La Justicia de Mar del Plata sospecha de un jugador de rugby que forma parte del plantel de la primera división de un club de la URBA acusado de participar en la agresión a un grupo de doce amigos que denunciaron que unos 20 jóvenes los golpearon a la salida del boliche La Caseta.
Luego los persiguieron por las calles de la ciudad a bordo de una camioneta cuando trataban de alejarse de los disturbios.
El deportista acusado es Felipe Máscolo, de 23 años, quien se desempeña como wing en el Buenos Aires Cricket & Rugby Club (B.A.C.R.C.). Doce testigos ya declararon en la causa, doce denunciantes con cuatro heridos: uno de ellos perdió varios dientes.
De acuerdo a la denuncia que las víctimas realizaron el jueves pasado por la mañana, todo comenzó minutos antes de la 1 de ese día, en el local bailable ubicado a la altura del kilómetro 14 de la Ruta 11, en el acceso al barrio Alfar. Allí, cuando la disco ya estaba por cerrar, se produjo una discusión que derivó en corridas y golpes de puños.
Según contaron los denunciantes, entre los cuales figura el hijo de un funcionario judicial de la fiscalía descentralizada de Ezeiza, quisieron evitar la gresca e intentaron irse del lugar sin que la situación pasara a mayores. Se dispersaron como pudieron: algunos se subieron a un remís, otros a autos particulares y los restantes se tomaron un colectivo de la línea 221.
Sin embargo, la situación no finalizó allí. En su relato a la policía, contaron que dos de los 20 agresores –señalaron a Máscolo y a otro sujeto– los persiguieron a bordo de una camioneta Renault Kangoo: Máscolo estaba al volante. Ambos alcanzaron al colectivo y le cruzaron el vehículo para interrumpir su marcha. Luego se subieron al transporte público con intenciones de retomar el enfrentamiento. Pero en ese momento intercedió el chofer del ómnibus y los hizo retirarse, informaron fuentes policiales a Infobae.
Los denunciantes aseguraron que tras ello Máscolo continuó persiguiéndolos con su vehículo durante varias cuadras hasta que se cruzaron con un patrullero. Las víctimas aprovecharon la presencia policial y se bajaron del colectivo. Les contaron lo sucedido a los policías, que fueron tras la camioneta pero no lograron detenerla.
El grupo de amigos se dirigió a la Comisaria Primera, donde no les recibieron la denuncia “por no corresponder jurisdicción” y les dijeron que tenían que regresar a Playa Serena –el lugar donde habían comenzado los incidentes– para hacer allí la presentación.
Por las agresiones, cuatro jóvenes sufrieron lesiones de distinta consideración. Uno de ellos perdió piezas dentarias. Al efectuar la denuncia en Tribunales apuntaron contra Máscolo. Dijeron que lo habían reconocido previamente en el boliche. También presentaron la patente de la camioneta involucrada. Así, posteriormente se conoció que ese vehículo está registrado a nombre del padre del rugbier.
La fiscal Gómez también pidió el relevamiento de cámaras de seguridad de la ciudad.
Máscolo, por lo pronto, no tiene un pedido de captura formalizado en su contra y se habría presentado el sábado pasado en una defensoría en la ciudad de Mar del Plata para ser notificado en la causa que lo investiga.
El hecho ocurrió solo dos días después del ataque a Matías Montín, también en Playa Grande. En este caso fue en el boliche Ananá, donde el joven de 20 años fue brutalmente herido tras recibir un botellazo en la cabeza, luego de una pelea entre dos grupos que se encontraban en el lugar. Montín todavía continúa internado en el Hospital Privado de la Comunidad (HPC). Hoy, Montín se recupera favorablemente tras declarar ante la fiscal Gómez: los tres acusados del hecho se encuentran en libertad por decisión del juez de garantías del caso.
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