La secuencia dura poco menos de un minuto. Carpeta en mano, con el cabello impecable, remera y tapabocas color blanco, Agustina Cosachov salió de la Fiscalía General de San Isidro, ubicada en la calle Acassuso 476. A pesar de la presencia de varios medios, la psiquiatra investigada por la muerte de Diego Armando Maradona no hizo declaraciones públicas y, rápidamente, se subió a un auto donde la estaba esperando su abogado.
Hace dos días, el martes 2 de febrero, Cosachov fue señalada por supuesta “falsedad ideológica” por asentar (en el mes de octubre de 2020) en un certificado y en una historia clínica, que el Diez se encontraba en “buen estado de salud mental” sin haber ido a visitarlo.
Tras ser notificada a través de una cédula electrónica dirigida a su defensor por el equipo de fiscales de San Isidro a cargo de la investigación, integrado por Laura Capra, Patricio Ferrari, John Broyad y Cosme Iribarren, Cosachov se presentó hoy en la Fiscalía para tomar conocimiento de la nueva imputación.
Fuentes judiciales explicaron que se trató de un “acto formal” donde la psiquiatra se hizo presente unos minutos ante la Justicia con el propósito de conocer la nueva acusación por “falsedad ideológica”.
Consultado acerca de los certificados expedidos por Cosachov, el abogado de la psiquiatra, el doctor Vadim Mischanchuk, descartó que fuera “trucho” y, además, planteó que todo documento que haya confeccionado la doctora refleja el estado que ella íntimamente estaba convencida de que Diego tenía en ese momento. “Después será una cuestión de chequear las fechas, porque puede haber habido un error”, sostuvo el letrado en un reportaje con el canal TN.
Con respecto a los diagnósticos que la mujer efectuó del futbolista sin ir a visitarlo de manera presencial, Mischanchuk argumentó que, de un tiempo a esta parte, gracias a la telemedicina se habilitaron las consultas no presenciales a través de distintos medios tecnológicos. “Hay muchas recetas que la doctora Cosachov expidió de forma digital y que sirvieron para comprar los medicamentos”, dijo.
Acerca de la afirmación de la psiquiatra en uno de los mensajes que le contestó al doctor Luque (“Yo tengo cagazo de que me quieran empomar por los remedios”) el abogado reconoció que las palabras no fueron las más felices, “pero tengamos en cuenta que fue una conversación privada”. Luego agregó: “Es lógico que tenga miedo. No existe un médico al que se le muera un paciente y no tenga miedo de que se le venga un juicio”.
Además de estar siendo investigada por un eventual “homicidio culposo”, junto al neurocirujano Leopoldo Luque, ahora Cosachov enfrenta una acusación por un delito contemplado en el artículo 293 del Código Penal, el cual prevé una pena de uno a seis años de cárcel para quien “insertare o hiciere insertar en un instrumento público declaraciones falsas, concernientes a un hecho que el documento deba probar, de modo que pueda resultar perjuicio”.
La agencia Télam reveló que la nueva imputación a Cosachov surgió del análisis de su teléfono celular, en donde los fiscales advirtieron que el 26 de octubre pasado, alguien (cuya identidad los investigadores quieren preservar) le solicitó a la psiquiatra que expidiera un certificado en el que se consigne que Maradona estaba en buen estado de salud mental.
Tras ese pedido, Cosachov confeccionó ese certificado, donde asentaba que el por entonces entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata se encontraba “ubicado en tiempo y espacio, vigil y en buen estado” y se lo envió a su interlocutor el día siguiente, pero con fecha del 20 de octubre. Luego, en la historia clínica, secuestrada también por los fiscales, la psiquiatra asentó esta misma constancia, donde afirmaba que lo había visitado y lo encontró en ese estado.
Además, los fiscales constataron por dos vías que en esa fecha Cosachov nunca visitó a Maradona en la casa del country platense Campos de Roca II, donde en ese momento estaba hospedado. Esto se determinó por la geolocalización de sus celulares: ninguna la ubicó cerca del lugar.
Esta semana, Infobae dio a conocer una serie de audios y mensajes que forman parte del peritaje oficial a los teléfonos secuestrados de Cosachov y Luque. En ellos, los médicos se intentan calmar el uno al otro y convencerse de que el aval y las firmas de la familia para la salida de la Clínica Olivos son su respaldo y garantía ante lo que la Justicia luego consideraría en sus cálculos una internación domiciliaria deficiente.
Sin embargo, los fiscales que llevan la causa no están de acuerdo porque la responsabilidad es netamente médica. Cosachov es quien está claramente más preocupada y atemorizada por la situación. Así lo manifestó cuando dijo que tenía “cagazo” de que la quieran “empomar por los remedios”.
Seguí leyendo: