En medio de la conmoción y a dos días de la muerte de Diego Maradona, Santiago Lara, un joven oriundo de La Plata que asegura ser hijo del ex futbolista, realizó un pedido a la Justicia para que se realice la exhumación del cuerpo del Diez, con el objetivo de conocer su identidad. En el escrito presentado por su abogado, solicitó que se proceda a estudiar los restos de manera “urgente”.
La exhumación del cadáver para realizar la comparación genética, sin embargo, no será necesaria, al menos en un principio.
Fuentes con acceso al expediente aseguraron a Infobae que en la autopsia al cuerpo del ídolo se recolectó una muestra de ADN identificatoria ante eventuales reclamos filiatorios, además de las muestras recolectadas para las pericias toxicológicas y a los órganos que serán realizadas en la sede de Policía Científica en La Plata y cuyos resultados se esperan para la semana próxima.
La muestra, que se encuentra en poder de Policía Científica, fue recolectada por protocolo, y no porque se trata expresamente de Maradona, aseguran las fuentes. La recolección implica evitar un proceso sumamente complejo y traumático: la extracción de ADN tras la exhumación del cadáver.
Cualquier reclamo filiatorio debe atravesar una autorización judicial. Ante repetidos reclamos, la muestra puede resultar insuficiente. En ese caso, puede tomarse ADN de familiares directos. “Una exhumación siempre es el último recurso”, apunta una voz judicial de peso en torno al caso.
Hay otra joven que se encuentra en una situación similar a la de Lara, aunque todavía no hay novedades sobre si hará un pedido como el que acaba de realizar Santiago. Se trata de Magalí, otra supuesta hija de Diego. La joven, que fue adoptada de chiquita, se había reencontrado con su madre biológica y, según contó en una entrevista para la televisión italiana, la mujer le confesó que en 1995 había mantenido un affaire con Maradona, producto del cual había quedado embarazada. Desde ese momento, ella decidió entablar una demanda de filiación y quedó a la espera de que el astro accediera a hacerse el análisis de ADN.
En otro orden, las pericias toxicológicas podrán indicar el consumo de alcohol de Diego, algo señalado por sus amigos cercanos, así como la medicación presente en su organismo, lo que podrá revelar o no una mala praxis. Hasta el momento, no existen evidencias de una atención médica defectuosa en la opinión de los investigadores del caso, a cargo de los fiscales Laura Capra, John Broyad, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari.
En la investigación de la causa de muerte, surgió una polémica por el falso informe que habría firmado la enfermera de Maradona: ella afirmó que le pidieron que mintiera en el reporte. Se trata de Dahiana Gisela Madrid, quien se refugia en su casa de Villa Bosch y se niega a responder preguntas tras reconocer a la Justicia que presentó en la empresa para la que trabaja un certificado con mentiras a instancias de su coordinador.
La enfermera, según su versión, lo escuchó orinar cerca de las 7:30 AM, el último signo de vida. No hubo una confirmación visual, apenas lo escuchó. Pero el documento que llegó al WhatsApp de la fiscal Capra decía otra cosa. Había una entrada a las 9:30 AM, en donde la enfermera supuestamente intentó controlar los signos vitales de Diego. El ex campeón del mundo, de acuerdo al documento, se negó a dejarse chequear.
En su ampliación de esta madrugada, Madrid reconoció efectivamente haberlo escuchado orinar, pero dijo algo sumamente curioso sobre la segunda entrada en el documento entregado a la empresa de enfermería para la cual trabaja. “Escribí en el reporte que le intenté controlar signos vitales, lo cual no es cierto”, afirmó Dahiana según una fuente judicial de alto rango: “Lo puse por una indicación del coordinador”.
La situación no genera un problema mayor ni corre el eje de la causa, afirman en San Isidro. Sin embargo, una fuente judicial de alto rango asegura: “De esto puede surgir una imputación, o no”.
Al margen, hay otra causa judicial: la de los tres empleados de la funeraria que se fotografiaron junto al cuerpo de Maradona. Los tres ya fueron notificados por la policía: a Claudio Ismael Fernández, de 48 años, y de Sebastián Ismael Fernández, su hijo de 18, los encontraron en tres allanamientos que la fuerza realizó ayer. En tanto que unas horas más tarde, el otro involucrado, Diego Antonio Molina (40) se presentó en una comisaría.
Ninguno quedó detenido: solo les tomaron los datos y le informaron de la investigación en su contra por el delito contemplado en el artículo 70 Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, por profanar un cadáver.
El artículo 70 establece que “quien inhuma o exhuma clandestinamente o profana un cadáver humano, viola un sepulcro o sustrae y dispersa restos o cenizas será sancionado con cuatrocientos ($400) a cuatro mil ($4.000) pesos de multa o dos (2) a diez (10) días de arresto”.
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