Ayer la Sala VI de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Ciudad de Buenos Aires ratificó el rechazo al pedido de arresto domiciliario de Ricardo Papadopulos, el joven que atropelló y mató a un niño de cinco años en el barrio porteño de Flores. De esta manera, los camaristas confirmaron el fallo de la jueza de primera instancia Patricia Guichandut. Así lo informó el abogado de la familia de la víctima, Gabriel Becker.
El letrado sostuvo que “la Cámara de Apelaciones confirmó el rechazo al pedido de arresto domiciliario de Ricardo Papadopulos, no haciendo lugar a los argumentos de la defensa, ya que al permanecer prófugo por nueve días demostró que hay riesgo de fuga y que cuenta con los medios para hacerlo”.
Además Becker consideró que “la estrategia de la defensa era sacarlo en libertad; en diciembre habían planteado el arresto domiciliario en la casa del padre con monitoreo electrónico y nos opusimos” e indicó que a mediados de enero “le dictaron el procesamiento con prisión preventiva del que la defensa apeló sólo la preventiva pero no la responsabilidad, y ahora la fiscalía y la querella presentamos el pedido de elevación a juicio para que pase a un tribunal oral”.
“Papadopulos enfrenta cargos por homicidio culposo agravado por la conducción imprudente de un vehículo con motor y agravado por la fuga de lugar del hecho en concurso ideal con lesiones graves culposas”, detalló. También destacó que “esta causa se encamina hacia la oralidad” y que formuló el requerimiento de elevación a juicio, por lo que el fiscal César Augusto Troncoso debe expedirse, a lo que la defensa de acusado puede oponerse.
El hecho ocurrió a las 23.02 del jueves 17 de diciembre pasado, cuando la madre, Débora Inés Agosti y su hijo Isaac Sus cruzaban la avenida San Pedrito, en la esquina de la avenida Directorio, y fueron embestidos por el Volkswagen Gol que conducía Papadopulos.
El pequeño murió en el acto y su madre sufrió “lesiones de suma gravedad”, aseguró el letrado que los representa. Papadopulos circulaba en ese momento sin registro y tras los hechos estuvo prófugo nueve días.
En un primer momento, su padre Rubén fue quien se presentó ante la Justicia y alegó que el auto que chocó a Issac y su madre era de su propiedad. Cuando se determinó que él no era quien conducía el vehículo y juraba que no sabía nada de su hijo, se montó un operativo para dar con el joven, quien tras estar prófugo se entregó el pasado 25 de diciembre en la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, ubicada en la avenida Scalabrini Ortiz 1.350, del barrio porteño de Palermo.
Horas más tarde, el abogado del acusado, Roberto Herrero, dio detalles sobre el accionar de su defendido. “El camión le tapa la visión. No podría haber haber frenado porque él lo esquiva el camión, el cruza en verde. El camión que viene de la mano contraria pasa en rojo. Cuando pasa el camión toma velocidad nuevamente”, dijo.
“Desde que tomamos la defensa le dijimos que se tenía que presentar. El chico se pasa llorando, está arrepentido. Lo que va a determinar si hay un dolo eventual son las pericias, saber a qué velocidad iba el auto, manifestó.
También explicó por qué no se quedó en el lugar para auxiliar a las víctimas: “No se quedó porque le dio miedo, estaba sin registro y lo primero que pensó es que no había fallecido una criatura. Él se entera por los medios”.
“Cuando lo entrevistamos, lo primero que se hizo fue explicarle los pro y contras que tiene un imputado al estar prófugo. Y le dijimos que tenía que presentarse. Si se hubiese quedado en el lugar después del hecho creo que estaría en libertad”, reveló Herrero.
Seguí leyendo: