W.W.G, un agente de la Policía Federal que estaba vestido de civil e iba a cumplir funciones en la Quinta de Olivos como miembro de la División Protección de la Residencia Presidencial, mató a un delincuente que intentó asaltarlo en una parada de colectivos en la localidad bonaerense de Mariano Acosta, en el partido de Merlo, según confirmaron fuentes policiales a Infobae.
Todo ocurrió anoche hacia las 22:15 en la intersección de las calles Heredia y Las Retamas, cuando el suboficial W.W.G. fue abordado por dos hombres a bordo de un automóvil Renault 9 de color bordó, con la intención de robarlo. Al ver que se trataba de un asalto, el policía, de 29 años, se identificó, desenfundó su arma Taurus reglamentaria y comenzó a disparar a uno de los ladrones que había bajado del vehículo armado.
Ante los tiros, los delincuentes se escaparon en el vehículo, pero a unos 700 metros del lugar, sobre la calle Los Tulipanes y Álvarez Jonte, en el mismo barrio, el vehículo fue hallado. En el asiento del acompañante estaba muerto uno de los presuntos asaltantes, un joven aún no identificado de entre 25 y 30 años aproximadamente. Su cómplice se dio a la fuga.
De acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, el delincuente muerto presentaba un disparo en la espalda. En el lugar del robo, los investigadores encontraron cinco vainas calibre 9 milímetros servidas en el suelo, mientras que en el Renault 9 hallaron “siete huellas papilares y dos fragmentos de encamisado de proyectil del mismo calibre”. Además, el vidrio resultó completamente destruido. Los efectivos de la comisaría 6ta. de Merlo que concurrieron al lugar del hecho secuestraron el arma reglamentaria del policía con 18 proyectiles intactos.
Según supo Infobae, W.W.G. se dirigió al domicilio de su pareja, ubicado en la calle Las Retamas, donde se comunicó a fin de realizar la denuncia del episodio que había sufrido minutos antes. En cuanto al delincuente que se fugó, los investigadores creen que se fugó a pie. La causa está a cargo del fiscal Leonardo Lisa, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Morón, quien por el momento no tomó temperamento alguno contra el policía hasta tanto dure la investigación en la que deberá determinar si actuó en legítima defensa o si cometió algún tipo de exceso.
Al haber personal de la Policía Federal involucrado, el fiscal dispuso que las pericias y el sumario queden a cargo de la Gendarmería Nacional. La causa fue calificada como tentativa de robo seguida de homicidio.
Más episodios con efectivos que custodian la Quinta de Olivos
En agosto, una agente de la Policía Federal Argentina (PFA) que trabajaba cómo custodia la residencia de Olivos, fue asesinada de un disparo en el pecho en Quilmes. Ocurrió cuando Ariana Micaela Romero, de 23 años, se dirigió a comprar algo a un quiosco ubicado a tres cuadras de su casa.
Al salir del comercio, en las calles 395 y Pellegrini, la joven fue interceptada por tres motos con dos hombres a bordo en cada una con la intención de robarle, de acuerdo al relato de un testigo a los efectivos de la Comisaría N°5 de Quilmes, que se trasladaron al lugar. En ese momento, uno de ellos sacó un arma y sin mediar palabra le disparó en el pecho. Los agresores huyeron a toda velocidad y Romero, que no llevaba un arma encima al momento del ataque, fue trasladada de urgencia por un grupo de vecinos al hospital El Cruce, de Florencio Varela, donde finalmente falleció por la gravedad de la herida.
Otro episodio ocurrió el 9 de septiembre pasado, en medio de la tensión de las protestas de la Policía Bonaerense para exigir aumentos de sueldo y mejores condiciones laborales, cuando una bomba molotov explotó en uno de los paredones de la Quinta de Olivos. Por el hecho fue detenido José María A., de 48 años, vecino de la zona según su domicilio fiscal. Al ser arrestado, aseguró no pertenecer a ninguna organización política. Así, quedó a disposición del Juzgado Federal N°2 de San Isidro a cargo de Lino Mirabelli. Fuentes oficiales detallaron que el agresor llevaba una bolsa que contenía cuatro botellas de plástico y una de vidrio llena de nafta.
Sin embargo, no fue el único episodio protagonizado por A.. La semana pasada, casi dos meses después de haber arrojado bombas, el hombre de 48 años regresó otra vez a las inmediaciones de la residencia de Olivos aunque esta vez para algo completamente distinto: amenazó con quitarse la vida con un cuchillo.
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