Matías Ezequiel Martínez, el policía femicida de Úrsula Bahillo en la ciudad bonaerense de Rojas, debía presentarse el próximo 18 de febrero a una audiencia ante el Juzgado en lo Correccional N°1 de la jurisdicción, en el marco de un juicio por el delito de “amenazas calificadas”. Es una de las varias causas en su contra. La denunciante es Belén Miranda, una ex pareja, quien hoy fue al velatorio de la joven de 18 años asesinada el lunes último.
Belén y Úrsula se habían conocido recientemente. La semana pasada se habían encontrado por pedido de la víctima de femicidio, quien contactó a Miranda por redes sociales para contarle la angustiosa situación que estaba viviendo. “Ella me decía que tenía miedo. Y yo le decía que tenía miedo por ella”, recordó Belén.
“Me dijo que había hablado con sus padres, pero que no les podía contar todo. Me mostraba su celular y me decía que ahí tenía todas las pruebas: los golpes, los moretones, los pelos que le arrancaba. A todo eso ella le sacaba fotos. También tenía la moto rota porque él la perseguía, le tiraba el auto encima y ella se tenía que tirar a un costado”, agregó.
La conversación entre ambas víctimas de violencia de género terminó con un mensaje de Úrsula: “Me dijo: ‘Si me matan, ya sabés quién fue’”, contó la joven.
Belén también relató parte del calvario que vivió con Martínez, con quien estuvo en pareja en 2017. Definió al oficial como “psicópata”. Dijo que la controlaba constantemente, que la maltrataba verbalmente y que ejercía violencia psicológica.
“Se volvía loco cuando salía sin él, a la casa de su hermana o de su madre. Le había borrado a toda su familia del celular, no podía tener comunicación con nadie. A mí me pasó y él me hacía eso, él entraba cuatro o cinco veces en la noche a mi casa para ver si yo estaba durmiendo ahí. Yo me di cuenta de que era un psicópata cuando discutí con él y después de eso me empujó”, contó.
La joven reveló otro episodio de violencia: un día que había cambiado las sábanas y había sacado el colchón a ventilar, el oficial la tiró contra las maderas de la cama, ella cayó al piso y le apoyó el arma en la cabeza y amenazó con matarla, frente a sus hijos. “Me amenazó de muerte con su arma de trabajo. Cargó su arma y si hubiera gatillado me mataba a mí y a mis hijos”.
En medio de lágrimas, Belén también se refirió a su reacción cuando recibió la noticia del femicidio de Úrsula: “No lo podía creer. Decía que no era cierto. Tuve ataque de pánico, no pude dormir esa noche”. Y, al margen de que se mostró esperanzada en que haya justicia “por la movilización y difusión que hubo”, lamentó: “Si se hubiera sabido lo mío, esto no hubiera pasado”.
Úrsula Bahillo fue asesinada la noche del lunes en un descampado ubicado a poco más de 10 kilómetros de Rojas. De acuerdo al informe preliminar del cuerpo de médicos forenses, la joven fue atacada con un cuchillo de carnicero y perdió la vida a raíz de una de las tres puñaladas recibidas en el cuello. Además, sufrió otras diez heridas de arma blanca en las zonas abdominal y dorsal de su cuerpo.
Martínez, que está separado de la Policía Bonaerense desde septiembre del año pasado con una carpeta psiquiátrica, intentó escapar sin éxito antes de que lo detuvieran en inmediaciones a la escena del crimen. Ahora se encuentra internado bajo custodia policial en el hospital San Jorge de Pergamino, debido a heridas cortantes que se provocó con el mismo cuchillo.
Hoy, mientras la indignación crece en Rojas, la Comisaría de la Mujer es intervenida por autoridades policiales. Todavía no se establece una fecha para que Martínez sea indagado por el fiscal Sergio Terrón, con un plazo abierto supeditado a su internación.
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