El Tribunal de Casación Penal bonaerense declaró prescripta la causa en la que se investigaba a dos sacerdotes y a un profesor de informática por abusos sexuales y corrupción de menores hipoacúsicos en el Instituto Próvolo de La Plata.
Los investigados eran los sacerdotes Nicola Corradi, detenido en Mendoza por delitos similares cometidos en el Próvolo de esa provincia; Eliseo Primati, quien fue localizado en un asilo en Italia y cuya extradición se había pedido; y José Brítez, profesor de informática del Instituto Próvolo, ubicado en las calles 25 y 47 de La Plata.
Según la investigación fiscal penal, los tres hombres abusaron de al menos 5 niños hipoacúsicos internados en ese establecimiento, a los que además golpeaban, imponían fuertes penitencias y sometían a servidumbre.
La medida fue resuelta por la Sala Tercera del Tribunal de Casación Penal, al afirmar que “en el presente caso no opera la exclusión de prescripción”.
En el fallo, que lleva la firma de los jueces Víctor Violini y Ricardo Borinsky, el Tribunal aludió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuando aseguró que en los delitos comunes, “como ocurre en el presente, la prescripción es una garantía que debe ser observada debidamente” y recordó que los hechos que se investigaron ocurrieron entre 1982 y 1991.
La Sala se expidió así ante un hábeas corpus presentado por la defensa de Brítez.
Una fuente judicial precisó a la agencia Télam que “queda la vía recursiva por parte del fiscal de Casación para ir ante la Suprema Corte de Justicia bonaerense” y apelar la prescripción de la causa, que en la práctica desvincula a los acusados de los hechos investigados.
La fiscalía especial de La Plata, a cargo de Cecilia Corfield, inició esta investigación a fines de 2016, luego de que se conociera que los sacerdotes Nicolás Corradi y Horacio Corbacho, detenidos en Mendoza acusados de abusar sexualmente de varios hipoacúsicos del Instituto Próvolo de esa provincia, también habían trabajado en el Próvolo de La Plata.
En abril del año pasado, la justicia de La Plata ordenó la detención de los sacerdotes y de Brítez, pero en esa oportunidad sólo pudo ser detenido el empleado, ya que Primati reside en un asilo en Italia, por lo que se pidió su extradición; y Corradi se hallaba detenido en Mendoza.
Según la investigación de Corfield, en los hechos de abuso sexual ocurridos en el Próvolo de La Plata, hubo una “inusitada violencia desplegada para su comisión que en nada la distingue de la aplicación de tormentos e imposición de torturas”.
Nicola Corradi fue la máxima autoridad del instituto desde 1970 a 1997 y su detención fue ordenada por los delitos de abuso sexual simple agravado por su condición de ministro del culto católico y encargado de la guarda. La calificación responde al grave daño en la salud de la víctima y reiterado cuando menos en 3 hechos; y abuso sexual con acceso carnal agravado reiterado por lo menos 5 hechos en su calidad de partícipe necesario.
Según la investigación fiscal, los abusos constatados se cometían los días sábados cuando “disminuía el número de alumnos internados y sólo quedaban los que no tenían familia”.
Primati había sido imputado de abuso sexual simple agravado por su condición de culto religioso, en al menos 3 hechos, exhibiciones obscenas y promoción de facilitación de la corrupción de menores agravada.
Britez estaba imputado de los delitos de “abuso sexual simple agravado por su condición de guardador o educador, abuso sexual con acceso carnal reiterado agravado -por lo menos cinco hechos-, y corrupción de menores agravada por el medio comisivo y por la edad de la víctima”.
A fines de noviembre del año pasado, la Justicia de Mendoza condenó a Corradi y Corbacho como autores de los abusos sexuales por violaciones y tocamientos; así como por episodios de corrupción de menores. Además, fue condenado a 18 años de prisión el ex jardinero Armando Gómez; y con anterioridad había sido sentenciado a 10 años de prisión el ex monaguillo, Jorge Bordón.
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