Tenía antecedentes y fue liberado tras pagar 10 mil pesos de fianza: a los 20 días asesinó a un policía

Diego Gastón Guida, capturado ayer en Claypole, recibió la excarcelación con una modesta fianza de 10 mil pesos el 29 de septiembre tras una decisión de la Sala VI de la Cámara Criminal. Menos de un mes después se convertía en el acusado de un doble crimen

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Barracas, 2019: Diego Guida tortura a un cachorro, golpea a una mujer y es expuesto en redes sociales.

Ayer jueves por la tarde en Claypole, una brigada de detectives de la división Homicidios de la Policía Federal capturó con el apoyo de la DDI local a Diego Gastón Guida, un delincuente de 38 años buscado por el doble crimen ocurrido la noche del 19 de octubre pasado, cuando el agente de la Policía Federal Argentina Esteban Nicolás Lagos (28) y el recolector de residuos Roberto Juan Bonifacio (43) fueron asesinados por dos delincuentes que asaltaron un colectivo de la línea 100 en el barrio porteño de Barracas.

El doble crimen ocurrió dentro de un colectivo de la línea 100, cuando circulaba por la Avenida Hipólito Vieytes y la calle Quinquela Martín. Dos delincuentes se subieron al transporte para robarle al chofer y a los pasajeros. “Están todos regalados, esto es un asalto”, gritaron los ladrones, que estaban armados. Al percatarse del hecho, Lagos dio la voz de alto. Los asaltantes respondieron a los tiros.

Como consecuencia de la balacera, el uniformado recibió cuatro disparos: en el cuello, en el tórax, en un brazo y en una pierna, de acuerdo a la autopsia. Murió más tarde en el Hospital Churruca. Bonifacio, quien quedó en medio del enfrentamiento armado, fue impactado por un tiro en la espalda que le afectó varios órganos. Al parecer, el barrendero estaba en uno de los asientos que miran hacia la luneta trasera, por eso el tiro le ingresó por la espalda. Falleció horas después en el Hospital Argerich.

Guida al ser detenido ayer.
Guida al ser detenido ayer.

Los detectives de la Federal que le siguieron el rastro encontraron cosas curiosas. Lo identificaron en un video viralizado en redes sociales: se lo ve en una calle de Barracas en 2019 mientras golpea a un cachorrito y a una mujer. El incidente le valió una denuncia por maltrato animal.

También le encontraron una larga lista de antecedentes que comienza en el año 2000 con una acusación por hurto, una libertad condicional recibida en 2005, robos en poblado y en banda, arrestos por tenencia de drogas, tenencia de arma de guerra.

Veinte días antes del crimen, los jueces de la Sala VI de la Cámara Criminal y Correccional le dieron un curioso beneficio. Guida estaba preso, ya había pasado seis años encerrado en un penal federal entre 2010 y 2016. Lo soltaron, con una modesta caución real de diez mil pesos.

La decisión de los jueces Magdalena Laíño y Ricardo Pinto, con el voto en disidencia de su colega Marcelo Lucini, incluso estableció que Guida, un adulto y un reincidente serial, debía quedar “al cuidado de su su madre”, con la “prohibición total” de abandonar la casa familiar en Barracas.

El beneficio de la Sala VI para Diego Guida.
El beneficio de la Sala VI para Diego Guida.

Ese mismo año, curiosamente, según el fallo que adelanto Télam y al que accedió Infobae en forma completa, además de la causa por torturar al perro, Guida sumó dos causas por hurto: una víctima fue su entonces pareja, a la que le robó el celular y también amenazó.

“Guida cuenta con dos condenas –una de ellas única y comprensiva de varias causas acumuladas–, todas por delitos contra la propiedad e incluso alguna fue unificada; la última del 23 de agosto de 2017 en la que el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional n° 19, impuso la de ocho meses de prisión por el delito de tentativa de hurto calamitoso, en concurso real con el de robo en grado de conato, declarándolo reincidente, por segunda vez”, recordó el juez Lucini en su voto.

También, apuntó al estado de salud de Guida, a quien le falta un riñón. “Frente a este panorama, la solución debe adoptarse atendiendo a dichos parámetros, que aseguran, por una parte, una interpretación pro homine y favor libertatis de las normas en juego que imponen privilegiar la interpretación legal que más derechos acuerde al ser humano frente al poder estatal”, razonó la jueza Laíño, con un argumento sobre reducir el uso general de la prisión preventiva.

Una amiga de la madre del delincuente, también “demostró preocupación por la situación e hizo saber a través de la defensa oficial que le conseguiría un trabajo y lo incorporaría en un proyecto de reinserción social para personas que estuvieron privadas de su libertad, lo que demuestra contención”.

Poco después salió y, según la acusación en su contra, mató a dos personas.

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