“Cagaste, te entregaron, así que decinos dónde está la guita”: el testimonio de una víctima de la banda buscada por asesinar al taxi boy de Retiro

Los victimarios de Enzo Aguirre, el joven correntino de 23 años muerto la semana pasada, fueron señalados por atacar a otros trabajadores sexuales masculinos en zonas como Recoleta y Palermo. El grupo de WhatsApp que se formó tras el crimen

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Aguirre, poco antes de su muerte.
Aguirre, poco antes de su muerte.

Los homicidas de Enzo Aguirre, el trabajador sexual correntino de 23 años que fue asesinado en un hotel de Retiro, no son improvisados. Según investiga la Justicia, forman parte de una banda dedicada a robar y asesinar a taxi boys que publican sus servicios sexuales en internet. El modus operandi consiste en contactar a las víctimas a través de distintos sitios web para luego, una vez en sus departamentos, amordazarlos, robarles y hasta matarlos. Trabajan con cómplices y autos de apoyo. Por el crimen de Enzo, la fiscal Paula Asaro, la misma que esclareció el femicidio de Ángeles Rawson en 2013, busca a dos sospechosos que quedaron registrados en cámaras de seguridad.

El asesinato de Enzo se produjo el viernes cerca de la madrugada luego de que dos hombres contrataran sus servicios sexuales y concretaran una cita en la habitación 214 del hotel Le Petit Suites, donde la víctima vivía desde hacía seis meses. Los dos sospechosos quedaron registrados en las cámaras de seguridad ingresando a las 23:50 y retirándose 20 minutos después. En ese lapso golpearon a Enzo, lo amordazaron hasta asfixiarlo y lo mataron.

Asaro y su equipo revisan por estas horas las cámaras de los dos circuitos privados que tenía el hotel y, sobre todo, los domos de la Ciudad para intentar reconstruir la huida. Por el momento, los asesinos no están identificados pero se sabe que uno es morocho y el otro rubio.

En paralelo, llegaron a la Justicia varios testimonios de taxi boys que, al igual que Enzo, promocionaban sus servicios en la web y también sufrieron el mismo robo por la misma banda, con la diferencia de que ellos lograron escapar o eludir la muerte de una u otra manera.

El crimen de Aguirre, por lo visto, es el emergente de una violencia mucho mayor en la comunidad de trabajadores sexuales porteños, que amenaza su seguridad y su actividad. Infobae accedió al testimonio de una de las víctimas de la banda que logró sobrevivir.

El hotel donde ocurrió el hecho.
El hotel donde ocurrió el hecho.

Federico es su nombre. “Me contactaron el miércoles, dos días antes del asesinato de Enzo. Me llamaron a la tarde y me dijeron que querían saber el precio y la modalidad. Les pasé los aranceles y me consultaron si dos era lo mismo. Les aclaré que por tríos tenía otra tarifa y también se las pasé. Me preguntaron si a la noche iba a estar libre. A eso de las 21 me llama uno. Me dijo que recién habían terminado de cenar y que les pase la dirección. Una hora después llegaron y los hice subir”, afirma, horas antes de declarar ante la Justicia como testigo.

“Les ofrecí agua, que se pongan cómodos. Yo tenía puesta música y me preguntaron si la podían cambiar, no solo pusieron música como de rock más pesado sino que subieron bastante el volumen. Fuimos a la habitación y uno me dijo que me siente en la cama que quería hacerme unos masajes. Cuando estaba atrás mío me agarró del cuello y me empezó a ahorcar y el otro sacó un revólver y me pegó culatazos. Me tiraron al piso y ahí es cuando uno me dice ‘cagaste, te entregaron, así que decime dónde está la guita,”, siguió su relato la nueva víctima.

Según relata Federico, la situación se fue tornando cada vez más violenta. "Me pegaron mucho con el arma para que les diga dónde estaba la plata. Les dije dónde escondía los pocos pesos que tenía, ellos me dejaron atado con precintos y me tiraron una colcha encima y me dejaron ahí. Cada tanto volvían y me pegaban patadas y piñas. Yo pensé que solo iban a agarrar la plata y se iban, pero luego me di cuenta de que fueron por mucho más”, agregó.

En un tramo del relato, el joven trabajador sexual aporta un dato que podría ser crucial para la investigación de la fiscal Asaro: la descripción de los dos hombres que le robaron: "Uno era rubiecito de 1,75 más o menos, tenía tatuajes. Estaba muy bien vestido, muy elegante. El otro era un poco más alto, calculo que metro ochenta, pelo cortito oscuro. Los dos cerca de los 25 años”, continuó.

Esta descripción coincide no solo con los dos sospechosos que están prófugos por el asesinato de Enzo sino con las características que aportaron otros testigos que sufrieron lo mismo: Enzo también fue estrangulado.

Federico continúa su historia: “Yo seguía tapado y con las manos atadas, pero cuando escuché que no había más ruidos me destapé como pude y salí de la habitación. Vi que se llevaron un televisor de 55 pulgadas, una bicicleta nueva, una notebook, dos iPhones, unos auriculares carísimos, dos equipos de música y dinero en efectivo. Se llevaron de todo. Una vecina me contó después que ella había sacado a pasear al perro y vio cómo sacaban todo. También me dijo que los estaba esperando un auto negro, un Honda Civic con otra persona adentro, en el que subieron todo”, finaliza.

Paula Asaro, fiscal del caso (DyN)
Paula Asaro, fiscal del caso (DyN)

Para los investigadores del caso no quedan dudas de que se trata de una banda abocada específicamente a robar a taxi boys. “Estamos trabajando en la identificación a través de distintas cámaras, pero la utilización de barbijos y gorras complica las cosas, por eso prestamos atención a tatuajes, aritos y demás. No es la primera vez que nos enfrentamos a este tipo de bandas. Antes pescaban víctimas en los boliches, pero en este caso lo hicieron por páginas de acompañantes sexuales masculinos”, explica a este medio una fuente con acceso de primera mano al expediente.

En las últimas horas se creó un grupo de WhatsApp llamado “escorts unidos” en el que empezaron a multiplicarse los relatos casi calcados de este tipo de situación. Muchos de los casos son de hace meses, por lo que se puede inferir que la banda actúa desde hace tiempo y se perfeccionó con cada ataque.

Ayer, por otra parte, llegaron a manos de la fiscal los resultados completos de la autopsia realizada a Enzo Aguirre. Los forenses revelaron cómo los asesinos lo arrojaron al piso entre una de las camas y la ventana y le ataron las manos con precintos. Al mismo tiempo lo golpearon varias veces en la cara produciéndole cortes. Finalmente le pusieron un bóxer en la boca y le ataron el cuello con su propia remera, lo que le produjo la asfixia que lo llevó a la muerte.

Mientras tanto, la fiscalía intenta acceder a los mensajes de texto y las llamadas entrantes y salientes de su teléfono. Creen que mediante la pericia tecnológica se puede llegar a tener indicios de la identidad de los asesinos. El hecho de que se hayan llevado el teléfono del joven correntino complica la situación. Durante la tarde de hoy se presentarán más amigos y testigos, entre los que estará Federico, en las oficinas de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad.

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