El sábado 23 de enero, poco antes de la medianoche, Alan Bravo, de 20 años, fue asesinado de un disparo en el pecho por dos delincuentes a pocos metros de su casa en la calle Pedro Goyena, en el límite entre La Tablada y Lomas del Mirador. Los agresores le dispararon a Alan mientras intentaban llevarse su auto, comprado días atrás, un Peugeot RCZ modelo 2012 valuado en poco más de 20 mil dólares, el auto de sus sueños. Tras asesinarlo, los sospechosos escaparon corriendo.
Primero, cayó un sospechoso, un menor, en el barrio porteño de Mataderos, mientras circulaba en un Volkswagen robado con un pedido de secuestro ingresado apenas horas antes de su captura y un revolver calibre 22 al cinto. Luego, cayó otro, Daniel Oscar Mareco, de 24 años: la Policía de la Ciudad lo capturó en Ciudad Oculta, una casualidad. Mareco caminaba por el asentamiento con una pistola; al ver los policías, se puso a correr. Lo capturaron. Al cruzar su nombre, resultó ser uno de los sospechosos del crimen de Bravo, investigado por el fiscal Gastón Dupláa.
En paralelo, la División Investigación del Robo Organizado de la Policía Federal también lo buscaba con allanamientos en Ciudad Oculta. Sus redadas, según relataron fuentes policiales a Infobae, llevaron a otra casualidad: en el camino se encontraron con otro prófugo histórico, un jugador del hampa que a los 35 ya podría ser considerado un veterano, Sergio Gabriel Romero, 35 años, alias “El Oreja”.
Para empezar, “El Oreja”, que había pasado una temporada en un penal federal en 2016, tenía dos pedidos de captura sobre su cabeza. El delito: piratería del asfalto.
El primer hecho data del 23 de abril de 2018, un asalto a un camión de una distribuidora en la colectora de Gaona Norte, zona de Moreno, plena luz del día. La calificación, con una investigación de la UFI N°1 de Moreno, fue de tentativa de homicidio criminis causa para ocultar un robo a mano armada: el gendarme Hugo Orlando Mereles, rango de cabo, recibió dos tiros en la cabeza y sobrevivió. “Salimos a combatir la delincuencia, con la diferencia de que ese día un malviviente, me iba a cambiar la vida, recuerdo la desesperación y el gran desempeño de mis camaradas, que estuvieron conmigo en ese enfrentamiento”, escribió luego Mereles, oriundo de Misiones, en sus redes sociales.
Tardó ocho meses en recuperarse en diversos hospitales como el Churruca; estuvo un mes bajo respirador artificial. Tras su recuperación, el cabo fue homenajeado por la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas.
En paralelo, el Juzgado N°5 porteño buscaba a “Oreja” por un segundo hecho de piratería del asfalto, ocurrido a fines de octubre de 2018.
Así, Romero quedó a disposición de la Justicia.
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