En la ciudad santafesina de Rosario un joven de 18 años fue imputado por golpear a un hombre, intentar quemarle la vivienda y luego usurparla. Todo fue a modo de venganza por la ataque de un perro a una niña.
La fiscal del caso, Andrea Vega, solicitó la imputación de Rodrigo Alejandro Fernández por los delitos de “lesiones leves, amenazas, robo agravado, y usurpación y tenencia ilegal de arma de fuego”. En tanto, la jueza de primera instancia, Silvia Castelli, aceptó la acusación fiscal y dictó la prisión preventiva efectiva por 60 días.
¿Cómo se originaron los incidentes? Los hechos ocurrieron el miércoles de la semana pasada, cuando el perro Rottweiler de una familia que reside en calle Palpa al 4300, escapó de la casa y mordió a una nena. Tras ello, sus abuelos y otros familiares fueron hasta la vivienda a reclamar por el incidente a los dueños del animal, pero en la casa solo estaban los hijos mayores del matrimonio de nacionalidad peruana que había salido a trabajar.
Según fuentes de la investigación, cuando la mujer regresó a su hogar, se enteró que su hijo había sido llevado a la comisaría y allí se dirigió. En ese momento, los familiares de la niña lastimada intentaron incendiar la vivienda.
A su vez, la fiscal Vega afirmó que Fernández y otro hombre golpearon con un fierro al dueño de la casa y el perro. “Mientras el imputado sostenía a la víctima por detrás otras personas lo golpeaban y amenazaban de muerte”, relató en su acusación. “Del lugar sustrajeron gran cantidad de pertenencias”, agregó.
De acuerdo a la investigación, el violento conflicto no se agotó ese miércoles por la tarde ya que “en horas de la noche Fernández, en compañía de su madre, el marido de la misma y otros dos masculinos se presentaron en la vivienda”. Según explicó Vega en base a la evidencia recolectada, le apuntaron al hombre con un arma y le dijeron que si no abandonaba el lugar iban a matarlo.
Al día siguiente, Fernández, su madre y la pareja “tomaron posesión de la vivienda de calle Palpa al 4300 usurpando el domicilio”, informó el Ministerio Público de la Acusación.
En ese contexto, el sábado vecinos de la zona convocaron a una concentración en la puerta de la casa ocupada para reclamar la devolución. Posteriormente, la Policía de Rosario, alertada por una denuncia, llegó a la residencia. Allí detuvieron a cuatro personas: dos mujeres fueron arrestadas por entorpecer la tarea de los efectivos -aunque luego recuperaron la libertad- y Fernández fue detenido junto a otro hombre.
Debajo de un colchón, la Policía secuestró armas de fabricación casera y cartuchos calibre 12.70, detallaron fuentes de la investigación.
Días atrás, otra vez con una vivienda en el centro de la escena, en la ciudad de Rosario se registró otro violento hecho: un hombre de 45 años fue encontrado maniatado y asesinado de seis puñaladas. En este caso, el móvil del crimen estaría vinculado a la venta de una propiedad.
Todo comenzó cuando tres personas se dirigieron a la casa de Fabián Norberto Iunnisi, ubicada en la calle Mendoza al 4600. Tocaron timbre y el hombre los hizo ingresar porque se conocían.
Allí, los visitantes lo increparon: le exigieron que les entregara la escritura de una casa que Iunnisi tenía en otro lugar. Él se negó, les dijo que solamente tenía una copia. Pero no alcanzó. Pocas horas después, la víctima apareció asesinada en el interior de la casa y fue hallada por la policía de Santa Fue luego de que su madre llamara al 911.
El crimen quedó a cargo del fiscal Adrián Spelta, quien afirmó que “se trató de un intento de robo, de sustracción de algunos elementos de la casa del que participaron tres personas”. “Ante la negativa de parte de morador de entregar los elementos solicitados, le provocaron la muerte mediante armas”, explicó.
De acuerdo a la investigación, la escritura que le reclamaban pertenece a una casa que estaba alquilada a una persona que, a su vez, la subalquiló a terceros. El fiscal sostuvo que los agresores “pretendían que les den una escritura y habían acordado un encuentro para eso”.
Sin embargo, ese objetivo “se vio frustrado porque la víctima no tenía la escritura en su poder, sino que tenía una copia, y a raíz de eso comienzan las agresiones”, relató el funcionario judicial.
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