Pasaron ya 48 horas desde que el oficial de la policía de la ciudad de Rojas Matías Ezequiel Martínez, de 25 años, asesinara a su ex novia Úrsula Bahillo a puñaladas y todavía siguen apareciendo documentos que testifican los pedidos de ayuda de la joven de 18 años respecto a los actos de violencia física sufridos antes de su asesinato.
En las últimas horas del martes, salieron a la luz audios de mensajes de whatsapp que Bahillo les envió a dos amigas en los que deja en evidencia la violencia sufrida por parte de su ex pareja y el miedo que la adolescente tenía de ser asesinada.
El primer registro fue una serie de audios que la joven le envió a una amiga el 16 de noviembre de 2020, nada menos que unos 76 días antes de ser asesinada.
En esos mensajes se puede percibir a una Bahillo desesperada, relatando entre una profunda angustia haber sido golpeada por Martínez y exhibiendo de manera explícita su temor a que su ex pareja la matara.
“Te juro. Me siento muy mal, amiga, no doy más. Te juro que estoy muy triste. Amiga, me dijo que me va a matar. No aguanto más. Casi me quebró la mano, no puedo mover la muñeca, te juro”, afirmó en uno de los audios.
“Ay, me hizo muy mal. Me quiero ir de acá, amiga. Tengo mucho miedo. Me arrancó todos los pelos, me re cagó a palos, amiga. Se enojó conmigo porque tienen que trasladar a la mamá a Buenos Aires… El loco me está mirando. Yo estoy afuera del hospital, arriba del auto, porque me dijo que si me bajaba, me va a cagar a palos delante de toda la gente. Ahí viene, amiga”, completó.
En esos testimonios se puede percibir a una Úrsula desesperada en su pedido de ayuda. Ya dos meses antes de la concreción del crimen, la joven de 18 años había advertido a terceros de la situación de extremo peligro en la que se encontraba.
La Fiscalía General del Departamento Judicial de Junín informó durante el martes que el 28 de enero, la madre de Úrsula había denunciado a Martínez por los delitos de amenaza y desobediencia, cuyo expediente era seguido por el fiscal Sergio Terrón, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Junín, el mismo que ahora tiene a su cargo la investigación por el femicidio.
Además, el 5 de febrero, tres días antes del crimen, se repitió la denuncia de la familia Bahillo, causa que quedó en manos de la UFI Nº 3 de Junín.
Así, también apareció un audio grabado por la víctima del femicidio el domingo, apenas un día antes de que se cometiera el crimen. En ese documento, Úrsula se encuentra más calmada respecto al audio de semanas anteriores e incluso expresó su esperanza de que Martínez pueda ser detenido después de haber sido visto también por una de sus amigas.
“”Ay, amiga. ¿En serio lo viste? Necesito testigos. Cuando estaba ahí fui directamente a la comisaría a denunciarlo. Ay, amiga, te juro que me volvió el alma al cuerpo. ¿Vos lo viste?”, expresó Bahillo a una amiga.
La joven de 18 años le reveló a su compañera que Martínez contaba con una restricción perimetral y que la había roto y que, a raíz de ese hecho, ella decidió acudir a una comisaría para volver a presentar una denuncia contra el policía.
“El loco me está mirando. Yo estoy afuera del hospital, arriba del auto, porque me dijo que si me bajaba, me va a cagar a palos delante de toda la gente. Ahí viene, amiga”, afirmó.
A su vez, también se reveló que Martínez contaba con una licencia psiquiátrica desde septiembre pasado. Debía presentarse el próximo 18 de febrero a una audiencia ante el Juzgado en lo correccional 1 departamental, en el marco de un juicio por el delito de “amenazas calificadas” contra una ex pareja.
El crimen fue cometido por Martínez en la madrugada del último lunes. El efectivo de la Comisaría 2ª de San Nicolás llamó a un tío y le dijo en el teléfono: “Me mandé una cagada”. El familiar, junto a efectivos policiales, acudieron a las inmediaciones de una escuela en el paraje rural Guido Spano, a unos 16 km de Rojas.
El policía estaba dentro de un auto Peugeot 307 de color gris, algo alterado y vestido de civil. Cuando le preguntaron qué había ocurrido, Martínez señaló el lugar donde estaba su ex novia muerta, con su cuerpo cubierto en sangre.
La fiscalía presentó detalles del informe preliminar realizado por el cuerpo de médicos forenses que analizaron el cadáver de Bahillo y determinaron, a falta de la realización de la autopsia, que Úrsula murió a causa de una herida de arma blanca en el cuello, lo que provocó un shock hipovolémico. El cuerpo de la joven también presentaba heridas de puñaladas tanto en la región abdominal como en la espalda.
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