Hoy, mientras la ciudad bonaerense de Rojas continúa su luto en medio de una indignación nacional por el bestial femicidio de Úrsula Bahillo, mientras el fiscal Sergio Terrón intenta determinar cómo el policía Matías Martínez la llevó hasta un paraje rural a 20 minutos de su casa para apuñalarla 15 veces hasta la muerte luego de meses de hostigarla y atormentarla, luego de que trascendiera de fuentes oficiales que la joven y su madre lo denunciaron en al menos tres ocasiones en un mes, se conoce la historia completa.
Llega en la forma de un documento, parte de los archivos de la Policía Bonaerense, y detalla no solo las denuncias penales ya conocidas con fechas del 9 y 28 de enero, del 5 de febrero: también marca las visitas de Úrsula y su madre a la Comisaría de la Mujer local, hoy intervenida por supuestas inacciones para defender a la víctima de su asesino.
El 9 de enero llegaría la primera denuncia penal de Patricia Nasutti por hostigamiento y golpes a su hija. Siempre según el documento, el Juzgado de Paz local ordenó medidas de protección y una restricción perimetral. El 1° de febrero, la madre de Úrsula aseguró que se cruzó en dos ocasiones con Martínez. El documento, sorprendentemente, afirma que el Juzgado de Paz local desestimó la denuncia.
El 5 de febrero, Úrsula misma se presenta para denunciar por desobediencia de la perimetral y amenazas a su ex, la causa recae en la UFI N°3.
En esa denuncia, según reveló la periodista Bárbara García Crespo de Telefé Noticias, Úrsula aseguró que la relación con Martínez había terminado “hace un mes”, que no lo había denunciado antes “por miedo”, que Martínez llegó a golpearla borracho frente a su propia madre, Noemí Luna, que en otras ocasiones llegó a patearla, a tirarle del pelo y hasta a golpearla en los pechos, donde se había hecho años atrás una cirugía por nódulos.
Un día después, el 6 de febrero, Úrsula vuelve a la Comisaría de la Mujer, donde expande su denuncia. Dice que Martínez la cruzó en un pub de la zona.
El 7 de febrero, Úrsula también vuelve a la Comisaría: asegura que, nuevamente, Martínez la cruzó en la esquina de 3 de Febrero y 25 de Mayo. Un día más tarde, horas antes de ser asesinada, llega a la Comisaría de la Mujer un oficio del Juzgado de Paz local: se pide que se ratifiquen las medidas de protección con un botón antipánico.
La Secretaría de Seguridad local, según el documento, no lo entregó. No había ninguno disponible.
A las 21:43 del día siguiente, Úrsula es pronunciada muerta. Martínez era aprehendido a un kilómetro del lugar mientras intentaba huir a pie, abandonando su auto Peugeot y el cuchillo de carnicero, el arma del crimen.
En medio de todo esto, constaban en el sistema sus dos causas previas. Una, de 2017, por amenazar a punta de pistola a su ex pareja en Rojas. La segunda, de junio de 2020, por abusar a la sobrina de 13 años de su pareja posterior en la zona de 9 de Julio, a casi 200 kilómetros de Rojas, con dos pedidos de detención formalizados por el fiscal Sebastián Villalba, rechazados o irresueltos por la Justicia tras testimonios en cámara Gesell de la víctima que lo señaló inequívocamente: la menor abusada sufre de una discapacidad mental.
El documento, por otra parte, ratifica la fecha de inicio de la carpeta psiquiátrica de Martínez: 25 de septiembre de 2020, cuando fue separado de la fuerza, un proceso reglamentado por el artículo 127 del decreto 1050/09, que establece que “en caso de enfermedad o lesiones ajenas al servicio de largo tratamiento el personal policial podrá ser pasado a disponibilidad por un término de hasta seis (6) meses, con goce íntegro de sueldo”.
Hasta ahora, se desconocía el detalle de su diagnóstico: el documento lo incluye. Lo hace, precisamente, a través de un código CIE-10, empleado internacionalmente para definir diversos trastornos. En los registros de la Policía Bonaerense, Martínez fue ingresado en la categoría F43 del código: reacciones a estrés grave, agudo o post-traumático y trastornos de adaptación.
Si es así, ¿qué ocasionó este trastorno?
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