandatario antes de morir. Se trata de una pieza de oro con una piedra de ónix que el ex mandatario usó durante toda su presidencia y su período como senador.
De acuerdo con lo informado a este medio, la madre, la tía y la prima del sospechoso se acercaron en horas de la madrugada a la Comisaría Vecinal 13 C de la Policía de la Ciudad y preguntaron por el domicilio de Zulemita Menem para entregarle el anillo. Los efectivos corroboraron que se trataba de la histórica joya y la recuperaron. Para ello, le pidieron a la tía que exhibiera el anillo y observaron en la pieza el grabado con las inscripciones de los nombres de los hijos del ex jefe de Estado: Carlitos Junior, Zulemita, Nair y Máximo. No había dudas, se trataba del anillo de Menem.
Apenas llegaron los familiares del enfermero prófugo a la sede policial, tomó conocimiento también la custodia adicional de la Policía Federal apostada a la casa de la hija del ex presidente de la Nación, ubicada en la calle Echeverría. La tía que entregó la joya -confirmaron las fuentes- reside en el barrio de Villa Soldati junto al enfermero de 30 años que asistió a Menem en su domicilio y que ya fue citado a indagatoria. Por el momento no hay ningún pedido de captura.
Al consultar con el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Número 9, a cargo de Martín Peluso y la secretaría número 118 de Diego Villanueva, se le tomó declaración testimonial a la tía y se calificó el expediente como averiguación de ilícito. Además, secuestraron inmediatamente la joya y la pusieron a resguardo. Luego del testimonio de la familiar del enfermero, las tres mujeres quedaron en libertad.
El robo del anillo y su historia
El hurto habría ocurrido entre el 6 y el 14 de diciembre en la casa de la familia Menem del barrio porteño de Belgrano, mientras el ex presidente permanecía internado en el sanatorio Los Arcos. Tras varias semanas, uno de los tres enfermeros que lo cuidaban fue apuntado como el autor del robo. Según había asegurado a Infobae el abogado de Zulema María Eva “Zulemita” Menem, Diego Storto, el hombre fue identificado y se encuentra “en rebeldía”. El robo del anillo fue denunciado el 14 de diciembre último.
El día anterior, Zulemita había solicitado a la custodia personal de su padre que fueran a su domicilio en Belgrano para que buscaran algunos objetos personales, entre ellos un estuche de anteojos donde el ex mandatario guardaba el anillo que solía lucir en el anular de su mano izquierda.
Al día siguiente, un enfermero de Menem, que volvía a trabajar luego de tomarse vacaciones, quiso entregarle los anteojos, pero no los encontró, por lo que se dirigió al departamento, donde descubrió que también faltaba su propio teléfono celular. En la denuncia, el hombre precisó que trabajaba como cuidador en el domicilio junto a otros tres enfermeros que habían sido contratados de manera temporal por la obra social prepaga que atendía a Menem, indicaron las fuentes. El fiscal Velarde solicitó una serie de tareas investigativas a la División Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad para identificar a los sospechosos.
El anillo que hasta hoy fue objeto de la investigación judicial en realidad es una réplica, cuyo origen se dio irónicamente también durante un desafortunado episodio. El original, que había sido un obsequio de su padre Saúl, se perdió el 19 de diciembre de 1989, día en el que Menem asumió como presidente de los argentinos. Debido a esta situación y al valor sentimental que representaba la joya, Zulemita mandó a hacerle la réplica, que es la que usó durante todo el período como jefe de Estado y como senador nacional.
Prácticamente no se lo sacaba; solo cuando iba a dormir. En las noches Menem colocaba la pieza dentro del estuche de los anteojos que usaba a diario, lo dejaba en su mesa de luz y al otro día volvía a ponérselo en su mano izquierda. Por la internación de diciembre pasado, esa rutina se vio abruptamente modificada y fue lo que dio pie al hurto.
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