Pedofilia: el profesor de música cómplice de Jorge Corsi admitió corromper a un chico de 11 años y recuperó su libertad

Marcelo Rocca Clement, preso en un penal para abusadores de Neuquén, pactó un juicio abreviado con el acuerdo de la querella de su víctima, hoy un adulto que prefirió no ser revictimizado. Su condena se considera cumplida. Sin embargo, se negó a entregar su ADN a la Justicia y tuvo que ser obligado. Su página de fotos secreta y la acusación en su contra

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El profesor de música Marcelo
El profesor de música Marcelo Rocca Clement, en una foto de la década pasada de sus redes sociales.

Hay nombres que se pierden detrás de otros. El renombrado psicólogo Jorge Corsi había acaparado toda la atención mediática doce años atrás cuando se convirtió en el acusado más celebre de la historia argentina por el cargo de corrupción de menores. Un chico de 14 años denunció a comienzos de 2008 que un grupo de hombres, entre ellos Corsi, lo captó para llevarlo a fiestas sexuales y abusarlo. Otros cinco menores habrían sido víctimas, reclutados en puntos como un local de comidas rápidas o en cybers para chequear Internet o jugar juegos en red, invitados a casas para ver pornografía y recibir obsequios como ropa y artículos electrónicos.

Corsi no actuaba solo. Tenía al menos tres cómplices. La banda de los “boy lovers” se los llamó, con nombres en clave que usaban entre ellos: Corsi era “Gio”, el profesor de música Marcelo Rocca Clement, condenado junto a él, era “Mache”. Pero en comparación a Corsi, el profesor fue un literal desconocido: su cara rara vez fue impresa o televisada. El psicólogo acaparaba toda la atención, con la paradoja de que un notable especialista en violencia familiar, un hombre respetado en su profesión, autor y conferencista, fuera un depredador de chicos en su casa de Barrio Norte.

Sin embargo, Rocca Clement tenía su propia historia con otras causas, otras acusaciones igual de bestiales.

2018: Jorge Corsi ya en
2018: Jorge Corsi ya en libertad, encontrado por el autor de esta nota en Barrio Norte. (foto: Enrique García Medina)

En octubre de 2008, en un expediente paralelo, el profesor fue condenado a once años de cárcel por llevar en el año 2000 a un chico de 12 años a Mar del Plata para violarlo durante todo un fin de semana, una decisión tomada por el Tribunal Oral N°12. Tras conocerlo en un accidente fortuito, un choque de bicicletas en Barrio Norte, el profesor comenzó a buscarlo. Primero lo visitaba en un local de videojuegos de la avenida Santa Fe. Luego, lo llevó a vivir a la casa donde vivía con su propia madre cerca del cementerio de Recoleta. Rocca Clement hasta llegó a conocer a la madre de su víctima. Lo hirió en su mente de por vida, dijo el chico en su testimonio.

Luego, cuatro años después de ese ataque, entre diciembre de 2003 y enero de 2004, “Mache” fue por otro menor, más joven todavía: su nueva víctima tenía 11 años de edad. El chico, oriundo de Mataderos, casi en situación de calle, sin padre, con una madre adicta, era vulnerable desde el comienzo. Lo interceptó a la salida de una disco en Córdoba y Salguero. Así, comenzaron un vínculo, junto a otro hombre, un cómplice de Rocca Clement. Intercambiaron chats, llamados, e-mails, hasta que acordaron un encuentro en un cyber de Mataderos que el chico frecuentaba.

Así, “Mache” y su cómplice lo llevaron a un departamento en la avenida Escalada, zona de Villa Luro. El chico fue manoseado según su relato, el profesor de música y su cómplice se masturbaron sobre él. Intentaron penetrarlo con un juego psicológico. “Vas a sentir más placer”, le dijeron. El chico se negó. Dos semanas después, Rocca Clement y su cómplice regresaron a Mataderos. Se llevaron a su víctima nuevamente. Hicieron lo mismo, otra vez. Dos días después, el profesor regresó por él. Su víctima fue forzada a sentarse en un sillón. El profesor, nuevamente, se masturbó sobre él.

La nueva condena a Rocca
La nueva condena a Rocca Clement del TOC N°3.

El menor se convirtió en adulto. Llevó a Rocca Clement a la Justicia, con una causa iniciada en 2012, con el profesor ya encarcelado y con una querella llevada adelante por el abogado Javier Moral.

Su denuncia original asegura: “Me acuerdo que fue por intermedio de una persona que contacté a través de un aviso que estaba publicado en un diario. Esa persona después me llevó un día a una fiesta y allí conocí a Rocca Clement. Me acuerdo que en la fiesta había todas personas adultas y que, además, el sujeto que me había llevado hasta el lugar en forma constante me empujaba hacia donde estaba Rocca Clement; incluso recuerdo que en determinado momento me hizo ingresar a un baño y estaba Rocca Clement desnudo y comenzó a decirme que le tocara el pene. Yo me negué a hacerlo y en cuanto pude salí del baño...”.

Las pruebas fueron extensas. Un testimonio en primera persona asegura: “El ahora imputado intentó abusar del suscripto en la forma sexual, con acciones tendientes a manoseos y tocamientos de mis partes pudendas, a pesar de que habría tajantemente intentado resistirse a los injustos, y que psicológicamente pretendía efectuarme una suerte de ‘lavado de cerebro’, intentando imponer en mi conciencia que ‘debía ser libre’ al igual que todos los del grupo, quienes se autoproclamaban ‘bisexuales’, con miras a obtener la conformidad para perpetrar los abusos”.

La historia no fue sencilla en Tribunales para el denunciante. Moral tuvo que pelear cuesta arriba para evitar la prescripción de la causa. El cómplice de Rocca Clement no pudo ser llevado a la Justicia tras ser sobreseido: el profesor de música, sí.

Hoy, esa historia termina, en parte. El viernes pasado, preso en medio de la Patagonia, tras aceptar su culpa, el profesor quedó libre otra vez.

Rocca Clement en otra foto
Rocca Clement en otra foto de sus redes junto a hombres jóvenes.

El martes 3 de noviembre, el director del Complejo Penitenciario Federal N°5 en la zona de Senillosa, provincia de Neuquén, una cárcel del SPF construida para acusados de abuso y femicidio, recibió un oficio enviado por el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 sobre Rocca Clement, detenido allí. El Tribunal Oral Criminal N°3 había validado un nuevo acuerdo entre la fiscalía de juicio, la querella y la defensa oficial del profesor de música. Mediante un llamado telefónico a la cárcel, el profesor consintió la idea: aceptaría su culpa en el caso del chico de Mataderos por una pena de seis años de cárcel. El delito: promoción de la corrupción de un menor agravada por la edad de la víctima.

“Se concordó con las partes que el hecho en cuestión tipificaba el delito de promoción a la corrupción de menores agravada por ser la víctima menor de trece años de edad, en tanto Rocca Clement realizó actos de índole sexual prematuros y perversos, prolongados en el tiempo y con idoneidad para afectar la evolución psicosexual de la víctima, lo cual fue corroborado en los informes médico-psicológicos mencionados”, asegura el fallo al que accedió Infobae.

Sus penas fueron unificadas para un total de 14 años de cárcel. La pena es menor. Sin embargo, la víctima la encuentra satisfactoria. Fue una cuestión de economía del dolor, en parte. “La víctima recompuso su vida. El haber pasado por un juicio abreviado sin tener que revivir lo que le pasó a los 11 años, algo revictimizante, fue beneficioso para él. No tuvo que enfrentar preguntas de la defensa, de peritos, verle la cara a Rocca Clement otra vez. Para él, es el cierre de este capítulo de su vida con cierta amargura tras tantas luchas para evitar la prescripción de la causa”, asegura el querellante Javier Moral.

Así, su pena venció este viernes de acuerdo al cómputo. El SPF le informó a la Justicia que Rocca Clement, hoy con 46 años, efectivamente dejó el penal de Senillosa ese mismo día. A dónde se fue, no se sabe, el profesor de música no tiene por qué decirlo. Su cuenta está literalmente saldada y la ley argentina no contempla un patronato de liberados para controlar a condenados por abuso o delitos contra niños. La Justicia pidió que entregara una muestra de su ADN al registro de violadores del Ministerio de Justicia. Rocca Clement se negó a hacerlo, tal como lo hizo el padre Grassi. Tuvieron que obligarlo a un hisopado.

Queda, como un resto en el tiempo, una página de fotos en Internet, su viejo álbum donde posa con hombres jóvenes en Mar del Plata y toca la guitarra. El material data de 2007, 2008. “Foto a pedido de Gio”, dice un epígrafe, su viejo cómplice, Jorge Corsi.

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