Stefany Gabriela De la Cruz Arcora comenzó a temblar el 15 de noviembre pasado cuando personal de la Comuna 7 de la Policía de la Ciudad frenó el taxi en el que viajaba, una camioneta Volkswagen Suran en la esquina de Directorio y Emilio Mitre. El chofer dijo que simplemente llevaba a Stefany, hermana del futbolista Nicolás De La Cruz, a su destino en Chacarita. Stefany, con 500 dólares en el bolsillo, dijo tan solo ser niñera, babysitter.
También otra cosa. Había una carga en el baúl. “Mire, solo estoy llevando unas valijas para una amiga pero no son mías y no se qué tienen, yo vine el viernes de Uruguay y paro en lo de mi amiga”, aseguró.
Su speech fue claramente ingenuo, un gesto de paloma para un negocio de halcones. Dentro de las valijas había poco más de 41 kilos de cocaína. Así, quedó detenida junto con el chofer. El chofer tampoco era un mero taxista que pasaba: una libreta encontrada en la Suran detallaba el vínculo entre ambos. El chofer, Hugo Hernán Reyna Sacieta, nacido en Perú, había realizado giros por casi 400 mil pesos a Stefany y a otras mujeres de diversas nacionalidad, peruanas, colombianas, bolivianas. La mayoría del dinero era para Stefany. Detallaba su vínculo: “Comadre”.
Hoy por la mañana, Stefany y el taxista fueron procesados con prisión preventiva con embargos de cinco millones de pesos por el delito de narcotráfico, transporte de estupefacientes con fines de comercialización, una decisión tomada por el magistrado Sebastián Casanello. La causa, básicamente, se trata de un movimiento, llevar droga de un lado al otro. La casi confesión espontánea de Stefany no es el único paso en falso, según documentos del expediente a los que accedió Infobae. Todo parece ser una obra de amateurs, con error tras error tras error. Básicamente, los aspirantes a narcos se regalaron a la Justicia.
La investigación del Juzgado Federal N°7 fue meticulosa. Otros tres cómplices cayeron. La pareja del taxista fue allanada en la calle Puan, le encontraron una balanza. También fueron sobre el departamento en la calle Corrientes que Stefany declaró en Buquebús como domicilio al llegar el día anterior, el 20 de noviembre: el rastro de cámaras reveló que la hermana del jugador frecuentaba el lugar, otro punto de la banda donde otra cómplice apareció en la trama. Encontraron papeles rotos en un cesto, con una dirección en la calle Emilio Mitre entre las anotaciones: lo allanaron también. Otros procedimientos en busca de más cómplices incluyeron el uso de perros. Otra mujer vinculada a Stefany también fue identificada: está prófuga.
El departamento de Corrientes resultó ser un piso de enfriamiento, una locación temporal para guardar el cargamento. Se descubrió que Florencia Fleitas, otra de las cómplices imputadas, lo alquiló ella misma según la acusación a 35 mil pesos.
El teléfono del supuesto taxista fue abierto. Resultó particularmente incriminador. Un contacto llamado “Amor” le indicaba “comprar las valijas” y un posible paso por Constitución. Los registros migratorios de Stefany, por otro lado, revelaron varias entradas y salidas del país, desde Uruguay y otros puntos limítrofes, con algunas estadías en el país de apenas horas. En esas llegadas declaró cuatro domicilios distintos a Migraciones
La investigación no está cerrada bajo ningún punto de vista. Queda identificar y encontrar a quien según anotaciones sería el jefe de la banda, “El Flaco”. Su nombre no solo figura en las conversaciones: también está en la libreta del falso taxista. La escena del taxi es tan solo un fotograma de lo que puede ser una historia narco mucho mayor.
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