De a poco, en el remolino del entorno de Diego Maradona, la psiquiatra Agustina Cosachov cobró un rol significativo. El neurocirujano Leopoldo Luque se encargaría del cerebro del mejor jugador de todos los tiempos, operado por un edema, luego internado en una clínica de Olivos. Cosachov, de 35 años, médica egresada de la UBA, especializada en conductas adictivas, jefa de la clínica de Ineco en la materia según el sitio web de la prestigiosa organización, empleada del Gobierno porteño según sus registros, se encargaría de su salud mental junto a un psicólogo.
Cosachov, parte de los días en el country San Andrés, donde Maradona finalmente falleció este jueves, se había ganado cierta confianza. La especialista había hablado en ruedas de prensa sobre pequeños éxitos médicos tras la intervención a Diego, declaraciones hechas con cautela.
Hoy, la historia es otra.
Esta mañana, el neurocirujano Luque fue allanado en su casa de Adrogué y en su consultorio de Avenida del Libertador en Belgrano por un pedido de los fiscales Laura Capra, John Broyad, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari. Fueron en busca de computadoras, teléfonos, documentación clínica sobre Diego. La sospecha: que Maradona podría haber muerto por una negligencia o una impericia médica en su tratamiento, un homicidio culposo. La deducción de los fiscales se originó tras una inspección en la casa donde Diego falleció, donde nada indicaba una internación domiciliaria, no había un desfibrilador, ni siquiera suero. Entonces, Luque, como especialista a cargo, sería el responsable al que apuntar.
Ahora, fuentes con acceso a la causa aseguraron a Infobae que Cosachov también tendría su rol en la nueva trama. Su participación en un posible homicidio culposo no está descartada y se encuentra bajo análisis, aunque por ahora no hay movimientos o pedidos de prueba sobre la especialista. “Es una posibilidad”, afirma una voz clave en el caso.
Todavía no hay pruebas en su contra, pero la causa penal vertiginosa: la autopsia al cuerpo de Diego no había revelado ningún indicio de mala praxis. Se analizará, también, su comunicación con Luque, un posible trabajo interdisciplinario.
El régimen de medicación psiquiátrica de los últimos días de Diego es otra clave. Calificadas fuentes aseguran que no se encontraron fármacos de este tipo en la habitación donde murió Diego. Sin embargo, hay otro detalle. La enfermera Dahiana Madrid, la última en estar presente en San Andrés, registró el nombre de la psiquiatra en su polémico “falso reporte” entregado a la empresa médica para la cual trabajaba, donde reconoció mentir a instancias de su coordinador.
El reporte se vuelve una prueba viciada, donde Madrid expresamente mintió según ella misma. Cosachov figura en dos entradas. A las 10:45, según la enfermera, Cosachov “viene en camino junto a psicólogo”. Una hora más tarde, Madrid asegura que la psiquiatra “modifica medicación” y que se golpea la puerta de Maradona, sin respuesta.
Así, de lo que surja de los allanamientos de la jornada de hoy y de las pericias toxicológicas a la sangre y orina extraídas en la autopsia que Policía Científica evaluará en La Plata y cuyos resultados se conocerían la semana próxima, los fiscales del caso podrán deducir o no motivos para avanzar sobre ella en la investigación. Lo mismo ocurre para Luque, que aún no fue formalmente imputado al no haber sido citado a indagatoria. Las pruebas también decidirán su suerte. Por lo pronto, fue notificado de la causa y se le informó que podrá presentar un abogado defensor.
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