En la última semana, luego de que se conociera el caso de Irineo Garzón -el comerciante de la zona de Once acusado de drogar y violar a una joven venezolana de 18 años en su local de uniformes médicos que fue puesto en libertad por orden de la jueza Karina Zucconi-, no fueron pocas las mujeres se solidarizaron públicamente con la víctima. Muchas, incluso, relataron situaciones de acoso similares con el mismo hombre.
Este miércoles, los abogados querellantes, Alejandra Cabrera y Pablo Baqué, buscarán que al menos otras tres presuntas víctimas sean incorporadas formalmente como testigos a la causa que investiga a Garzón.
En sus relatos, según confirmaron fuentes del expediente a Infobae, habría nuevas pruebas del acoso del comerciante a sus empleadas y la repetición de un modus operandi de captación. Se desconoce, sin embargo, si existe una nueva acusación de abuso. La fiscal Silvana Russi es quien deberá luego definir si acepta o no la integración de sus relatos en la instrucción.
Este jueves, a las 9.30 de la mañana, también habrá novedades definitorias para el acusado. Su polémica excarcelación -que generó un amplio repudio y fue apelada tanto por querella como por la fiscal Russi- será resuelta por la Sala I de la Cámara Criminal y Correccional en una audiencia por vía remota. Los jueces Pablo Lucero, Magdalena Laiño y Jorge Rimoldi definirán así si Garzón seguirá en libertad o es detenido mientras avanza la investigación.
Este lunes por la mañana, en tanto, Irineo Humberto Garzón Martínez -a quien la jueza Zucconi dejó en libertad con una restricción de salir del país, la prohibición de acercarse a la víctima y el requerimiento de presentarse periódicamente en el Juzgado N° 15- se presentó en los tribunales para su indagatoria y aceptó responder preguntas de la magistrada.
En su declaración negó haber violado a la joven, a pesar de las amplias pruebas en su contra que incluyen tres lesiones sangrantes compatibles con abuso sexual, aseguró haber tenido un consentimiento previo y hasta llegó a hablar de una relación previa.
La víctima, que negó rotundamente que eso sea cierto cuando se negó a que sea excarcelado -”Me violó”- no es la única que lo desmiente.
En las últimas horas, la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación presentó un informe en el que evaluó que la joven venezolana sufrió “conductas no correspondidas ni deseadas” en una “situación de altísimo riesgo psicofísico y emocional” y advirtió en el imputado “rasgos perversos y una modalidad de acecho”.
En ese documento, la OVD refiere que Garzón tomó “como un objeto a poseer” a la víctima, “abusando de su dignidad y humillándola en su accionar” y en provecho de una “interseccionalidad de vulnerabilidades” en función de su edad, género, condición económica, nivel de instrucción y su reciente llegada a la Argentina. El informe también menciona que la joven posee una “sintomatología asociada a un cuadro de estrés postraumático”.
Así, la OVD instó a que “se dicten las medidas que resguarden la seguridad personal de la joven, de sus datos personales y de su familia” y, en reconocimiento también la existencia de otras posibles víctimas, recomendó que se lleve a cabo una evaluación psicodiagnóstica a Garzón para establecer qué tratamientos deberían aplicarse “previendo la reiteración de sus conductas para con otras jóvenes”.
De acuerdo a lo que se desprende del relato de otras mujeres que fueron contactadas por el imputado en el marco de una supuesta propuesta laboral, Garzón era muy activo en redes sociales para sus búsquedas, que hacía desde una cuenta con su apellido y otro nombre: Santiago.
“Este hombre “buscaba” empleada o publicaba avisos cada tanto desde 2019, según los registros que yo tengo. Pero publicaba seguido, lo que era extraño. O no le duraban o no encontraba”, dice a este medio Natalia, que desde su perfil de Facebook (Nat Snow) administra un grupo que nuclea a colombianos y colombianas que buscan oportunidades de trabajo en Argentina.
“Después de recibir algunos comentarios sobre chicas que respondían a anuncios que después eran estafas o eran finalmente anuncios de prostitución, se decidió ponerle privacidad al grupo y que cada publicación este sujeta a aprobación”, explica Natalia, que describe esa situación como recurrente. “Muchas chicas nos comentaron de este tipo que era ‘baboso’, que se sintieron acosadas y que daba muchos rodeos con la información sobre el trabajo. Denuncié las publicaciones y el perfil pero Facebook nunca nos dio una respuesta. Ahora está claro que el tipo no estaba buscando empleada, estaba buscando una víctima, alguien vulnerable”.
Ese mismo modus operandi es el que describió la víctima que finalmente denunció haber sido abusada. Luego de que se diera a conocer el caso, también dio a conocer su experiencia Mailén una chica que trabajó durante una semana en el establecimiento comercial del sospechoso, quien, de acuerdo a su relato, la echó tras no acceder a salir con él.
“Un día se puso borracho. Me insistió con esto de salir, yo le dije que no y él me dijo que entonces no íbamos a poder seguir nuestra relación laboral y me despidió. Cuando fui a buscar mi remuneración, incluso quiso convencerme para que volviera a trabajar en el lugar y yo, después de todo lo que había pasado y de haber hablado con mi familia, me negué”, precisó la joven, que relató el episodio en redes sociales y aseguró haber recibido mensajes de otras chicas que habían pasado por situaciones parecidas.
Este martes se llevó a cabo un análisis toxicológico a la sangre y orina de la víctima que servirá para determinar si la joven efectivamente fue drogada al momento del ataque.
Fuentes cercanas al expediente confirmaron a Infobae que los resultados preliminares de las pericias toxicológicas indicaron que no se encontraron restos de estupefacientes como cocaína o marihuana en las muestras. Todavía, sin embargo, faltan los resultados definitivos en donde un laboratorio de alta complejidad intentará determinar la presencia psicofármacos o analgésicos.
En su declaración cómo testigo, la víctima aseguró que el contacto con Garzón había comenzado dos días antes en Facebook. El 23 de enero pasado, durante la entrevista laboral, tras beber un vaso de agua comenzó a sentirse mareada. “Ella aceptó agua y luego sintió mareos, hormigueo en los brazos, dificultad para hablar, llegó a llamar a la hermana”, describe el expediente.
“Creo que el dueño de donde trabajo me drogó porque me siento mareada”, expresó la joven en el mensaje que le envió a través de WhatsApp y agregó la dirección en donde se encontraba.
La hermana de la joven avisó de manera urgente a su madre, quien se encontraba cerca del comercio. La mujer enseguida denunció el hecho al 911, por lo que personal policial arribó al lugar y encontraron el local con las puertas cerradas y la persiana baja.
Tras llamar varias veces, la Policía de la Ciudad ingresó, detuvo al hombre y hallaron a la joven tirada sobre una escalera en el fondo del comercio con el torso desnudo y supuestamente bajo el efecto de psicotrópicos, “con el pantalón desabrochado, descalza, inconsciente, llorando y balbuceando”. Al lado estaba el dueño del negocio, Garzón Martínez, quien fue detenido en un primer momento.
Con información de Federico Fahsbender
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