Esta tarde, la Justicia de Mendoza condenó a Marcos Graín a 11 años de prisión efectiva por el crimen de Paula Toledo, la joven de 19 años que fue abusada sexualmente y asesinada en 2003 en la la ciudad de San Rafael.
El tribunal compuesto por los jueces Néstor Murcia, Alejandro Celeste y Esteban Vázquez Soaje determinó la pena para el único acusado por un aberrante crimen que debió esperar 17 años para encontrar un culpable.
El fiscal Pablo Peñasco había solicitado una pena de 25 años de prisión para Graín al considerarlo partícipe necesario pero no autor material del abuso y el homicidio de Toledo. Durante el proceso de investigación, Iván Gauna y los hermanos Víctor y Alejandro Echegaray, a quienes el fiscal acusó como partícipes de los hechos, fueron absueltos por la Justicia.
Graín presenció la lectura de la condena y sus últimas palabras fueron destinadas a una nueva declaración de inocencia.
“Todos estos hechos se causaron porque Paula Toledo era mujer. Era la única mujer del grupo y creía que estaba contenida por su amigo (Graín) y que ella tenía una relación sentimental”, explicó Peñasco. Y continuó: “(Paula) estaba en una situación vulnerable, de difícil contención por diversas dificultades familiares. Tenía muy baja estima y Graín se valió de esa situación”.
La noche del 30 de octubre de 2003, Toledo se reunió con Graín en una casa abandonada de la ciudad. Allí fue abusado y luego golpeada. Más tarde, trasladada a un descampado, en donde nuevamente fue golpeada y abusada sexualmente. Su cuerpo fue arrojado en una acequia, en donde fue encontrada sin vida. Posteriormente, la autopsia también determinó que habían signos de tortura, ya que el cuerpo presentaba cortes y quemaduras.
“Paula Toledo confiaba en Graín y fue a la casa abandonada confiando en Graín. Él había generado expectativas de confianza, eran amigos, amantes o novios y esto exige un convenio de asistencia mutua. Paula entendía que él la iba a proteger pero Graín la traicionó”, dijo el fiscal durante su alegato.
La querella particular había solicitado que el tribunal condenara a Graín a cadena perpetua por considerarlo autor penalmente responsable del delito de abuso sexual agravado por la intervención de dos o más personas en concurso real con homicidio agravado por ensañamiento, por el concurso premeditado de dos o más personas y con la finalidad de ocultar otro delito (homicidio criminis causa).
Guillermo Rubio, abogado de la familia, consideró que estaba probado que Graín no solamente condujo a la joven hasta la casa abandonada donde el grupo de hombres se juntaba sino que, además, participó de los golpes, abusos, y las posteriores maniobras para deshacerse de cuerpo de Toledo.
“Entiendo por lo que ha pasado la familia Toledo estos 17 años, me imagino el dolor que han sentido y sé que todo esto les ha arruinado la vida. A mí familia también le arruinaron la vida y nos la siguen arruinando. Por eso pido que se haga justicia”, expuso Graín ante el Tribunal.
El juicio oral había comenzado el pasado 2 de diciembre y en él fueron más de 70 las personas que presentaron declaración testimonial.
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