La tarde de este martes feriado en la localidad de La Lucila, en la zona norte del conurbano bonaerense, se vio abruptamente interrumpida luego de un confuso episodio que incluyó un disparo y que por poco termina en una tragedia absurda: un empresario creyó que un repartidor en moto lo seguía para robarle, se bajó de su auto de alta gama y sin mediar ningún tipo de palabra realizó un disparo con su arma para tratar de intimidarlo.
El hecho ocurrió en la calle José Ingenieros al 900, entre Catamarca y Hernán Wineberg. En ese punto, el propietario del vehículo, dedicado al rubro de la construcción, notó algo extraño. Delante suyo circulaba un auto marca Fiat a baja velocidad, mientras que en la parte trasera se ubicaba la moto con el repartidor. De repente, el vehículo que estaba enfrente frenó sin explicación y dejó atrapado al empresario en el medio, quien sin esperar un segundo se bajó y efectuó un disparo contra un cantero ubicado en una de las casas de la cuadra. Su objetivo era amedrentar a los presuntos ladrones.
A esa altura, el hombre de negocios no tenía dudas de que el Fiat y el delivery actuaban de manera orquestada para robarlo. Según confirmaron fuentes de la investigación a Infobae, al sentir el disparo el Fiat se dio rápidamente a la fuga mientras que el repartidor -un joven de origen venezolano y empleado de una reconocida aplicación de entregas a domicilio- se quedó en el lugar.
A los pocos minutos llegaron los efectivos de la Comisaría N° 1 de Vicente López luego del llamado de los vecinos, quienes salieron de sus casas al escuchar la detonación del revólver marca Smith & Wesson calibre .357 Magnum del empresario.
“No sabemos si el Fiat huyó porque le dio miedo al escuchar el disparo y no tenía nada que ver o si vio que al tener un arma debía escapar. En cuanto al chico del delivery, colaboró en todo momento con la Policía, dijo que estaba trabajando en la zona y efectivamente se pudo confirmar que tenía la aplicación en su celular y la caja con la que hace los repartos. Por el momento no se acreditó el intento de robo, aunque no se descarta ninguna hipótesis”, dijo una alta fuente con acceso al expediente a Infobae.
Según explicó, usualmente cuando se dan este tipo de asaltos, quien se ubica en la parte delantera es la moto y el auto atrás. Aquí ocurrió al revés. Si bien los investigadores aún se encuentran analizando las cámaras de seguridad de la zona para descifrar cómo fue la mecánica del hecho, por el momento no se labraron actuaciones en contra del repartidor, quien además no posee antecedentes. También dijo que puede acreditar que trabaja para la empresa de entregas a domicilio.
Sin embargo, respecto al empresario sí se abrió un expediente en su contra. Es por portación ilegal de arma incautada. Los investigadores descubrieron que el hombre de negocios cuenta con la tenencia legal del revólver pero no está autorizado a portarlo y mucho menos a disparar. “No tenía por qué sacarlo de su esfera privada. Ahora, la investigación recién comienza y estamos haciendo el relevo de las cámaras de seguridad, vamos a chequear efectivamente que el chico trabaja de delivery y avanzaremos con la causa del arma”, agregó la fuente.
El expediente quedó a cargo de Alejandro Guevara, titular de la Fiscalía descentralizada de Vicente López Este, quien imputó al empresario y no tomó ninguna medida contra el joven venezolano, identificado como M.J.C.
Una primera versión aportada por testigos a medios locales indicó que luego de efectuar el disparo contra el cantero y hacer que el chico de la moto cayera al piso, el empresario supuestamente lo retuvo a los golpes y con insultos mientras esperaba la llegada de la Policía. Al respecto, la fuente consultada señaló que por el informe de la Policía, no se constató que haya habido agresiones. “Habrá que constatarlo con los exámenes médicos que ya se ordenó desde la Fiscalía para que les hagan a los dos. Por el momento no hay nada por escrito que corrobore esta versión”, aclararon las fuentes consultadas.
Con información de Miguel Prieto Toledo
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