Este miércoles a las 10:30 de la noche en la Morgue de San Fernando, el círculo de expertos que realizó la autopsia al cuerpo de Diego Armando Maradona dio por concluido el procedimiento. Todos ellos eran forenses de alto rango, jefes de los cuerpos médicos de Policía Científica de San Martín, La Plata, San Isidro, el director provincial de Policía Científica. Pero entre ellos había una figura curiosa, un hombre que había conocido a Maradona en vida, un médico. A comienzos de la década pasada, el doctor Mario Alejandro Schiter había tratado a Diego Maradona en el FLENI en una de sus crisis de salud, de acuerdo a diversos artículos de la época.
Según confirmaron fuentes judiciales a Infobae, el especialista fue parte de la autopsia. Había llegado allí por pedido expreso de Claudia Villafañe, ex pareja y madre de las dos primeras hijas de Diego.
No había una formalidad judicial en el medio: Claudia no era parte en el expediente, una particular damnificada, lo mismo el abogado del ídolo, Matías Morla. Sin embargo, los fiscales del caso, John Broyad, Laura Capra, Cosme Iribarren, Patricio Ferrari, admitieron al médico en la sala.
La transparencia fue el motivo, para evitar una guerra desgastante de controversias similar a la del caso de Natacha Jaitt, que arrastró el expediente durante meses.
Así, los expertos comunicaron sus conclusiones al fiscal general John Broyad, cabeza del departamento de San Isidro: nada raro, nada sospechoso. La conclusión preliminar fue sostenida y sin disidencias: cardiopatía, edema pulmonar posterior, una secuencia en su cuerpo que le causó la muerte mientras dormía.
Hoy, el abogado Morla endurece su discurso en un nuevo comunicado donde sugiere una evidente mala praxis o un abandono de persona. “Es inexplicable que durante doce horas mi amigo no haya tenido atención ni control por parte del personal de salud abocado a esos fines”, aseguró. Luego, afirmó que la ambulancia tardó “media hora” en llegar al country San Andrés, un acto de “criminal idiotez”.
“Voy a pedir que se investigue hasta el final de las consecuencias”, ratificó.
Fuentes judiciales aseguran que Morla no es todavía un particular damnificado en la causa que instruye la fiscal Capra bajo la calificación de averiguación de causales de muerte. La causa, mientras tanto, avanza.
Por lo pronto, la investigación no apunta a una mala praxis. “No hay indicios al respecto por ahora”, indica una voz clave en la investigación. El equipo de fiscales ya comisionó las pericias toxicológicas e histopatológicas a la sangre, la orina y los órganos del cuerpo del ídolo que se realizaran en la sede de Policía Científica en La Plata para saber qué sustancias había en su interior y en qué consistía su régimen de medicación. Estos resultados, que podrán tomar semanas, son, por ejemplo, aguardados por abogados como Miguel Ángel Pierri, que representa a Verónica Ojeda, madre de Diego Fernando, último hijo de Maradona, para estudiar un posible curso de acción ante la causa.
La llegada de la ambulancia, el supuesto tiempo de demora, no consta todavía en la causa y está bajo análisis.
La jornada de hoy podrá ser particularmente intensa: comienza la recolección preliminar de datos para fortalecer los cuestionarios a testigos. Se buscarán los registros de llamados y los llamados de emergencia que se hicieron, entradas y salidas del country, para determinar finalmente el cuadro de la muerte.
Por lo pronto, los fiscales creen que Maradona no se administraba su propia medicación y que tampoco tenía acceso a ella, sino que se la daban sus especialistas, algo que consta, por ejemplo, en la declaración testimonial de Gisela, también conocida como “Daiana”, la enfermera que tomó la posta en el San Andrés ayer a las 6 AM y que decidió “dejar dormir” a Maradona.
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