La historia de violencia de “Pintita” y “El Gordo Pablo”, acusados de ser los nuevos capos de la droga de Almirante Brown

Cristian Matwis y Pablo Saldaña arrastran viejas historias en el delito bonaerense. Fueron detenidos en la noche del lunes por la Policía Bonaerense tras una investigación a cargo de la UFI N°14

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Saldaña y Matwis tras ser detenidos.
Saldaña y Matwis tras ser detenidos.

Cristian Antonio Matwis Maitía había llegado lejos en sus apelaciones. El 26 de febrero de este año, la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires decidió rechazar por improcedente un recurso planteado por su defensor oficial. El Juzgado N°1 de Bahía Blanca lo había condenado en 2018 a dos años de cumplimiento efectivo por los delitos de lesiones leves y lesiones graves tras atravesar con un cuchillo a otro preso en el penal de Villa Floresta cinco años antes. Matwis estaba preso por ladrón, condenado ya a otros ocho años de cárcel. En el juicio, de acuerdo a un artículo de La Nueva, su víctima tuvo un pequeño lapso de memoria, dijo no recordar quién lo había apuñalado tres veces. Su hermano, preso junto a él, tampoco, un aparente pacto de silencio.

Así, Matwis Maitía, alias “Pintita”, fue llevado al penal de Sierra Chica, con impronta de lobo y la panza marcada por viejas heridas. Su historia era más larga: lo habían acusado de robo en banda y privación ilegítima de la libertad en febrero de 2003, robo, resistencia a la autoridad y violación de domicilio en junio de 2005, ambas causas en Lomas de Zamora, un bandido errante.

Salió, finalmente, en junio de 2019.

La historia criminal de Pablo Matías Saldaña, de 31 años, alias “El Gordo”, también se esparció por la provincia con la velocidad de la sangre. Fue acusado de tentativa de homicidio en octubre de 2013, causa de la UFI N°3, de vender droga en septiembre de 2010, UFI N°21, ambas de Lomas de Zamora, encubrimiento, en Lomas de Zamora también.

En el tiempo, en algún lugar del conurbano, al “Gordo Pablo” y a “Pintita” algo los unió. Cayeron juntos en la noche del lunes, en la misma causa, a cargo de la UFI N°14, con el ayudante fiscal Eusebio Vaqueiro, en una serie de procedimientos realizados por la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y la Dirección de Delitos Económicos de la DDI de Lomas de Zamora de la Policía Bonaerense, con una investigación de más de cinco meses de duración.

El revolver Smith and Wesson calibre 32, encontrado en el arsenal de la banda.
El revolver Smith and Wesson calibre 32, encontrado en el arsenal de la banda.

“Pintita”, según fuentes policiales, se había dedicado a vender droga junto a Pablo, también supuestamente a robar, autos, casas. Ambos fueron allanados. La droga estaba, principalmente, en casa de Pablo en San Francisco Solano, junto a tres celulares y más de 123 mil pesos. A “Pintita” le encontraron un chaleco antibalas y un Volkswagen Polo con pedido de secuestro, denunciado por robo en Esteban Echeverría en octubre del año pasado. La patente que llevaba no correspondía con el vehículo.

La Bonaerense también se llevó a Emma Griselda Aranda, otra presunta jugadora de la banda, con un prontuario por tenencia de armas, curiosamente dedicada en los papeles de la AFIP al comercio minorista de artículos varios.

En total, les encontraron casi dos kilos y medio de marihuana, 1400 bolsas de cocaína para un peso total de poco más de un kilo, un potente revolver Smith and Wesson calibre 32, una vieja ametralladora 9 milímetros, una pistola Bersa del mismo calibre, una pistola calibre 7.65, dos escopetas también de alto calibre, más de 70 balas y una ridícula réplica de una AK-47, claramente falsa, en casa de Emma Griselda, una supuesta vendedora.

Dicen investigadores de la causa que “Pintita” había sido, presuntamente, el aliado de un temido capo de la zona Sur, “El Peruano Jesús”, casi un mito entre transas.

Parte de la droga incautada.
Parte de la droga incautada.

La bendición de “Jesús” podía ser poderosa. Jonathan Omar Palomeque, oriundo del barrio El Campanario, una zona de casas precarias de Llavallol, fue barrendero según su propio perfil de Facebook, beneficiario del plan nacional Argentina Trabaja. Con el tiempo dejó de palear basura en veredas y zanjas para llenarse de tatuajes amenazantes como el dibujo de una pistola al cinto, usar cadenas de oro grueso, manejar autos de lujo de marcas como Audi y vivir en un interesante departamento de dos ambientes en Palermo sobre la calle Niceto Vega al 5000.

Emma Griselda, acusada de ser parte de la banda.
Emma Griselda, acusada de ser parte de la banda.

A Palomeque lo detuvieron en enero de 2017, una acusación en su contra fue ser, junto a su hermano menor Brian, de 20 años, el regente de una poderosa asociación ilícita, de las mayores y más despiadadas organizaciones narco que se vieron en la Provincia en los últimos años, capaz de apretar rivales y delatores, matar a tiros a sus traidores internos, coimear policías y lavar dinero en una agencia de autos de lujo. “Yo soy el dueño acá, lo tengo todo comprado. No me saca nadie”, se lo oyó gritar a Palomeque en el barrio, la marca de un joven capo, de un niño jefe. Su pequeño imperio de kioskos que terminó con un vendedor adolescente ejecutado se había expandido hacia Glew, Villa Fiorito, Ingeniero Budge.

Sin embargo, “Jesús” nunca le había entregado el negocio. Palomeque, según la acusación en su contra, solo lo operaba.

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