Ni Jorge Mangeri o el padre Grassi se atrevieron a tanto. Lo que pidió ante la Justicia el profesor de música Marcelo Rocca Clement implica, en cierta forma, desvanecerse de la historia.
Rocca Clement, condenado como uno de los cómplices del psicólogo Jorge Corsi, regresó a la calle en noviembre pasado cuando dejó su jaula en el penal de Senillosa, Neuquén, una cárcel reservada usualmente para abusadores sexuales y asesinos de mujeres, luego de pactar la tercera condena de su vida en un juicio abreviado con el Tribunal Oral Criminal N°3. En esa causa lo sentenciaron por abusar de un chico de once años, oriundo de Mataderos, hijo de una madre adicta al que captó para forzarse sobre él de una manera aberrante entre los años 2003 y 2004.
El menor se convirtió en adulto y querelló en su contra. Lucas Benvenuto, hoy con 28 años, lo acusó con el patrocinio del abogado Javier Moral, una causa marcada por ocho años de rechazos y dificultades, con otros dos imputados que fueron sobreseídos por el paso del tiempo. Finalmente, a través del teléfono del penal de Senillosa, con su defensor oficial, Rocca Clement acordó su pena: seis años de prisión. Su nueva condena se unió a sus otras dos sentencias, un cómputo de 14 años y cuatro meses de prisión, todas por supuestamente abusar de chicos y corromperlos.
Tras el acuerdo, su pena fue considerada cumplida por la Justicia. El martes 3 de noviembre, el director del penal de Senillosa recibió el oficio del Tribunal N°3 que indicaba que Rocca Clement debía ser soltado. El condenado salió en el día. Antes debía entregar su sangre para el registro de ADN de abusadores sexuales del Ministerio de Justicia. Dentro de la cárcel, el profesor se negó, tal como lo hicieron Jorge Mangeri, el femicida de Ángeles Rawson, o el cura César Grassi; tuvieron que obligarlo a un hisopado bucal para extraerle una muestra de saliva.
Así, Rocca Clement volvió a ser un hombre libre como cualquier otro, que no debía reportarse ante nadie por los delitos aberrantes que cometió, en una de las contradicciones del sistema penal argentino que no exige que sus condenados por delitos contra chicos se reporten ante un patronato al ser liberados o formen parte de un registro público, algo que Lucas como víctima no concibe, o no entiende, o no soporta.
Lucas dio su primera entrevista con Infobae el mes pasado, la primera en su vida, 17 años después de los hechos. Que Rocca Clement se haya negado a someterse a una medida ordenada por la Justicia que puede esclarecer delitos barbáricos le producía un sufrimiento evidente:
“Es terrible, es muy difícil una denuncia de abuso sexual infantil, o cualquier denuncia de abuso sexual. La Justicia debería replantearse eso. No puede ser que hayan tenido que obligarlo. Tiene que haber un registro como en Estados Unidos, se tienen que reportar. No puede ser que las personas que sufrieron abuso sexual sean las condenadas. No pueden caminar por la calle como si nada. Yo lo tengo naturalizado, pero estas cosas me empujan a la depresión. Siento que fue en vano a veces, hablé sin el apoyo de mi familia. La Justicia, perdón que diga esto, es una porquería”, aseguró.
Hoy, Rocca Clement pide que esa prueba sea destruida.
Así lo requirió a fines del mes pasado, según un recurso de reposición planteado por su defensor oficial ante el Tribunal Oral N°3 al que accedió este medio. El defensor argumentó que la solicitud del Tribunal de tomar la muestra por la fuerza “ha sido dictada sin sustanciación ni notificación” y pidió que sea revocada “por contrario imperio”. Pidió, también, que la muestra de saliva sea desechada y que así no se incorpore al Registro.
También, argumentó que la nueva regla es “inaplicable”, ya que los hechos por los cuales fue condenado en el caso de Lucas Benvenuto datan de 2003 y 2004, previos a la ley 26.879 de 2013 que creó el Registro. También, plantearon la reserva del caso federal para una posterior apelación. Por lo pronto, la Justicia ya ubicó la muestra, en poder del Laboratorio de Genética Forense del SPF.
Será el Tribunal N°3 el que deba expedirse sobre el pedido de Rocca Clement. Por lo pronto, la querella y la fiscalía podrán expresarse antes de la decisión: se espera una firme negativa, aseguran fuentes en Tribunales.
El caso de Corsi y la banda de los boy lovers no son los únicos en la lista del profesor, que hoy es un ciudadano común que no debe reportarse ante patronato alguno. En octubre de 2008, en un expediente paralelo impulsado por el Tribunal Oral N°12, el profesor fue condenado a 11 años de cárcel por llevar en el año 2000 a un chico de 12 años a Mar del Plata para violarlo durante todo un fin de semana. Tras conocerlo en un accidente fortuito, un choque de bicicletas en Barrio Norte, el profesor comenzó a buscarlo. Primero lo visitaba en un local de videojuegos de la avenida Santa Fe. Luego, lo llevó a vivir a la casa donde vivía con su propia madre cerca del cementerio de Recoleta. Rocca Clement hasta llegó a conocer a la madre de su víctima.
Lo hirió en su mente de por vida, dijo el chico en su testimonio. En una de sus causas, hay un informe elaborado por el Cuerpo Médico Forense. El diagnóstico: trastorno de la personalidad con rasgos psicopáticos.
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