Mónica María Rímolo ya no se da vuelta cuando le dicen “Giselle”. El nombre ficticio que la acompañó durante sus años de exposición más furiosa ya no la representa. En el Complejo Penitenciario IV de Ezeiza para mujeres la conocen por su nombre de pila real aunque ya no está alojada con las internas comunes. Casi al mismo tiempo en el que explotaba el COVID-19 en el mundo ella fue trasladada a las “casas de pre-egreso”, dependencias exclusivas para las presas que están por recibir salidas transitorias como es su caso.
Allí, la falsa médica que en 2012 fue condenada a nueve años por homicidio culposo y ejercicio ilegal de la medicina, entre otros delitos, recibirá el Año Nuevo junto a otras detenidas. Si bien tiene cumplidos todos los requisitos para recibir el beneficio de las salidas, por el momento seguirá tras las rejas por la Ley de Víctimas. Mientras tanto, Rímolo pasa sus días estudiando para ser abogada, hace otros cursos e imagina su vida cuando regrese a la calle.
“Ella tiene cumplidos los dos requisitos indispensables para que se le otorguen salidas transitorias: el tiempo que ya pasó presa e informes positivos del Servicio Penitenciario Federal pero la Ley de Víctimas exige que antes de darle ese beneficio a alguien hay que avisarle a todos los damnificados. En la causa de ella se trata en total de 72 víctimas, incluida la familia de la mujer fallecida, y como pasaron 20 años se hace difícil ubicar a todos. Sin ese trámite no puede salir”, explica una fuente con acceso al expediente de cumplimiento de la pena de la ex mujer de Silvio Soldán.
La médica trucha que se hizo famosa de la mano de su ex pareja, y presentaba credenciales de ser nutricionista y homeópata, quedó expuesta en una cámara oculta realizada en el año 2001 por el programa Telenoche Investiga, en la que se la veía adentro de su clínica recetando medicamentos que había contrabandeado. Se comprobó también que no tenía ningún título de médica por lo que ejerció la medicina de forma ilegal. La denuncia en Tribunales fue realizada por la familia de una mujer llamada Lilian Díaz, que el 30 de junio de 2001 murió producto de la ingesta de una serie de medicamentos que Rímolo le recetó para, supuestamente, bajar de peso.
El contacto de Giselle Rímolo con la humedad de la cárcel comenzó en 2002, un año después de la denuncia, cuando la Policía Federal la detuvo en su departamento de Belgrano aunque rápidamente pagó una fianza de $300 mil y quedó en libertad. Sin embargo, en 2004 la Justicia volvió a arrestarla y ella nuevamente uso su billetera para zafar y esperar el juicio en libertad. En este caso abonó $100 mil.
Recién en el año 2012, el Tribunal Oral Criminal N° 7 la encontró culpable de los delitos de homicidio culposo, ejercicio ilegal de la medicina, estafa en más de setenta ocasiones y tráfico de medicamentos peligrosos. La pena impuesta por los jueces fue de 9 años aunque por las apelaciones de sus abogados siguió libre hasta que en 2017 la Corte Suprema de Justicia confirmó lo actuado y la Policía la arrestó en la casa de Don Torcuato que compartía con su pareja de ese entonces Juan Gainedu, de quien se separó estando tras las rejas.
“Estos casi cuatro años que lleva en Ezeiza fueron mucho más tranquilos que las veces anteriores, sobre todo la del 2004 en la que terminó denunciando violaciones y humillaciones. Al principio estuvo bajo el sistema PRISMA, un programa ideado para internos con enfermedades psiquiátricas y luego se integró bastante bien al resto de las internas”, cuenta una fuente del SPF.
Rímolo estuvo en el PRISMA, el programa psiquiátrico del Servicio Penitenciario Federal que recibió a detenidos como Pity Álvarez o Rodrigo Eguillor, durante casi dos años. Según fuentes judiciales que la frecuentan, ingresó a ese sistema con problemas psiquiátricos graves, depresión y sobrepeso. “Desde que salió en febrero del 2019 es otra persona. Le cambió la vida. Es una mujer distinta, mucho más funcional y con ganas. Gracias a eso empezó una carrera universitaria y mejoró su relación con el resto de las internas”, asegura la fuente..
Según pudo saber Infobae, Rímolo estudia abogacía además de realizar los talleres de computación y pintura letrista lo que, además, la ayudará a reducir algunos meses su pena por el “estimulo educativo” que estipula la ley de ejecución penal. Quienes tiene un trato frecuente con ella aseguran que este último paso por el sistema carcelario de Ezeiza la ayudo a superar muchos traumas del pasado.
Si bien espera con ansias sus salidas transitorias, ya sabe que no se producirá en los próximos días por el tiempo que insume ubicar y darles a las 72 víctimas y sus familias. En las últimas semanas tuvo diversas reuniones con la jueza de ejecución penal María Jimena Monsalve a cargo de su expediente que le explicó, responsablemente, que si o si tiene que aplicar la Ley de Víctimas. A pesar de esto, su abogado, Roberto Schalgel presentó un escrito en el que pidió que se saltee ese paso pero fue rechazado.
A pesar de estar separados, Rímolo sigue apoyándose exclusivamente en su ex pareja Gainedu, más aun luego de la muerte de su hermano Fabián en abril de 2019. El abogado solía visitarla en la cárcel y, cuando el COVID-19 impidió el ingreso de familiares a los penales, el contacto siguió de manera telefónica. De hecho, fue el único llamado que recibió en la previa al brindis de esta noche.
Rímolo recibirá el 2021 junto a otras internas que también están a punto acceder a las transitorias. Lo harán en las casas de pre-egreso, unas viviendas con más comodidades que un pabellón común y que se encuentran fuera del predio penal aunque dentro del cordón de seguridad de la unidad. En este lugar la falsa médica tiene una habitación propia y se reparte las tareas de limpieza y cocina. Además colabora en el cuidado de los pequeños hijos de sus compañeras ya que, dentro de este sistema previo a la libertad, el SPF permite que vivan con ellas.
Con vistas a su futuro fuera de la cárcel, hay un punto en particular que preocupa a Rímolo: el domicilio que debe declarar ante la Justicia. Es que ella fijo su residencia en la casa de Don Torcuato donde supo vivir con su ex pareja Gainedu. El problema es que el hombre habría vuelto a formar una pareja y estarían viviendo los dos allí. Es probable que si no llegan a un acuerdo deban vivir los tres bajo el mismo techo. La detenida asegura que la casa está a su nombre.
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