Un joven de 23 años, que había sido golpeado tras asistir a una fiesta clandestina en la localidad bonaerense de Hudson, partido de Berazategui, murió tras agonizar una semana. Por la violenta agresión se entregó chico de 21 años.
La víctima identificada como Gonzalo Gabriel Rivadero, oriundo de la zona, quien finalmente perdió la vida el pasado sábado luego de recibir varios golpes en el cuerpo y en la cabeza tras pelearse con otro joven identificado como Marcelo Nahuel.
Fuentes de la investigación aseguraron a Infobae que el fiscal Daniel Ichazo, a cargo de la investigación, logró identificar al sospechoso gracias a la declaración de dos testigos.
Víctima y presunto victimario, según señalaron fuentes judiciales a Télam, habían participado de una fiesta clandestina en la madrugada del 3 de enero en un predio ubicado en las calles 64 y 157 de esa localidad del sur del conurbano bonaerense. De acuerdo con el relato de una testigo, la disputa habría comenzado luego de que el agresor lo reconociera a Rivadero como el sobrino de un hombre con quien tendría una relación conflictiva.
Una testigo declaró que el agresor había tenido una pelea previa al comienzo de la fiesta. Casi al final, se cruza con Rivadero y le pregunta: “¿Vos sos el sobrino de Pinino?”, un hombre de la zona.
Rivadero, de acuerdo a la declaración, contesta que sí. Allí comienzan los golpes.
Los investigadores aseguraron que la pelea ocurrió fuera del predio y que solo participaron los dos jóvenes. Como consecuencia de las graves heridas, la víctima fue trasladada al Hospital del Cruce, en Florencio Varela, donde falleció el sábado pasado. Según el resultado preliminar de la operación de autopsia, el cuerpo de Rivadero presentaba un fuerte traumatismo de cráneo y varios golpes en el cuerpo. Por lo pronto, los investigadores aguardan el resultado de otras pericias complementarias para establecer si fue golpeado en algún órgano vital.
La investigación del hecho está a cargo del fiscal Daniel Ichazo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Berazategui, quien calificó el expediente como homicidio simple en concurso con lesiones leves, ya que una joven fue golpeada al interponerse en el momento de la agresión. Tras una serie de allanamientos ordenados por la fiscalía, ayer por la mañana Nahuel se entregó en la Defensoría Oficial de Berazategui.
Voceros judiciales indicaron que el joven, sin antecedentes penales, se negó a declarar, por lo que el fiscal solicitó la detención formal al Juzgado de Garantías 7, a cargo de Alejandro Mora, quien la convalidó.
“Negro de mi corazón no lo puedo creer, no hay palabras para describir el dolor que siento. Fue todo tan rápido que todavía no caigo! Estas fiestas después de más de 4 años que no pasamos todos en familia, viniste a pasar con nosotros como cuando éramos chicos con la mesa larga. Los abuelos, los primos, todos juntos; a la hora de brindar nos abrazamos fuerte y te dije que a pesar de las peleas que tuvimos lo mucho que te amaba y te pusiste a llorar, te venias a despedir negro! Qué boludos fuimos, tanto tiempo peleados sin hablarnos por boludeces”, lo despidió Flor, una prima del joven asesinado a golpes, a través de las redes sociales.
Desde el comienzo de las restricciones a causa de la pandemia de coronavirus, este tipo de festejos fuera de la ley fue moneda corriente a lo largo de todo el país y se acentuó con el comienzo de las vacaciones en la actual temporada de verano.
Hace pocos días atrás durante la madrugada y tras un llamado al 911, el personal del comando de patrullas dispuesto en la ciudad de Mar del Plata logró desarticular una fiesta clandestina en la zona de Punta Mogotes y según fuentes judiciales, se estima que había más de 500 personas.
El masivo encuentro aconteció en la intersección de Racedo y Avenida de los Trabajadores y hasta allí llegó el primer patrullero, que al ver la magnitud de la fiesta solicitó refuerzos para evitar que se escaparan y poder tomar los datos de los participantes.
En la zona se encontraban muchos de los vehículos estacionaron en contramano y sobre la vereda de otras viviendas. Todo culminó cerca de las 5, cuando la Policía, tras notificar a los presentes por incumplir el artículo 205 del Código Penal de la Nación, dejó que los jóvenes se retiraran del lugar.
Cabe recordar que el artículo 205 expresa que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
En la vispera de Año Nuevo, los rugbiers Lucio y Felipe Cozzi fueron detenidos por la Policía Bonaerense, acusados de la feroz golpiza a Felipe Di Francesco en una fiesta clandestina ocurrida días antes en Claromecó. Tras la golpiza Felipe fue trasladado a un centro médico de Claromecó y posteriormente a la clínica Hispano. Como consecuencia de los golpes, el joven sufrió una doble fractura de tabique, cuatro dientes rotos, un corte en la cara y un traumatismo en el ojo izquierdo que podría comprometerle la vista.
Seguí leyendo: