Hoy por la mañana, en presencia de varios abogados querellantes y defensores, un equipo técnico de la Procuración logró en la fiscalía general de San Isidro extraer lo que podrá ser el Santo Grial de la causa que investiga la muerte de Maradona como un posible homicidio culposo a manos de los especialistas a cargo de su tratamiento: los contenidos de los iPhone personales del ídolo.
Matías Morla, abogado que representa a las tres hermanas como particulares damnificadas en la causa, pidió en un escrito que los audios y chats no sean revelados o filtrados a la prensa, luego de que el juez Orlando Díaz autorizara a abrir los contenidos. John Broyad, fiscal general de la jurisdicción, que encabeza el equipo de investigadores del caso con los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra, ya había decidido no hacerlo de todas formas.
Los contenidos de los teléfonos de Diego que fueron secuestrados de la mesita de luz junto a su lecho de muerte, aseguran fuentes cercanas al expediente, no son demasiado grandes en cuanto a peso en gigabytes. Sin embargo, engrosarán un expediente que no detuvo su marcha con una feria judicial en el medio, una de las instrucciones judiciales más veloces en la historia reciente. Hoy, los fiscales acumulan 17 cuerpos, con al menos 400 fojas de transcripciones de audios de chats, historias clínicas de nueve centros médicos distintos.
Lo que digan los teléfonos de Diego será un punto más para la zona cero del caso. Hoy, y en turnos rotativos de 16 horas diarias con un equipo judicial completo, los cuatro fiscales trabajan en los puntos de pericia, sus preguntas para la junta médica integrada por médicos de la Asesoría Pericial de la Procuración que definirá si Maradona murió o no a causa de un homicidio culposo a cargo de los especialistas y auxiliares que coordinaban su tratamiento por negligencia u omisión, que dirán si su internación domiciliaria era adecuada, si su medicación era correcta, si tenían los médicos adecuados para su patología, si la muerte era evitable o no.
La junta médica aún hoy no tiene fecha definida, pero sus especialistas ya se conocen, con la convocatoria casi cerrada, coinciden fuentes cercanas al expediente. La lista de expertos se mantiene bajo estricto hermetismo, pero Infobae pudo saber sus especialidades: habrá un toxicólogo, neurólogo, cardiólogo, psiquiatra, nefrólogo, un hepatólogo –Maradona sufría de cirrosis e insuficiencias renales–, así como los legistas que participaron de la autopsia del 25 de noviembre. A esta lista, también, se podrán sumar los especialistas propuestos por las partes.
Hay, por otro lado, otro testimonio clave que se espera: la última historia clínica en ingresar al expediente, de la mano de un especialista del instituto Sacre Coeur, cerrado años atrás. Leopoldo Luque, el principal imputado, se escudó mediáticamente con estudios hechos a Maradona que aseguraban que cardíacamente se encontraba en forma óptima para recibir su tratamiento, estudios realizados entre enero y septiembre en las clínicas Ipensa y Olivos.
Esos estudios fueron encontrados: en los cálculos de los investigadores, fueron insuficientes o poco exhaustivos para un paciente como Maradona que sufría una cardiopatía crónica.
Este nuevo testigo, según fuentes de la causa, adelantó que Maradona ya había sido diagnosticado en 2004 con “una miocardiopatía dilatada con microinfartos múltiples”.
Esos microinfartos siguieron ocurriendo horas antes de la muerte de Maradona, según la autopsia. Su corazón ya pesaba más de medio kilo. De acuerdo a este diagnóstico, creen investigadores, Diego hubiese requerido medicación de manera crónica y abstenerse totalmente del alcohol.
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