El sábado pasado, poco antes de la medianoche, Alan Bravo, de 20 años, fue asesinado de un disparo en el pecho por dos delincuentes a pocos metros de su casa en la calle Pedro Goyena, en el límite entre La Tablada y Lomas del Mirador. Los agresores le dispararon a Alan mientras intentaban llevarse su auto, comprado días atrás, un Peugeot RCZ modelo 2012 valuado en poco más de 20 mil dólares, el auto de sus sueños. Tras asesinarlo, los sospechosos escaparon corriendo.
En las últimas horas, agentes de la Policía Federal junto a la DDI de La Matanza detuvieron a uno de los presuntos responsables por el crimen identificado como L. R, menor de edad, en el barrio porteño de Mataderos. Estaba a bordo de un Volkswagen Gol color blanco que cargaba con un pedido de secuestro realizado apenas cuatro horas atrás en el Barrio 15, conocido como Ciudad Oculta. Además, según aseguraron fuentes policiales, el joven estaba vestido con la misma vestimenta con la que habría asesinado a Bravo. Tras detenerlo, los efectivos le secuestraron un revólver calibre 22 con la numeración suprimida.
Así, la detención, bajo las órdenes del fiscal Gastón Dupláa, titular de la UFI Temático de Homicidios, se concretó en el cruce de Eva Perón y Piedrabuena. Los agentes de la División de Robo Organizado de la PFA, dependientes del Ministerio de Seguridad de la Nación, tras identificarlo, le siguieron el rastro y dieron con él. A menos de una semana de supuestamente asesinar a Bravo, el joven continuaba robando vehículos: una modalidad delictiva que crece año tras año.
La historia comenzó el miércoles 25 de enero, cuando Alan se compró un Peugeot RCZ blanco usado, valuado en más de 20 mil dólares. “Nunca dejes de soñar y de creer en tus sueños. Bienvenido”, escribió el joven en su cuenta en Facebook para celebrar la adquisición. El sábado salió del dúplex que alquilaba, donde se encontraban su novia y un amigo, hacia la casa de sus padres. Mientras se retiraba, fue abordado por dos jóvenes que le pidieron que les entregara su teléfono celular, la billetera y las llaves del auto. El joven se apartó después de darles todo, pero el delincuente que le había robado las pertenencias no sabía cómo arrancar el vehículo.
En ese momento, la historia se vuelve incierta: la familia asegura que Alan volvió a acercarse a la ventanilla del conductor y se produjo un forcejeo que duró varios segundos, hasta que se escuchó el ruido del disparo que impactó en su pecho.
De inmediato, el amigo, la novia y otros vecinos del joven salieron a la calle, mientras los dos delincuentes salieron corriendo y dejaron las puertas abiertas del auto. El amigo de Alan y uno de los vecinos cargaron al joven y lo llevaron al Hospital Ballestrini de Ciudad Evita. Pero cuando llegaron ya estaba muerto.
“Su mamá, Susana, y su padre, Pirulo (llamado Rubén), estaban devastados. Alan se había encaminado en una nueva vida. Era fanático de los autos desde muy chiquito y lo único que hacía era ahorrar para comprarse un nuevo auto. Se había unido mucho a su hermano mayor, Gabriel, trabajaban juntos. Él lo había llevado por la buena vida”, le contó una persona del entorno del joven a Infobae.
Alan era 12 años menor que su hermano. Ambos trabajaban juntos desde hacía tres años y ayudaban a su familia. Su madre es empleada doméstica y su padre se encuentra desempleado.
“Mi guerrero, mi ejemplo. Mi hermano mayor, papá, amigo, tío, abuelo. Todos los roles, siempre. No tengo las palabras ni los argumentos para agradecerte todo lo que hacés por mí, día a día. Cómo me retás, cómo me ayudás a crecer y a que cada día aprenda algo nuevo. A siempre elegir el lado de trabajar y no buscar la plata fácil, enseñarme los valores de la vida”, había escrito Alan hace dos años en Facebook en un posteo de dedicatoria a su hermano Gabriel.
Familiares y amigos de Alan Bravo marcharon esta tarde para reclamar justicia por el crimen en el cruce de avenida Crovara y General Paz. Colgaban banderas y carteles con fotos del joven. Cuatro días atrás, el mismo grupo de gente había marchado donde ocurrió el homicidio. Ese día, Gabriel, uno de los hermanos del joven asesinado, dijo que aún la familia no recibió información sobre la investigación y describió a su hermano como “un chico trabajador”.”Para mi, le dispararon porque no sabían manejar el auto que es automático. Por eso luego de robarle el celular y la billetera lo hacen volver”, relató.
El hombre contó que su hermano trabajaba con él en el transporte de electrodomésticos desde los 16 años y que había cambiado el auto, un Peugeot RCZ color blanco, la semana pasada. ”Le gustaba crecer, soñaba en grande, le gustaba salir adelante como uno le enseñó. Queremos justicia”, expresó. Por su parte, en diálogo con Télam, Marcela Bravo, tía de Alan, pidió a los vecinos que puedan aportar algún dato si “alguien vio algo o tienen imágenes de cámaras de seguridad”. La mujer denunció que la Policía y la ambulancia tardaron en asistir a su sobrino, que fue trasladado al Hospital Alberto Balestrini de Ciudad Evita, donde arribó sin vida producto de la herida recibida.
“Siempre lo mismo, se pide justicia pero nadie te devuelve la vida de tu ser amado. Era una criatura que trabajaba cuyo sueño era tener su lindo auto”, expresó la mujer. “Justicia por Alan” fue el principal reclamo de los presentes, encabezado por la familia del joven. Lionel, vecino de Villa Madero, dijo a Télam que “este tema no tiene distinción de barrios”.
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